Crean red nacional de municipios para promover la agroecología
La propuesta apunta a apoyar la producción local de alimentos sin agrotóxicos. Multitudinaria jornada en Rojas, Buenos Aires.
26/05/2016 MUNICIPIOSLa propuesta apunta a apoyar la producción local de alimentos sin agrotóxicos. Multitudinaria jornada en Rojas, Buenos Aires.
Con el objetivo de promover un modelo agrícola sustentable desde lo social, lo ambiental y lo productivo, representantes de municipios y comunidades de todo el país conformaron una red nacional para fomentar la agroecología (Renama) tras una multitudinaria jornada realizada el pasado sábado 21 de mayo en Rojas, provincia de Buenos Aires.
Médicos, abogados, químicos e ingenieros agrónomos del Conicet, el Inta y diferentes universidades públicas expusieron los límites del modelo agrícola industrial impulsado durante los últimos 20 años en Argentina, cuyos fundamentos son las semillas transgénicas, los agroquímicos y el monocultivo de soja.
El crecimiento exponencial de enfermedades relacionadas con el uso indiscriminado de herbicidas y pesticidas, la pérdida de biodiversidad, la degradación acelerada del recurso suelo y el achicamiento de los márgenes de ganancias debido a la suba sostenida de los insumos químicos son algunos de los problemas que fueron puestos en discusión durante la jornada.
Por la provincia de Santa Fe hubo representantes de gobiernos locales y organizaciones sociales de Rosario, Santa Fe ciudad, Soldini, Ceres y Tostado, así como referentes del Centro de Protección de la Naturaleza y de El Paraná No Se Toca.
Las producciones agroecológicas pueden dar respuesta a una creciente demanda social por parte de los habitantes de las zonas rurales, que ven su salud afectada, y de los municipios, que establecen ordenanzas para intentar poner un límite a la propagación indiscriminada y sin control de productos químicos altamente tóxicos.
Es además un modelo más rentable desde lo económico al prescindir de agroquímicos, cuya utilización y costo en dólares creció de manera exponencial durante los últimos años derribando uno de los falsos mitos del modelo industrial, que sostiene que su uso disminuiría con el tiempo.
Santa Fe es una de las tres provincias con mayor aplicación de agroquímicos del país, lo que llevó a que sólo en los departamentos del sur existan 120 localidades con normativas para regular su uso, según establece un informe reciente de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNR.
En la actualidad, a instancias del Partido Socialista, la Legislatura apura el trámite para una nueva ley de fumigaciones (conocida como la ley Bertero) que en vez de extender los límites para las aplicaciones cercanas a centros poblados, busca reducirlos.
Salud pública. Según Damián Verzeñassi, de la cátedra de salud socioambiental de la Facultad de Medicina de la UNR, existe una multiplicidad de pruebas que permiten afirmar que el modelo agrícola basado en agroquímicos impacta de manera negativa en la salud de la población pampeana.
Esa cátedra universitaria realiza desde varios años campamentos sanitarios a pedido de comunas o municipios que, ante la falta o las muy escasas estadísticas en salud pública que existen en Argentina, precisan trazar un diagnóstico científico sobre el estado de salud de sus poblaciones.
Desde esa cátedra ya se realizaron 25 campamentos sanitarios abarcando a 87 mil personas entre 2014 y 2016, en los cuales las patologías más detectadas son respiratorias y de hipotiroidismo.
«Hay numerosos estudios internacionales que demuestran la relación entre algunos de los compuestos químicos que aparecen en los herbicidas (sobre todo glifosato) con la obesidad infantil, el cáncer de próstata y el hipotiroidismo», señaló el médico, quien agregó que la alta exposición a agroquímicos que se da en la zona pampeana «daña a la salud» en una relación «que existe y que está comprobada».
Transición mundial. La necesidad de ir hacia otra forma de producción de alimentos es una tendencia global, afirmaron expertos franceses del Centro Lascaux sobre las transiciones, de la Universidad de Nantes, Francia, que también participaron del encuentro. «Precisamos una nueva ética para las nuevas tecnologías, bajo el paradigma de la protección de las generaciones futuras», expresaron.
Desde ese centro de investigación se impulsa una propuesta para cambiar la forma en la cual el derecho entiende las actuales relaciones productivas, para pasar hacia un derecho de largo plazo que por ejemplo permita abarcar el fenómeno de la bioacumulación de químicos en los suelos agrícolas.
«Debe existir un derecho a la salud sostenible que se base en el principio de precaución, y que nos permita pensar de otra forma los perjuicios transgeneracionales», explicó Francois Collart Dutilleul, quien agregó que hay que trabajar sobre el concepto de «ecocidio».