Brasil: superministro tambalea si fracasa la reforma jubilatoria

El ministro de Economía de Brasil, Paulo Guedes, puso ayer su cargo a disposición en caso de que fracase su plan de reforma previsional, el principal objetivo económico del gobierno de Jair Bolsonaro.

El ministro de Economía de Brasil, Paulo Guedes, puso ayer su cargo a disposición en caso de que fracase su plan de reforma previsional, el principal objetivo económico del gobierno de Jair Bolsonaro.

El ministro de Economía de Brasil, Paulo Guedes, puso ayer su cargo a disposición en caso de que fracase su plan de reforma previsional, el principal objetivo económico del gobierno de Jair Bolsonaro.

«Yo vengo aquí para ayudar, si el presidente no quiere, si el Congreso no quiere, no voy a pelear para quedarme, porque estoy acá para servir; no tengo apego al cargo, no deseo quedarme a cualquier costo, como tampoco soy irresponsable de irme ante la primera derrota, eso no existe», dijo Guedes, considerado un superministro de Bolsonaro.

Guedes, un ex titular de fondos de inversiones, fue interpelado por una comisión del Senado sobre su proyecto de reforma jubilatoria, que tuvo el rechazo de 13 partidos en la Cámara de Diputados.

El gobierno sufrió antenoche una dura derrota ya que la mayoría del Congreso le quitó autonomía a Bolsonaro para ejecutar el presupuesto social, uno de los objetivos de Guedes para trabajar contra el déficit fiscal, lo cual devaluó 2 por ciento el real y provocaba esta tarde caídas en la Bolsa de Valores de San Pablo.

Incluso Eduardo Bolsonaro, hijo del presidente, votó a favor del control mayor del Congreso frente al presupuesto, además de casi todo el bloque del oficialista Partido Social Liberal.

«Si el presidente apoya las cosas que creo que le hacen bien a Brasil, estaré en el gobierno; ahora, si el presidente o la Cámara no quieren aquello, no dificultaré el trabajo de ustedes y volveré hacia donde siempre estuve, tengo una vida afuera», afirmó Guedes. «Actualmente el sistema es un avión a punto de estrellarse», advirtió.

Fuente: La Capital