Buenos Aires: Cuando los usuarios terminan bicicleteados

El nuevo sistema de bicicletas públicas subsidiado por el gobierno porteño recibe una catarata de quejas por dificultades y errores de la aplicación.

El nuevo sistema de bicicletas públicas subsidiado por el gobierno porteño recibe una catarata de quejas por dificultades y errores de la aplicación.

El sistema privatizado pero gratuito de bicicletas porteño, que entró en la ciudad de la mano de la brasileña Tembici con rodados naranjas sponsoreados por un banco de capitales también brasileros, es a tres meses del debut una fuente y receptorio de una multitud de quejas, reportes de fallas y de inconvenientes que sufren cotidianamente los usuarios. Los problemas, que este diario constató durante una recorrida por algunas terminales, van desde la falta de conectividad de la aplicación desde el celular a la imposibilidad de sacar o devolver las bicis en estaciones que están activas, especialmente en la zona del microcentro, San Telmo y Puerto Madero. A esto se suma el reclamo más fuerte por la dificultad para conseguir una bicicleta en hora pico en el área céntrica, cuando los usuarios salen del trabajo. Desde la empresa reconocieron que “es posible que se detecten fallas” e intentaron aclarar que son “propias a una etapa de transición” porque se “requiere de un proceso complejo que significa la nivelación de ciertos parámetros propios del inicio de cualquier sistema”.

El nuevo sistema de Ecobici arrancó el 25 de febrero, con la renovación de las 200 estaciones ya existentes, la implantación de nuevas terminales,  una nueva app (disponible en Android y en iOS) y el estreno de las bicicletas naranjas con tres cambios, que reemplazaron a los anteriores rodados amarillos.

En este proceso de recambio y a 90 días del lanzamiento del renovado sistema se registran muchas quejas de los usuarios para poder acceder al servicio, que es sustentado por el Estado a través de un pago mensual que le realiza a la empresa Tembici por cada bicicleta, y que forma parte del Plan de Movilidad Sustentable.

En una ciudad donde la congestión de tránsito está a la orden del día y el precio de los transportes golpea el bolsillo, son cada vez más los que optan por desplazarse en bicicleta, ya sea para ir a estudiar, trabajar, hacer trámites o simplemente para pasear. Y en esa elección, no son pocos los que últimamente se encuentran con fallas en el sistema que, en algunos casos, los obliga a tomar otro medio de transporte; y en otros, a deambular en busca de una estación para sacar una bici o para dejarla.

En la estación Congreso, una de las cinco terminales más utilizadas por los usuarios, María, una joven uberizada de una cadena de delivery intentó desanclar una bici sin éxito. “Se rompió mi bicicleta hace unos días y estoy trabajando con estas. Ayer no tuve problema, pero hoy se complicó.  Dejé una bici en la estación Rivarola donde había dos habilitadas, el resto estaban con la luz roja (reportadas como averiadas), y no pude, me daba error. Me vine caminando hasta acá con la caja (para envíos) y tampoco me dejó”, contó la chica antes de irse resignada.

Manuel es cadete y pedalea la ciudad de punta a punta. Vive en Mataderos y viaja con el colectivo hasta Caballito todos los días, donde se baja y agarra la bici. “A veces en hora pico se complica y tengo que esperar un poco o recorrer un par de estaciones hasta conseguir una. Varias veces me pasó que la aplicación me tiraba el código para retirar la bici y no me la dejaba sacar. También me pasó una vez que no me registraba la devolución y tuve que hacer el reclamo”.

Media hora después de que la joven del delivery pasara por la estación 68 de la calle Rivarola, en la terminal hay nueve bicicletas ancladas en sus soportes; ocho tienen el led rojo encendido que las dejó fuera de servicio. Una tiene la rueda pinchada, el resto, a simple vista, se ven en buen estado.

