Creciente negación de líderes globales a la crisis climática pone en riesgo avanzar en medidas esenciales para el futuro
El rechazo a reconocer la influencia humana en el cambio climático está en aumento, dificultando acciones como la reducción de combustibles fósiles, la protección de los ecosistemas y los cambios de hábitos para un consumo responsable.
24/01/2025 EL MUNDOEl rechazo a reconocer la influencia humana en el cambio climático está en aumento, dificultando acciones como la reducción de combustibles fósiles, la protección de los ecosistemas y los cambios de hábitos para un consumo responsable. Expertos advierten que 2024, el año más cálido registrado, marca un llamado urgente para tomar medidas decisivas. “Aún estamos a tiempo”, remarcan.
En un contexto de temperaturas récord y fenómenos extremos, expertos alertan sobre un creciente rechazo a reconocer la actividad humana como principal responsable de la crisis climática.
Según Carlos Tanides, coordinador del programa Ciudades, Clima y Energía de la Fundación Vida Silvestre Argentina, esta postura representa «un grave retroceso» en la lucha por mitigar los efectos del cambio climático.
“Hoy, más que nunca, este compromiso se encuentra en serio peligro, y con él, nuestras posibilidades de cambiar el rumbo antes de que sea demasiado tarde”, expresó Tanides.
Además, señaló que esta negación oculta la urgencia de implementar medidas esenciales como la reducción del uso de combustibles fósiles, la detención de la deforestación y la corrección de la urbanización descontrolada.
El Servicio de Cambio Climático Copernicus (C3S) de la Unión Europea informó que 2024 fue el año más cálido registrado, con la temperatura promedio global superando los 1,5°C respecto a los niveles preindustriales por primera vez.
Aunque fenómenos como El Niño jugaron un rol, el principal impulsor de este récord es el cambio climático derivado de actividades humanas.
El informe contrasta con los compromisos asumidos por los países en el Acuerdo de París, que estableció como meta limitar el aumento de la temperatura global a 1,5°C para evitar consecuencias catastróficas.
Si bien estos rebasamientos temporales no implican la pérdida definitiva del objetivo, reflejan la urgencia de adoptar acciones sostenidas para mitigar el calentamiento global.
En 2024, la temperatura promedio global alcanzó los 15,10°C, superando en 0,72°C el promedio entre 1991 y 2020. Además, 11 de los 12 meses del año mostraron temperaturas superiores al umbral de 1,5°C, mientras los océanos y los polos también experimentaron cambios alarmantes, como temperaturas superficiales récord de 20,87°C y mínimos históricos de hielo marino.
Este aumento extremo de temperaturas también incrementó el estrés térmico, afectando al 44% del planeta en su punto máximo en julio. A su vez, regiones como Europa registraron su año más cálido, con 10.69°C, donde las primaveras y veranos se sintieron más calientes que nunca, con consecuencias visibles en eventos climáticos extremos como olas de calor e intensas lluvias.
“Este récord marca un llamado de atención ineludible”, destacó Tanides, insistiendo en que «aún estamos a tiempo de actuar, pero las decisiones deben ser rápidas, basadas en evidencia y con el compromiso de todos los sectores de la sociedad».
Algunas de las consecuencias que ya estamos experimentando con el cambio climático:
Temperatura global promedio récord: 15.10°C
Océanos más cálidos que nunca: 20.87°C
Mínimos históricos de hielo en los polos
44% del planeta afectado por estrés térmico en julio