Comercios rosarinos al borde del colapso por el horario de atención y el paro de la UTA

Referentes del centro quieren abrir de 10 a 18 para aprovechar el movimiento bancario. El conflicto del transporte resiente aún más las ventas.

Referentes del centro quieren abrir de 10 a 18 para aprovechar el movimiento bancario. El conflicto del transporte resiente aún más las ventas.

Referentes de los comerciantes del centro de la ciudad reclamaron ayer adelantar el horario de apertura para generar más ventas y les exigieron a las autoridades que solucionen de una vez por todas el paro de colectivos, que ya lleva 16 días y profundiza el escaso movimiento en el sector más neurálgico de Rosario.

El pedido no es menor si se tiene en cuenta que la facturación de los comercios ronda hoy en un 30 o 40 por ciento de lo que era antes de que se declarara la cuarentena obligatoria. Los comerciantes creen que cambiando el esquema de apertura de 13 a 19 por el de 10 a 18, aprovecharían el movimiento de la segunda mañana en horario de los bancos (de 8.15 a 13.15) para aumentar algo las ventas.

Lo ideal, proponen, sería poder abrir más temprano pero sin cruzarse con el horario de apertura de los bancos, para no aglomerar gente y respetar los cuidados sanitarios. «La gente va al centro a los bancos pero no tiene ni bares para esperar a que abramos, entonces se vuelven», explicó Nelson Graells, de Amigos de la Peatonal Córdoba.

Los referentes también piden cambiar el horario de los sábados, que hoy es de 9 a 14, por si algún cliente quiere ir más tarde en su día libre, aumentándolo de 9 a 17 o en el mismo período de la semana, de 10 a 18. «Hasta esa hora llega el movimiento, que es mucho más reducido por la llegada de las bajas temperaturas», argumentó Fabio Acosta, titular de la Asociación Casco Histórico.

Para Miguel Rucco, del paseo comercial calle San Luis, el momento comercial más importante «comienza a las 10 u 11», por lo que la apertura a las 13 los estaría perjudicando. «Hay que darle posibilidad al que se acerca a hacer trámites para que se quede a comprar algo», especuló.

«Estamos en gestiones para ampliar el horario, porque así no alcanza», dijo Miguel Angel Marcogliese, del Paseo Comercial del Siglo. «A las 17, más con este frío, ya no queda nadie. Y la mayoría de los negocios, por seguridad dada la baja circulación, ha decidido cerrar a las 18», indicó.

El paro

A su vez, los representantes del sector dicen que la zona sufre por el paro de transporte público, que ya lleva 16 días sin solución (ver página 4). Además, señalaron que el aumento del movimiento vehicular, que se ubica en el 60 por ciento de lo normal, se debe a que muchos se trasladan en auto, generando una «falsa sensación» de normalidad. «En el centro hay menos presencia de gente y se nota. Es necesario que se arregle el conflicto del transporte público», dijo Graells.

Por su parte, Acosta subrayó que «se debe garantizar la movilidad de los consumidores y jubilados que tienen que ir a los bancos, de los vecinos que están yendo a hacer trámites al correo, y de los que trabajan en el centro. Hoy van como pueden, según las posibilidades del empleador de pagar taxis o de algún familiar que los acerque en auto. Las bicicletas son sólo una opción para los que viven cerca, más lejos es inviable por la inseguridad y por las distancias», consideró el referente de las galerías comerciales.

Rucco, en tanto, dijo que en calle San Luis se percibe la ausencia de revendedores de mercadería. «Esto influye sobre la gente que tiene menos recursos, los «buscas» que nos compran productos para salir a vender, como curitas, pañuelos, biromes o medias. No tienen auto propio y viven lejos para venir caminando o en bicicleta», reveló.

En esa línea opinó el presidente de Casco Histórico, quien afirmó que la zona sin colectivos y con estos horarios «no resiste más», y exigió respuestas a ambos pedidos. «Esto daría chance a los comercios grandes de llamar a más empleados, ya que algunos trabajan con el 30 por ciento de la plantilla. A los más chicos les permitirá vender algo más, porque muchos no hacen caja para salvar los gastos del día», analizó.

«Estamos muy mal, hay muchos locales que se han ido y han vaciado todo», describió, en tanto, Marcogliese. Y aseguró que la solución «no pasa sólo por el horario o el transporte, sino por la ayuda del Estado» que dicen no haber recibido. «Nos cerraron el ingreso de dinero, pero nos dejaron abiertos los gastos, ya que seguimos pagando impuestos».

Fuente: La Capital