Chile: el cambio climático y el uso del suelo aumentarán el riesgo de incendios

Las condiciones de calor, sequedad y viento no están cambiando en la costa de Chile central, pero es probable que se vuelvan más intensas si el calentamiento global llega a 2°C

Las condiciones de calor, sequedad y viento no están cambiando en la costa de Chile central, pero es probable que se vuelvan más intensas si el calentamiento global llega a 2°C

El 2 de febrero una serie de incendios forestales se propagaron rápidamente por los bosques montañosos cercanos a Viña del Mar, Quilpué y Villa Alemana, a tan sólo una docena de kilómetros tierra adentro desde la costa. Alimentados por fuertes vientos del sur y altas temperaturas, los incendios forestales se desplazaron con extrema rapidez hacia las afueras de las ciudades a pesar de los esfuerzos de los bomberos. Las llamas quemaron más de 29.000 hectáreas. A pesar de no ser de gran magnitud en comparación con otros incendios forestales en Chile, el fuego destruyó más de 7.000 viviendas y causó la muerte de al menos 132 personas. Decenas de personas siguen desaparecidas. Se trata del incendio forestal más mortífero del mundo desde el de Australia en 2009.

Para cuantificar el efecto del cambio climático en las condiciones meteorológicas de calor, sequedad y viento que provocaron los incendios forestales, los científicos analizaron datos meteorológicos y modelos matemáticos para comparar el clima actual, tras un calentamiento global de 1.2ºC, con el clima preindustrial, siguiendo métodos revisados por expertos.

El estudio se centró en una región costera afectada por el incendio que incluye Valparaíso y Viña del Mar, y empleó el Índice de Viento Seco y Caliente (HDWI, por sus siglas en inglés) a lo largo de cuatro días consecutivos, una métrica que combina temperatura, velocidad del viento y déficit de humedad atmosférica para evaluar el riesgo de propagación de incendios forestales. Los investigadores también analizaron la posible influencia de El Niño, un fenómeno climático natural que alterna las fases de El Niño, neutra y La Niña.

Los datos meteorológicos históricos indican que en el clima actual, con un calentamiento global de 1.2ºC, cabe esperar períodos similares de cuatro días de calor, sequía y viento aproximadamente una vez cada 30 años.

Los investigadores combinaron los datos históricos con modelos informáticos para evaluar la influencia del cambio climático en las condiciones favorables a los incendios. Debido al reducido tamaño de la región analizada, sólo cinco modelos pudieron simular fenómenos similares.

Aunque tanto los datos meteorológicos como los modelos indican que las condiciones cálidas, secas y ventosas se han vuelto ligeramente más intensas y probables en la región, el aumento no es estadísticamente significativo. Además, el aumento tiene un grado de incertidumbre relativamente grande debido a la brevedad del registro de datos de observación y al número limitado de modelos que pudieron analizarse.

Los investigadores afirman que es probable que el enfriamiento local a lo largo de la costa del centro-norte de Chile explique por qué actualmente no hay un claro aumento de las condiciones de calor, sequedad y viento. La costa de Chile es uno de los pocos lugares del mundo donde el cambio climático está provocando un ligero descenso medio anual de las temperaturas del aire. Este fenómeno está impulsado por un anticiclón semipermanente en el sureste del Océano Pacífico llamado «Anticiclón del Pacífico Sur». El cambio climático está provocando el desplazamiento hacia el sur de este anticiclón, lo que da lugar a vientos del sur más fuertes que empujan aguas profundas y frías hacia la costa de Chile. Estas aguas frías sustituyen a las aguas cálidas superficiales en un proceso denominado «afloramiento», que provoca bajas temperaturas a lo largo de la costa, a diferencia del interior de Chile y del resto de Sudamérica.

Sin embargo, al analizar lo que ocurriría con un mayor calentamiento global, los modelos muestran una señal significativa de cambio climático. Los resultados indican que, a pesar de la tendencia al enfriamiento a lo largo de la costa, es probable que el calentamiento global aumente el riesgo de incendios en la zona central de Chile si el calentamiento alcanza los 2ºC. Esta señal es más prominente en el interior, donde las temperaturas medias anuales del aire están aumentando rápidamente.

Los investigadores también constataron que El Niño no tuvo una influencia significativa en la meteorología de los incendios, según el índice de viento cálido y seco.

Además, el estudio pone de relieve los éxitos y fracasos de la prevención de incendios forestales en la región afectada. Villa Botania, una pequeña localidad cercana a Quilpué, se vio rodeada por las llamas, pero apenas sufrió daños gracias a un proyecto comunitario para plantar vegetación resistente al fuego y crear cortafuegos. Los investigadores afirman que las comunidades de riesgo, sobre todo en las zonas de contacto entre el campo y la ciudad, deberían emprender iniciativas similares.

Según la Corporación Nacional Forestal de Chile (CONAF), más del 99% de los incendios forestales se deben a negligencias humanas. Los investigadores afirman que campañas de seguridad y sensibilización podrían servir para aumentar los niveles de conciencia sobre la ignición negligente de incendios forestales, especialmente durante el verano.

Los investigadores también señalan que los grandes monocultivos de pinos y eucaliptos que se han plantado en las últimas décadas están aumentando enormemente el riesgo tanto de ignición como de propagación de los incendios en muchas regiones de Chile.

El estudio ha sido realizado por 20 investigadores del grupo World Weather Attribution, que incluye a científicos de universidades y agencias meteorológicas de Chile, Brasil, Colombia, Países Bajos, Alemania, Suecia y Reino Unido.

Fuente: Uno