Crece la desigualdad, desocupación y trabajo mal remunerado en el mundo

“Para millones de personas comunes, es cada vez más difícil construir vidas mejores a partir de su trabajo”, afirmó el Director General de la OIT, Guy Ryder.

“Para millones de personas comunes, es cada vez más difícil construir vidas mejores a partir de su trabajo”, afirmó el Director General de la OIT, Guy Ryder.

La falta de trabajo decente asociada al aumento del desempleo y a la persistencia de las desigualdades, hacen cada vez más difícil que las personas se construyan una vida mejor gracias a su trabajo, concluye un reciente informe mundial de la OIT sobre las tendencias sociales y del empleo. Casi 500 millones de personas trabajan menos horas remuneradas de las que desearían o no tienen suficiente acceso al trabajo asalariado, según el informe de la Organización Internacional del Trabajo «Perspectivas sociales y del empleo en el mundo – Tendencias 2020».

El informe muestra que el desajuste entre la oferta y la demanda de mano de obra se extiende más allá del desempleo a una amplia subutilización de la mano de obra. Además del número mundial de desempleados (188 millones), 165 millones de personas no tienen suficiente trabajo remunerado y 120 millones o bien han abandonado la búsqueda activa de trabajo o no tienen acceso al mercado laboral.

El desempleo mundial se ha mantenido relativamente estable durante los últimos nueve años, pero la desaceleración del crecimiento económico significa que mientras a nivel mundial la fuerza de trabajo se incrementa, no se están creando suficientes nuevos empleos para absorber a los que se incorporan al mercado laboral.

“Para millones de personas comunes, es cada vez más difícil construir vidas mejores a partir de su trabajo”, afirmó el Director General de la OIT, Guy Ryder. “La persistencia y la amplitud de la exclusión y de las desigualdades relacionadas con el trabajo les impiden encontrar un trabajo decente y forjarse un futuro mejor. Esta es una conclusión extremadamente preocupante que tiene repercusiones graves y alarmantes para la cohesión social”.

A nivel mundial, la parte del ingreso nacional destinada a la mano de obra (en vez que a otros factores de producción) disminuyó de manera substancial entre 2004 y 2017, de 54 por ciento a 51 por ciento. Esta caída es más acentuada en Europa, Asia Central y las Américas. Esto es más de lo que sugerían las estimaciones previas, como muestra el informe.

En la actualidad, la pobreza de los trabajadores (definida como ganar menos de 3,20 dólares al día en términos de paridad del poder adquisitivo) afecta a más de 630 millones de trabajadores, uno de cada cinco personas de la población activa mundial.

Otras desigualdades significativas – definidas por sexo, edad y ubicación geográfica – siguen siendo factores evidentes de los mercados laborales actuales, constata el informe, limitando tanto las oportunidades profesionales individuales como el crecimiento económico general. En particular, 267 millones de jóvenes entre 15 y 24 años no trabaja ni estudia o recibe formación, y muchos más tienen que soportar malas condiciones de trabajo. El informe advierte que el fortalecimiento de las restricciones comerciales puede tener graves repercusiones, directas o indirectas, sobre el empleo.

En lo que se refiere al crecimiento económico, el informe constata que el ritmo y la forma actuales del crecimiento están entorpeciendo los esfuerzos dirigidos a reducir la pobreza y mejorar las condiciones de trabajo en los países de bajos ingresos. El informe recomienda cambiar el tipo de crecimiento para estimular las actividades de mayor valor agregado a través de la transformación estructural, la modernización tecnológica y la diversificación de la producción.

“La subutilización de la mano de obra o los empleos de baja calidad significan que nuestras economías están perdiendo los beneficios potenciales que representa el enorme caudal de talento humano”, declaró el principal autor del informe, Stefan Kühn. “Encontraremos la vía hacia el desarrollo sostenible e inclusivo sólo si combatimos este tipo de desigualdades en el mercado laboral y facilitamos el acceso al trabajo decente”.

Fuente: Página 12