Cientos de personas concurren y viven en el basural de la meseta neuquina

Voluntarios se organizan una vez al mes para llevarles alimento y realizar alguna actividad con ellos. Cómo podés ayudar.

Voluntarios se organizan una vez al mes para llevarles alimento y realizar alguna actividad con ellos. Cómo podés ayudar.

Ante la ausencia del Estado, cobra mucho valor el trabajo silencioso y anónimo que realizan voluntarios de algunas organizaciones como Red Solidaria y personas que asisten a la capilla María Madre de Parque Industrial y la de Cura Brochero, en Colonia Nueva Esperanza, que pertenece a su vez a la parroquia San Cayetano de Parque Industrial.

Neuquén no vive en una burbuja, aunque en algunos sentidos pareciera que sí porque es una provincia pujante, en crecimiento y con una rentabilidad económica que aun en tiempos de crisis arroja números positivos. Sin embargo, no ha podido resolver aún la enorme paradoja de cosechar grandes ganancias y a la vez tener un cordón de pobreza cada vez más alarmante.

Es muy evidente. Solo es cuestión de abrir los ojos y no dar la espalda. Hay más gente durmiendo en las calles, y en la meseta más árida, donde hace falta de todo, son cientos de personas que viven y trabajan en el basural ubicado en lo más alto de Parque Industrial. Pero allí mismo, donde el desierto avanza como una sombra y lo que le sobra a algunos es recuperado por otros, florece la solidaridad.

Un grupo de vecinas y vecinos inició en septiembre pasado un proyecto que acerca alimentos a los más pobres. Feligreses de las capillas Cura Brochero y María Madre de Alta Barda llevan comida en bandejas para 150 personas. Van los lunes, una vez al mes. Sin embargo, otros días pueden juntarse 300 o más.

En algunas oportunidades, hacen choripaneadas, llevan bandejas y el pan. «Es gente que colabora de la comunidad», contó Celeste Rolón, de la capilla María Madre. «Yo llevo golosinas para los chicos. Calculamos alrededor de 40 o 50 bolsitas. Ese es el número que reparto. En época de clases, algunos van a la escuela, entonces son menos», agregó.

Junto a los más vulnerables
En diálogo con LMNeuquén, recordó que el pasado 18 de diciembre realizaron un «pesebre viviente» en el basural. Vecinos del norte neuquino que le tienen mucho cariño al Padre Diego donaron chivos y lo compartieron con todos.

«Hay niños de distintas edades, mujeres embarazadas y hombres solos. Es una realidad bastante cruda la que se vive, pero nosotros vamos siempre, una vez al mes», relató la voluntaria.

Ahora pusieron fecha para el este lunes 15 de enero, y toda colaboración es bienvenida. Sobre todo, en este contexto de hambre y gran necesidad.

En estos días los voluntarios solicitaron productos para armar canastas navideñas que entregarán a las personas que concurren y viven en el basural de Neuquén.

Los que deseen colaborar, pueden acercar su donación a la capilla María Madre de Alta Barda (calles Los Pensamientos y El Ceibo). «Siempre se necesita pan, chorizos, leña y carbón. Eso, básicamente, es lo principal. Luego sumamos alguna que otra golosina. Ahora van a hacer alfajorcitos de maicena», comentó Celeste.

«Tenemos un grupo de WhatsApp que se llama “BUENOS AMIGOS”, donde nos organizamos y juntamos todo lo que necesitemos para ir una vez por mes al basural y darle de comer a más de 150 personas». Celeste Rolón, voluntaria de la capilla María Madre.

La iniciativa busca ayudar a las personas que viven en situación de calle y están atravesadas por un contexto de vulnerabilidad extrema, violencia, angustia, inestabilidad emocional y todo tipo de carencias. «Si todos aportamos un granito, vamos a transformar sus vidas», sostuvo Rolón.

Fuente: La Mañana neuquén