Crece la polémica por la norma que prohíbe el uso de glifosato en Rosario

La ordenanza contra el polémico herbicida fue votada por unanimidad, pero organizaciones sojeras presionan ahora a la intendenta para que la vete

La ordenanza contra el polémico herbicida fue votada por unanimidad, pero organizaciones sojeras presionan ahora a la intendenta para que la vete

La decisión unánime de los 28 concejales rosarinos de prohibir la utilización del glifosato en Rosario desató un fuerte debate que engloba a representantes de la cadena sojera, organizaciones socioambientales y al propio Ejecutivo local, que deberá en los próximos días decidir si avala la votación de los ediles o cede a la presión de los ruralistas, que pidieron de manera explícita y pública «rever» esa ordenanza.Si bien la prohibición del polémico herbicida en el área urbana y periurbana de la ciudad apenas afecta a 260 hectáreas productivas, la onda de choque de esa decisión generó una amplia reacción corporativa a nivel nacional por parte de los ruralistas, que salieron a presionar con todo a la intendenta Mónica Fein para que dé marcha atrás con un proyecto que fue avalado y votado por todos los partidos políticos con representación local, en un raro caso de superación de la grieta.

Las entidades agropecuarias temen que la decisión de Rosario —corazón comercial del modelo sojero— impacte en otras ciudades y localidades de la zona agrícola, donde la problemática respecto a las fumigaciones ha crecido para convertirse en una demanda social cada vez más fuerte.

Ante este posible efecto bola de nieve —las ciudades entrerrianas de Gualeguaychú y Concordia podrían seguir el ejemplo rosarino— desde la Asociación de la Cadena de la Soja Argentina (Acsoja) no dudaron en recordarle en un comunicado a las autoridades políticas de la Provincia «y de Rosario especialmente», que «siempre respondieron a nuestras invitaciones a eventos y congresos masivos en los que no sólo han colaborado, sino que han aportado propuestas y emitido opiniones a nuestras organizaciones».

La reacción de las organizaciones socioambientales locales no se hizo esperar: ayer, ante la presión sobre el Ejecutivo de las entidades del campo, solicitaron de forma urgente una audiencia con la intendenta para «manifestarle la fuerte preocupación existente ante el explícito lobby que intenta bloquear el avance que significa para nuestra ciudad la ordenanza aprobada unánimemente referente a la prohibición del glifosato».

Ahora la decisión la tiene Fein, quien cuenta con varios días para evaluar la situación, ya que la ordenanza recién ingresó al Ejecutivo el pasado lunes 27, tras lo cual tiene 10 días hábiles para decidir si sostiene o revoca el proyecto.

Cruces

La reacción de la cadena de la soja generó una respuesta inmediata de parte de un conglomerado de organizaciones socioambientales que trabajan en Rosario y región. Fue así que ayer se declararon «movilizados» y solicitaron una audiencia con Fein para «manifestarle su total respaldo a la decisión del Concejo».

«Queremos compartirle toda la información que disponemos sobre los perjuicios de los plaguicidas, entre ellos el glifosato. También manifestarle que celebramos la promoción de las producciones agroecológicas que hacen posible producir sin dañar la salud ni el medio ambiente, tal como se expresa en el programa de cinturón verde de Rosario», afirmaron el Taller de Comunicación Ambiental, el Taller Ecologista, el grupo El Paraná No se Toca, el Instituto de Salud Socioambiental de la facultad de Ciencias Médicas de la UNR, la cátedra de Salud Socioambiental de esa facultad, la organización «Rosario es un Pueblo Fumigado» y Soluciones Tecnológicas Sustentables.

Del lado de los representantes del sector sojero se multiplicaron los comunicados y las declaraciones de entidades como Acsoja y Aapresid, que evalúan que el contexto político actual es muy favorable para el lobby agropecuario, ya que hace pocas semanas asumió como ministro de Agroindustria José Etchevehere, ex patrón de la Sociedad Rural y enemigo declarado del «ambientalismo furibundo».

«No hay que caer en planteos agoreros y apocalípticos que pretendan frenar la producción en nombre de una imaginaria pureza ambiental», dijo el ahora funcionario en julio pasado en ocasión de la inauguración de la muestra de Palermo.

En otro comunicado de hace pocos días Aapresid comparó a los estudios que alertan sobre los riesgos potenciales del glifosato con «la posverdad», un término de moda que designa una «información o aseveración que no se basa en hechos objetivos, sino que apela a las emociones, creencias o deseos del público».

«El glifosato es presa de estos mecanismos…lo que antes estaba circunscripto a ámbitos técnicos científicos con el aval de los Estados, ahora sufre cada vez más la presión de sectores organizados y personalidades políticas que pretenden captar su voto», expresaron desde Aapresid.

Existen desarrollos científicos de las universidades nacionales de Rosario (UNR) y del Litoral (UNL) que alertan sobre el glifosato y sus efectos. El año pasado investigadores de la facultad de Bioquímica local detectaron efectos neurotóxicos del glifosato sobre el desarrollo y funcionamiento del sistema nervioso de mamíferos en períodos tempranos, según publicaron en la revista científica internacional Neurotoxicology.

Por su lado en la investigación «Los agroquímicos y su impacto en los anfibios», realizado en la UNL en 2012, se informó que a nivel mundial existen alrededor de 400 citas de trabajos científicos sobre la toxicidad del glifosato en distintos modelos animales (de laboratorio y de vida silvestre).

En 2015, la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer que depende de Naciones Unidas declaró a ese producto como «probablemente cancerígeno».

bajo la lupa. La prohibición del uso del herbicida en esta ciudad fue apoyada por los 28 concejales. Desde ese día, Fein recibe presiones de los productores.

Fuente: La capital