Críticas a Dilma Rousseff tras los anuncios de beneficios a trabajadores
03/05/2014 EL MUNDOEn medio de una caída de su popularidad, la presidenta de Brasil dispuso rebajas impositivas y aumentos de los subsidios.
En el marco del Día del Trabajador, la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, anunció ayer una serie de medidas que benefician a las clases trabajadoras, lo que hizo estallar una ola de críticas por parte de analistas y opositores. Las preocupaciones por una alta inflación y un escándalo que rodea a la petrolera estatal Petrobras han golpeado el apoyo a Rousseff, incrementando las posibilidad de que sus rivales puedan forzarla a dirimir la presidencia en una segunda vuelta de las elecciones programadas para el 5 de octubre.
Aunque Rousseff se mantiene como la clara favorita para ganar su reelección, una sondeo divulgado esta semana mostró que la carrera presidencial podría ser más complicada que lo que se pensaba inicialmente para la líder de izquierda.
En un discurso celebrado el miércoles, en la víspera de los festejos por el Primero de Mayo, la mandataria, quien confirmó ayer que irá por la reelección, anunció un aumento de 10 por ciento en el programa de Beca Familia, del que se benefician unos 36 millones de brasileños. Reciben una mensualidad a cambio de que envíen a sus hijos a la escuela, entre otras contrapartidas.
También anunció que a partir de 2015 corregirá a la baja el Impuesto de Renta en la Fuente (IRF), que grava el salario de los trabajadores, y prometió mantener la política de valorización real del salario mínimo a partir de 2016. El anuncio de las medidas que benefician a los trabajadores, principal sustento electoral del oficialista Partido de los Trabajadores (PT), ocurre en momentos en que la mandataria sufre una progresiva caída en las encuestas, cuando faltan seis meses para las elecciones presidenciales en las que buscará la reelección. «Nuestro gobierno nunca será de «garrote» al salario, ni un gobierno de mano dura contra los trabajadores», sostuvo la mandataria, aludiendo directamente a la oposición. «Para ellos, la valorización del salario mínimo es un error del gobierno, y por eso defienden la adopción de medidas duras, siempre contra los trabajadores», acusó.
Corrupción en Petrobras
Rousseff también abordó las denuncias de corrupción que han azotado de lleno en las últimas semanas al ente estatal Petrobras, la mayor empresa pública de Brasil y la cual está vinculada directamente a su gestión anterior a la presidencia, cuando presidía el Consejo de Administración del ente. «Sé que la exposición de esos hechos (de corrupción) causa indignación a todos, sea la sociedad, sea el gobierno, pero eso no nos inhibirá a investigar más, denunciar más y mostrar todo a la sociedad», afirmó.
Analistas evaluaron los anuncios como una forma «desesperada» de frenar el desplome en las encuestas. Según el último sondeo de opinión, divulgado el miércoles, la intención de voto a la presidenta cayó 6,7 puntos porcentuales desde febrero, pasando de 43,7 a 37 por ciento. El estudio realizado por el instituto privado MDA no fue el único que reveló una caída en la intención de voto en la presidenta, en la evaluación de su gobierno y en su evaluación personal.
A contramano
En su edición de ayer, el diario Folha de Sao Paulo sostuvo que el «paquete de bondades» anunciado por Rousseff va «a contramano de los intentos recientes de su equipo económico por recuperar la credibilidad de las cuentas del Tesoro Nacional».
No estaba claro inmediatamente el impacto que tendrán las medidas sobre las debilitadas cuentas fiscales brasileñas. El decreto incrementa en un 4,5 por ciento los niveles de ingresos utilizados para que los trabajadores paguen impuestos, lo que significa que la mayoría de los trabajadores terminarán con una menor carga tributaria.
La oposición reaccionó a su vez con dureza al discurso, que calificó de «lamentable». El precandidato a la Presidencia por el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), principal opositor del gobierno, Aécio Neves, dijo que el discurso muestra «la desesperación de un gobierno acosado por sucesivas denuncias de corrupción y una presidenta de la república debilitada por el boicot de su propia base aliada».
La vuelta de Lula
Neves hace referencia a un particular episodio que tuvo lugar en la Cámara de Diputados, donde 20 de los 32 diputados del derechista Partido Republicano (PR) divulgaron un manifiesto pidiendo que sea Lula da Silva y no Rousseff el candidato del PT en los próximos comicios, por estar más preparado para impulsar el crecimiento económico del país.
Según algunos analistas políticos brasileños, la posibilidad de que el ex tornero mecánico se presente como candidato presidencial en octubre próximo es muy remota, aunque no descartable del todo.