Cómo los aranceles de Trump repercuten en América latina

Los únicos bienes que no se verán afectados por la política estadounidense son el cobre, los productos farmacéuticos, los semiconductores, la madera, el oro, la energía y ciertos minerales.

Los únicos bienes que no se verán afectados por la política estadounidense son el cobre, los productos farmacéuticos, los semiconductores, la madera, el oro, la energía y ciertos minerales.

Además de China y Europa, los nuevos aranceles anunciados por el presidente estadounidense Donald Trump también afectan a los países latinoamericanos, aunque algunos ya afirmaron que no se quedarán de brazos cruzados. En defensa del multilateralismo, Brasil afirmó que enfrentará las nuevas disposiciones del magnate republicano, mientras que Colombia lo considera una oportunidad para explorar otros mercados.

Trump introdujo aranceles del 10 por ciento a las importaciones de Brasil, Colombia, Argentina, Chile, Perú, Costa Rica, República Dominicana, Ecuador, Guatemala, Honduras y El Salvador. Para Venezuela serán de 15 por ciento y Nicaragua 18 por ciento. México no fue incluido en esta lista, al ser uno de los socios de Estados Unidos en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (T-MEC).

Mientras que en Argentina el vino y la miel natural son algunos de los principales productos afectados, en Brasil lo son la soja, el azúcar y el maíz; en Chile, la agricultura y el sector pesquero; en Colombia, el café y las flores; y en Ecuador, el camarón, el banano y el cacao. La Casa Blanca informó en un comunicado que algunos bienes, como el cobre, los productos farmacéuticos, los semiconductores, la madera, el oro, la energía y ciertos minerales, no están sujetos a los aranceles.

El sociólogo Gabriel Puricelli explicó a Página/12 que los aranceles de Trump tienen un doble impacto negativo sobre la región. «De manera directa, restringen obviamente el acceso al mercado estadounidense. De manera indirecta, provocan una turbulencia global, probablemente duradera, que ya ha provocado una caída del precio de las commodities y que desviará los flujos de inversión hacia mercados percibidos como de menor riesgo que nuestra región», precisó el coordinador del Programa de Política Internacional del Laboratorio de Políticas Públicas.

«Defendemos el multilateralismo» 
Entre los líderes de la región que criticaron la medida de Trump se encuentra el presidente colombiano, Gustavo Petro, quien advirtió que los aranceles podrían desencadenar una recesión global. Por ello, destacó la necesidad de reducir la dependencia de economías externas y aprovechar la coyuntura para fortalecer los lazos comerciales entre los países de la región, además de explorar otros mercados internacionales. «América Latina ve nuevas oportunidades: integrarse entre sí y con México y, de verdad, abrirse integrada al mundo, y ganar mercados norteamericanos de bajo valor agregado», escribió en la red social X.

El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, declaró durante un acto en Brasilia: «Ante la decisión de Estados Unidos de imponer una sobretasa a los productos brasileños, tomaremos todas las medidas apropiadas para defender a nuestras empresas y a nuestros trabajadores». Y agregó: «Defendemos el multilateralismo y el libre comercio y responderemos a cualquier intento de imponer un proteccionismo que ya no tiene cabida en el mundo actual».

El mandatario aseguró que la respuesta de Brasil se basará en la «ley de reciprocidad económica», aprobada por unanimidad el miércoles en el Congreso brasileño, así como en las directivas de la Organización Mundial de Comercio (OMC). La nueva legislación permitirá al gobierno implementar contramedidas para responder a «acciones, políticas o prácticas unilaterales de un país o bloque económico que afecten negativamente la competitividad» brasileña, según el texto. En ese sentido, habilita al gobierno a suspender concesiones comerciales, inversiones y obligaciones relacionadas con derechos de propiedad intelectual.

La ministra de Medio Ambiente brasileña, Marina Silva, advirtió que los aranceles de Estados Unidos podrían dificultar el objetivo del gobierno de reunir los 1,3 billones de dólares anuales que busca movilizar para enfrentar el cambio climático, en un año clave en el que Brasil será sede de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2025 (COP30) en Belém.

«(La guerras comerciales) hacen que los países empiecen a desviar recursos que podrían utilizarse para la financiación climática y que ahora pueden redirigirse”, dijo Silva en un conferencia de prensa tras presidir una reunión ministerial de medioambiente de los países que integran el foro BRICS, en Brasilia. «En lugar de estar librando una guerra unos con otros, deberíamos estar librando una guerra contra la pobreza, el cambio climático, la desertificación y la pérdida de biodiversidad, que es lo que está amenazando nuestras vidas y sistemas productivos», remarcó.

La estrategia de Sheinbaum
Por su parte, México celebró que Trump eximiera de los nuevos aranceles a su país por ser junto a Canadá uno de los miembros del T-MEC. «Tiene que ver con la buena relación que hemos construido con el Gobierno de los Estados Unidos», expresó el jueves la presidenta Claudia Sheinbaum durante su conferencia matutina. “Por supuesto que nosotros planteamos siempre mantener el tratado y hasta ahora, en una situación que no parecía que iba a ser así, se reconoce al T-MEC, es muy importante, y seguimos trabajando en la negociación para los otros sectores», añadió.

Aunque el país latinoamericano no fue afectado por los nuevos aranceles, seguirán vigentes los gravámenes que la Casa Blanca ya le había impuesto anteriormente para incitarlo a combatir la migración ilegal y el tráfico de fentanilo: un 25 por ciento a los productos no cubiertos por el acuerdo, y otros adicionales del 25 por ciento al acero, al aluminio y a los autos. «México es de los pocos países que tiene algo para ofrecerle a un presidente transaccional como Trump: reforzar los controles migratorios en sus fronteras norte y sur a cambio de mantener el libre comercio bilateral (y con Canadá)», explicó Puricelli.

El analista indicó que Sheinbaum ha mostrado firmeza y logrado resultados ante la primera ofensiva arancelaria. «Esto ha fortalecido el apoyo doméstico a su presidencia. En un contexto malo para el mundo, México puede ser de los pocos países en poder proponerle a Trump una situación win-win y su presidenta beneficiarse de ello a su vez», subrayó.

Sheinbaum respondió esta semana a los aranceles que ya le había impuesto Trump con un plan de 18 puntos para fortalecer la industria nacional y la inversión, la soberanía energética y alimentaria, y sustituir importaciones. La mandataria presentó una versión fortalecida de su «Plan México», estrategia que lanzó en enero con el sector privado para consolidar la economía mexicana en el top 10 mundial frente al proteccionismo del magnate republicano.

El plan, que descarta una estrategia de “ojo por ojo” como la adoptada por China, busca alcanzar la soberanía alimentaria mediante el aumento, para 2030, de la producción de alimentos clave como maíz, frijol, arroz y leche; elevar en un 30 por ciento la producción de combustibles; reducir las importaciones de gas; y sumar más de 22.000 megavatios a la capacidad eléctrica. Además, propone acelerar la obra pública con nuevos proyectos carreteros e infraestructura social; impulsar la industria textil; y, en el caso del sector automotriz, hacer que la mayor parte de los vehículos que se usan en México sean fabricados en el país.

A la respuesta de la mandataria pueden sumarse medidas de otros países de la región contra los nuevos aranceles de Trump. De hecho, es uno de los temas que probablemente aborden este miércoles en Honduras los presidentes en la IX Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). Según informó la agencia de noticias AFP, podrían también debatir sobre las deportaciones de migrantes desde Estados Unidos o las amenazas de Trump de recuperar el canal de Panamá.

Fuente: Página 12