Crisis. La fruta en el valle pasa su peor momento

No es negocio producir. El líder empresario del sector, Sebastián Hernández, advirtió que los precios no alcanzan para solventar los costos. Los números de los chacareros.

No es negocio producir. El líder empresario del sector, Sebastián Hernández, advirtió que los precios no alcanzan para solventar los costos. Los números de los chacareros.

Los chacareros del Alto Valle están condenados, a menos que se produzcan cambios drásticos en el modelo de negocio e impositivo vinculado a la producción primaria de peras y manzanas. Los precios de los productos que cobran los chacareros no alcanzan para sostener las obligaciones básicas para mantener en pie las plantaciones. La situación es “desesperante”, concluyó el presidente de la Federación de Productores de Fruta de Río Negro y Neuquén, Sebastián Hernández.

Se entiende la sentencia si se considera que los acopiadores pagan entre 4 y 5 pesos por kilo de manzana y 3 pesos por kilo de peras a los productores, mientras que se estima que el costo de producción para ambas frutas es de 5,50 pesos por kilo.

Con ese escenario no hay salida posible. Hernández enfatizó sobre la importancia de bajar los costos. Puso como caso testigo que en materia de exportación una caja de manzanas sale de Argentina a no menos de 18 dólares, mientras en Chile sale a 12 dólares hacia los mercados mundiales. Los chacareros no tienen ninguna posibilidad de salir a otros mercados, sólo las grandes empresas tienen acceso, pero en estos momentos el país no es competitivo.

Los chacareros del valle protagonizaron una fuerte protesta en el puente carretero entre Neuquén y Cipolletti. Regalaron 40 mil kilos de fruta a una multitud que se congregó en busca de peras y manzanas.

Los costos de los productores, tanto de agroquímicos como de herramientas han seguido los vaivenes de la inflación, mientras que los precios de sus productos se mantuvieron más o menos constantes. Hernández lamentó que la devaluación de diciembre de 2015 no tuvo efectos positivos para la producción local, debido a que las frutas del valle no tienen chances de pelear mercados externos y los precios que les pagan a los dueños de las plantas no siguieron la suba de las góndolas.

La jornada de protesta entregó una postal que describe sin necesidad de palabras la realidad del sector frutícola y de los consumidores del Alto Valle.

Los chacareros no consiguen un precio rentable para sus productos y los consumidores no encuentran precios accesibles para las frutas en las góndolas de los supermercados o las fruterías urbanas. “Hoy la comercialización está complicada. Por una situación de altos costos, la exportación está paralizada”, identificó Hernández como principal problema para los empresarios que se dedican a la producción primaria de frutas en el Alto Valle.

El siguiente inconveniente para que la producción sea un negocio es que en los últimos tiempos se ha producido un achatamiento del mercado interno de las frutas. El dirigente del agro local sostuvo que “esto se debe a los altos precios que tienen los productos en los comercios” y también “a la caída del poder adquisitivo de los consumidores”. Según las últimas investigaciones de consumo que maneja la Federación de Productores, cada argentino compra en promedio entre cuatro y cinco kilos de frutas por año, cuando hace unos años la media era de 10 o 12 kilos por persona en el país.

Para tener una idea precisa, cinco kilos no son más de 25 manzanas, es decir que el consumo medio es de muy poco más de dos manzanas por mes por habitante.

El bajo consumo no está despegado del alto precio que tienen las frutas en los comercios. Un kilo de peras o manzanas oscila entre los 40 y 60 pesos en los supermercados. “Esto hace que el mercado interno esté abarrotado y haya mucha fruta guardada en frío. Estamos hablando de una situación que va a generar que se restrinja aún más la salida de la producción de este año”, puntualizó el dirigente sectorial. En el mercado interno es ínfimo el consumo de peras respecto del de manzanas, además de ser mucho delicado el tratamiento que requieren las peras para su conservación en buen estado.

“Las manzanas con un buen sistema de frío pueden mantenerse hasta que levante el precio, pero con las peras es más complicado”, advirtió Hernández para graficar que la realidad de los productores de peras es aún peor que la que viven los cultivadores de manzanas.

Los precios que perciben los productores por las peras y las manzanas no mejoró ni siquiera con la caída de la cantidad cosechada de estas variedades de frutas. En la actual campaña, se perdió prácticamente la mitad de la producción.

Las chacras del valle tienen un potencial productivo de un millón doscientos mil toneladas, pero como consecuencia de los efectos de las heladas y una gran granizada, se estima que la cosecha cerrará con la mitad de esa cantidad. Los cientos de miles de kilos dañados por las inclemencias climáticas quedarán en las plantas hasta secarse y caerse.

“Para la fruta dañada no hay ningún tipo de mercado si no tenemos cómo ubicar la que está en buen estado”, sostuvo Hernández.

Exportar está vedado. los costos locales no compiten en el exterior.

5,50 pesos es el costo de producción por kilo que tienen los chacareros en sus quintas de peras y manzanas del Alto Valle de Neuquén y Río Negro.

3 a 5 pesos perciben los productores del valle por la fruta. Las peras cotizan a $3, mientras que las manzanas lo hacen a entre 4 y 5 pesos.

Quejas por los impuestos

Los productores del Alto Valle consideran que uno de los principales problemas para el desarrollo de la actividad que los sostiene son los costos. Y dentro de estos, los impuestos están en la mira de los chacareros como escollos a la competitividad.

“El Estado recauda entre 7 y 10 pesos por kilo de fruta en concepto de impuestos si se toma la carga en toda la cadena hasta que llega al consumidos. Son dos o tres veces lo que percibimos los productores por ese kilo de pera o manzana”, ejemplificó el presidente de la Federación local de productores de fruta, Sebastián Hernández.

“Los impuestos también encarecen los implementos de trabajo. Un tractor acá vale 750 mil pesos, mientras que en Chile se puede comprar con 200 mil pesos. La diferencia son los impuestos”, agregó.

“En esta situación nosotros no podemos sostener más esta presión tributaria. Nos estamos fundiendo. El Estado nacional está recaudando más que nosotros por un kilo de fruta. No tiene ninguna lógica que sea así”, concluyó el productor.

Fuente: La Mañana Neuquén