Buscan que chacras familiares exporten alfalfa de Río Negro a los Emiratos Árabes

Desde el año pasado, se vende agua mineral a Medio Oriente. Ahora buscan que pequeños emprendimientos se asocien e introduzcan la alfalfa allí, lo cual les permitirá crecer y planificar.

Desde el año pasado, se vende agua mineral a Medio Oriente. Ahora buscan que pequeños emprendimientos se asocien e introduzcan la alfalfa allí, lo cual les permitirá crecer y planificar. También hay líneas de trabajo de la Cámara Argentina Emiratí para que capones y ovinos rionegrinos lleguen al puerto de Dubái.

En diálogo con El Cordillerano, el ingeniero Raúl Benzo señaló que está trabajando para que pequeñas chacras de nuestra provincia puedan tener un proyecto de exportación a largo plazo y de esa manera, exista un sustento que les permita planificar, por lo menos a cinco años.

“La idea en la que se está trabajando y que está muy avanzada, es en asociar a pequeñas chacras familiares que hoy no llegan a ser ni siquiera PyME, para que se conviertan en productores importantes de alfalfa. Así potenciamos además, las zonas de riego ociosas y se genera un mercado importante”, precisó.

El proyecto contempla a unos 15 productores ubicados en la zona de Choele Choel y Luis Beltrán y se apunta a poder vender unas 5.000 toneladas de alfalfa de alta densidad. Todo lo que generen es fácil de comercializar en el mercado árabe por la alta demanda que tiene el producto, una enorme carencia que hay en esa región para la cría de animales.

Por otro lado, en territorio rionegrino se potenciaría a pequeños productores, quienes estarán creando un producto de alta calidad, con valores competitivos en el mercado, donde se pugna directamente con los Estados Unidos, principal productor de alfalfa del mundo.

Para fomentar y entablar los vínculos, va creciendo la importancia de la Cámara Argentino Emiratí de Comercio, Industria, Servicios y Transferencia de Tecnología (CARAE), puerta de acceso a un mercado asiático de 2.000 millones de habitantes, región del principal producto bruto del mundo.

“Es una iniciativa que además de entablar una venta a largo plazo, tiene su corte social, porque queremos que estos pequeños productores tengan trabajo todo el año y por mucho tiempo. Eso va a generar que se conviertan en PyME, porque estamos hablando de chacras que no tienen más de 20 hectáreas y que si no se las asocia entre sí y se les brinda un respaldo como este, nunca estarían en condiciones de exportar”, detalló el ingeniero.

Presidida por Gabriel Osatinsky, la Cámara Argentina Emiratí trabaja en la región y en los próximos días se emprenderá una misión comercial a Dubái, con participación del gobierno nacional y provincial.

En ese formato de gestión, ya se está exportando agua mineral de manantial de Bariloche y ahora, desde la entidad quieren sellar el convenio para vender carnes rionegrinas, alfalfa y generar un vínculo con centros de esquí de la región, donde el cerro Bayo se ha mostrado interesado.

En lo que hace a la exportación de alfalfa, lo más difícil de solucionar es cómo bajar el costo de traslado desde nuestra provincia hasta el puerto de Buenos Aires. Desde allí, hasta Dubái la Cámara se encarga de las gestiones.

Por el lado de las carnes, el responsable de la Cámara Argentina Emiratí en la región, Claudio Thieck, explicó que está avanzada la firma de una carta de intención para que el frigorífico Río Negro exporte capones y ovinos a Medio Oriente, a precios muy competitivos.

La exportación de productos comestibles, tanto como el turismo, requieren de certificaciones de calidad “Halal”, por lo que allí hay un punto más de exigencia para el comercio.

En el rubro turístico, por ahora una sola agencia de viajes ha sido certificada en la Argentina para venderles paquetes y productos turísticos de este país.

La potencialidad de este mercado es especialmente importante en el Sureste asiático y el Golfo Pérsico, donde hay países de mayoría musulmana en los que están creciendo mucho las clases medias y éstas están empezando a viajar por todo el mundo.

La Cámara desarrolla un plan que define como hub to hub, con Argentina en un extremo y el puerto de Dubái en el otro. La premisa es facilitar la presentación de proyectos de inversión para la provincia, permitiendo que productores y exportadores de la región puedan ir acercándose a este mundo comercial.

El visitante árabe es muy particular por varias razones. Suele tener un alto poder adquisitivo y su modo de vida depende mucho de sus hábitos, ligados a la religión. Por ejemplo: no beben alcohol, no comen cerdo, ni tampoco pueden verlos.

El servicio es diferenciado porque se manejan áreas exclusivas, tanto para hombres como para mujeres. Baños, saunas, piscinas y salas de oración, todas van separadas por género, ya que no permiten mezclarse. En las habitaciones hay ejemplares del Corán y alfombras para orar.

En Bariloche hay hoteles que ya están trabajando con este segmento y cada vez que llegan contingentes musulmanes, el alojamiento se completa y se cierra íntegramente para ellos.

Fuente: El Cordillerano