Caída de ventas, impuestos y tarifas sacuden a los comercios de Casilda

Este año se firmaron ante el Ministerio de Trabajo 88 retiros, pero estiman que por fuera son muchos más. Locales cerrados y recortes de personal.

Este año se firmaron ante el Ministerio de Trabajo 88 retiros, pero estiman que por fuera son muchos más. Locales cerrados y recortes de personal.

La caída de ventas y los altos costos de funcionamiento generan preocupación en el sector comercial de Casilda, donde algunos establecimientos ya cerraron y otros recortaron personal a causa de la compleja coyuntura por la que también atraviesan industrias metalúrgicas que, entre otras medidas de emergencia, redujeron sus jornadas de trabajo para haber frente a sus obligaciones y seguir en pie.En este marco, la ciudad fue escenario ayer de una marcha convocante defensa del empleo y la producción, donde participaron trabajadores de distintos sectores de la producción y los servicios que paralizaron las actividades y se sumaron a la protesta (ver aparte).

Aunque el panorama no es el mismo que mostró la ciudad y la región en la crisis de 2001, no deja de ser un indicador cada vez más notorio. Los recientes cierres en el microcentro de una panadería tradicional y un reconocido café literario se convirtieron en las caras visibles de los efectos de los reiterados aumentos en las tarifas de los servicios de luz, agua y gas, y la pesada carga impositiva.

La problemática también se tradujo en cesantías en algunos locales de electrodomésticos, mientras que establecimientos metalúrgicos casildenses y de localidades vecinas apelaron a bajar las horas de trabajo, y otros entraron en procedimiento preventivo de crisis.

Desde principio de año hasta fines del mes pasado se registraron en la zona del departamento Caseros y mayoritariamente en Casilda 88 retiros acordados entre trabajadores y empleadores que fueron refrendados en el Ministerio de Trabajo provincial. Ese número duplica la cantidad de bajas laborales reportadas durante el mismo período de 2017. Y además, se estima que al menos un 50 por ciento de las pérdidas de trabajo en general no se denuncian en el organismo, con lo que la cantidad de cesantías superaría lo computado oficialmente.

«Los sondeos que estuvimos realizando coinciden con los datos surgidos de una encuesta de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (Came) que indica que hay una caída en las ventas de cerca del 5 por ciento en general, pero lo más preocupante es que tanto en Casilda como en la zona no hay buenas expectativas hacia adelante». Con esa frase, el secretario del Centro Económico del departamento Caseros, Gustavo Barraza, evaluó el difícil trance para el comercio local. «Es un problema serio que incluso podría agravarse ya que, por un lado, la gente, ante la pérdida de poder adquisitivo, reduce el consumo para ahorrar, y por el otro se hace cada vez más difícil pagar, entre otros gastos, las altas tarifas de gas, luz y agua para mantener abierto un local», dijo.

Al aumento tarifario de los servicios y los impuestos se agrega que la mayoría de los comerciantes especialmente de la zona céntrica de Casilda deben hacer frente al pago de altos alquileres, lo que «se hace cada vez más difícil».

Sobre calle Buenos Aires, desde 25 de Mayo a Casado, más de 15 locales vacíos revelan que la oferta supera a la demanda de inmuebles para ser afectados a la actividad comercial. «Por esta razón hace un tiempo se dio el fenómeno que algunos se mudaron a los barrios y actualmente se dieron casos de negocios que se alejaron a poca distancia de donde estaban y abarataron costos», indicaron especialistas consultados por LaCapital.

Barraza aseguró que si bien en 2017 mayoritariamente «se pensaba que la situación podría equilibrarse, luego de fin de año, cuando el dólar comenzó a escaparse y se trasladó a precios, la percepción cambió y hoy las perspectivas no son las mejores. Lamentablemente, no se ve que esto vaya a mejorar , sino todo lo contrario».

Asimismo advirtió que «ya hay problemas en el departamento Caseros con algunas industrias que están reduciendo la jornada laboral para no cerrar o despedir empleados, lo que repercute (en la economía) porque son menos ingresos y dinero para gastar (en el mercado interno)». Y tras advertir sobre inconvenientes en la cadena de pagos, dijo haber tomado conocimiento «extraoficialmente» de recortes de personal en algunos comercios del rubro electrodoméstico.

Comercio, industria y campo

Barraza trazó un panorama complejo para la Casilda y la zona al indicar que «los tres soportes económicos de nuestra región están en problemas ya que al comercio y la industria se suma el campo que viene de soportar una sequía y también excesos hídricos».

En tanto, el secretario general de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) local, Juan Storlini, confirmó que con el aumento de las tarifas algunas fábricas de localidades cercanas «están trabajando media jornada para ahorrar energía y no generar deudas. Lo que estaban padeciendo empresas de otros rubros llegó a este sector que se dedica a los implementos agropecuarios», señaló. Y reveló que además de jornadas reducidas hay establecimientos que iniciaron procedimiento preventivo de crisis, y otros que buscar «achicar» sus planteles ofreciendo retiros indemnizados.

En ese marco, Storlini planteó su preocupación al estar en riesgo decenas de puestos de trabajo, la «tremenda pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores ante el aumento de los precios de los alimentos y el tarifazo», y apuntó contra el costo de los medicamentos, que «tuvieron un fuerte alza al punto que nosotros estamos teniendo problemas en la farmacia sindical». En este contexto, «empresarios serios que siempre pagaron hoy adeudan cuotas sindicales, seguro de vida y obra social, lo que indica que la situación empeoró».

Fuente: La Capital