Brasil entró técnicamente en recesión económica

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Ayer Brasil divulgó su último Producto Bruto Interno (PBI) –el indicador que mide la actividad económica-, y se confirmó lo que ya sentían en la práctica del mercado interno: el gigante latinoamericano vive una recesión, con una caída del 1,9% en la actividad económica en el segundo trimestre de baja consecutiva, en comparación con el trimestre anterior, que ya había retrocedido un 0,7%. En teoría, el país se encuentra en recesión técnica (dos trimestres negativos seguidos). Además, las perspectivas futuras son peores, en un momento en que el Gobierno ha adoptado un plan de austeridad con subida de impuestos y recorte de inversiones para reequilibrar las cuentas públicas. Brasil es la primera economía de Latinoamérica y lugar de destino de importantes inversiones de grandes multinacionales de todo el mundo.

Si se compara con el segundo trimestre del año pasado, el informe del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE) muestra que la economía se encogió un 2,6%, reflejando el cambio de perspectivas que trajo el segundo Gobierno de la presidenta Dilma Rousseff, reelegida el año pasado. El país, que se enorgullecía de su pleno empleo, ha perdido 345.000 puestos de trabajo este año, y ya hay quien proyecta una pérdida de aproximadamente un millón de puestos de trabajo. Es la primera vez en 10 años que el desempleo empaña un mandado del Gobierno del Partido de los Trabajadores (PT), en el poder desde 2003.

La economía retrocedió por el lado de la oferta y de la demanda. Las inversiones de las empresas cayeron por octavo trimestre seguido, y el consumo de las familias, que representa un 60% del PBi, sigue cayendo desde el inicio de 2015. Este es otro cambio importante. El consumo de los brasileños no caía en tasa anual desde hace 12 años. Pero la inflación alta –Los precios subieron un 6,83% entre enero y julio– y el pesimismo por los anuncios de recortes y el alza de impuestos han hecho que las familias promuevan su plan de austeridad privado: cortando gastos superfluos, cambiando a marcas de productos más baratos y preparándose para tiempos de vacas flacas después de haber vivido un ciclo largo de buenas noticias en la economía.

Fuente: El Diario, Entre Ríos