Un hombre de mediana edad, que usa la aplicación por primera vez, intenta sacar una y no le habilita ningún código. Putea y se queja. “Está lleno de bicicletas y no podés sacar ninguna”. Lo vuelve a intentar y no lo logra. “Me voy a tomar el colectivo porque no llegó”, dice molesto. Y si bien no hay explicación a por qué el sistema no le habilitó la única bici libre, queda claro que el hombre, como muchos de los usuarios que se cruzó este cronista, no sabe todavía que la luz roja indica que la bicicleta está para ser reparada. Unos minutos después, luego de que un usuario devuelve una bici y cuando debieran quedar dos habilitadas, algo pasa con el sistema que desbloquea una de las que estaban en rojo. Ahora son tres las que están listas para su uso, aunque el mapa online de la aplicación tendrá un delay de más de un minuto en reflejar el estado real de la estación. A unas pocas cuadras, en la Estación 42 de Diagonal Norte, la actualización en tiempo real demorará casi dos minutos en actualizar el mapa de la app. Tiempo que puede frustrar a más de un usuario que llega, muchas veces apurado y desde otra estación, a buscar una bici.

“La  aplicación no se actualiza rápido, te dice que hay 3 bicis y cuando llegas no hay ninguna. Me ha pasado muchas veces, sobre todo en el centro donde hay muchas estaciones cerca. Caminas y vas chequeando con el celu y cuando llegás no queda ninguna”, detalló Pablo, que usa el sistema para ir de un colegio a otro a dar clases.

Estaciones bloqueadas o estaciones llenas que la aplicación registra como vacías, son los reclamos más reiterados por los ciclistas, que se encuentran con el problema al llegar y ver que no pueden dejar la bici. Entonces tienen que deambular de una estación a otra, a veces con el tiempo justo para no excederse del uso estipulado de una hora, a partir del cual quedan inhabilitados para la utilización del sistema por 2 días. Este problema puede complicarse aún más en los barrios, donde hay menos estaciones.

“Hasta ahora no pude utilizarla nunca en hora pico”, contó Joaquín, quien bajó la aplicación hace diez días. “Alrededor de las 9 de mañana o a las 6 de la tarde en Microcentro, Recoleta o Puerto Madero o no hay, o hay y no funcionan”, agregó. “La saqué tres veces y ninguna de las veces pude dejarla”, detalló, “tenés que esperar el camioncito que las redistribuye y te hace perder un montón de tiempo”. En otro caso, “la estación estaba llena, con 28 bicicletas y figura con cero disponibles”.

Desde la Secretaría de Transporte porteña aceptaron que aún hay algunos problemas con el sistema. “Estamos todavía en la etapa de implementación, todos los días se suman estaciones. Hay 281 y en las próximas semanas vamos a llegar a las 400 y 4000 bicis. Hay estaciones que están implantadas y no operativas. Faltan ajustes porque el foco está puesto en la instalación y funcionalización del sistema, que además, se extendió a 16 barrios nuevos”, explicaron.

Al mismo tiempo, señalaron que hay muchos usuarios que aún no tienen claro cómo funciona el sistema: no saben que entre que dejan una bicicleta y retiran otra, tienen que pasar cinco minutos, o que tocan el botón rojo que deja fuera de servicio a la bici, que queda para reparación, sin querer; ni que el uso los días hábiles es de una hora y los fines de semana y feriados de dos.

En el mismo sentido, Tembici informó que “el paso de un sistema a otro requiere de varias etapas. Y es posible que se detecten fallas propias a una etapa de transición. Estamos hablando de un parque de bicis y estaciones que se renueva en un 100 por ciento, con nuevo equipamiento, y  esto requiere de un proceso complejo”.

Según detallaron, todas las estaciones de Ecobici tienen conexión doble SIM para asegurar el servicio de internet,  con lo cual la falla de conectividad no es un problema de las mismas. Por otra parte, afirman que el proceso de mapeo en tiempo real de la cantidad de bicicletas y posiciones disponibles “puede llevar unos segundos en actualizar la información, pero en general se da manera instantánea”.

De acuerdo a Tembici, hay algunos problemas que ocurren con frecuencia hasta que los usuarios se adaptan al funcionamiento del sistema. Como puede estar pasando con el botón rojo. “Es importante recalcar que no cualquiera puede apretar el botón rojo de mantenimiento. Únicamente se lo puede presionar cuando el usuario devuelve la bicicleta, y tiene solo 10 segundos para hacerlo. Por eso, estamos reforzando el mensaje de que el botón rojo, ubicado encima del lector de tarjetas, se utiliza solamente para alertar que la bicicleta está rota. Este botón, al ser presionado, avisa instantáneamente a nuestro Centro de Operaciones, y además imposibilita que esa bicicleta sea retirada por otro usuario para evitar posibles incidentes viales”, aseguraron.

Fuente: Página 12