De cal y de arena: el río crece, pero sigue frenado el debate por la ley de humedales

El caudal en Rosario alcanzó los 2,47 metros y entró en nivel de "aguas medias", indicaron desde el instituto nacional que estudia la altura

El caudal en Rosario alcanzó los 2,47 metros y entró en nivel de «aguas medias», indicaron desde el instituto nacional que estudia la altura

Mientras el nivel del Paraná mejora en el marco de su bajante más prolongada en más de un siglo aun cuando no está claro si se trata de un episodio fugaz o de la normalización del nivel del río, el proyecto de ley de humedales presentado en el Congreso Nacional que se propone proteger ese territorio sigue frenado y aparece cada vez más lejos de volver a discutirse. El tratamiento del presupuesto para 2023 y, sobre todo, los coletazos del planteo hecho por los gobernadores del norte del país a finales de septiembre que provocaron rupturas en los consensos logrados ensombrecieron el escenario y la posibilidad de tomar el debate. Los propios ambientalistas que impulsan la ley admiten que el horizonte es «muy complejo».

La contracara al oscuro panorama legislativo es la mejora en los niveles del río, tal como lo anticipó el Instituto Nacional de Agua (INA) en su último pronóstico para el Paraná, que este martes alcanzó de acuerdo a las mediciones de Prefectura Naval, los 2,47 metros. Un número que lo saca del nivel de aguas bajas para ponerlo, al menos por ahora, en el de aguas medias, según explicó a La Capital Juan Borus, ingeniero del INA.

Si bien el informe emitido el 21 de octubre pasado afirma que «las condiciones son en general mejores que las observadas en 2020 y 2021» (de hecho los 2,47 están 41 centímetros por encima de la medición del día de la publicación), no deja de considerar que «la perspectiva climática aún no permite establecer un límite temporal del escenario de aguas bajas predominantes», que comenzó junto con la pandemia de Covid 19, allá por marzo de 2020.

Con esta medición, el río a la altura de Rosario apenas alcanza a superar el «límite de aguas bajas», aunque aún no llega a la media de 2,65 metros, que es el nivel medio para el mes de octubre de acuerdo al promedio entre 1995 y 2001.

Un pequeño pico
«Lo que vemos ahora es un pequeño pico que corresponde al segundo pulso de crecida el Iguazú», señaló el especialista del INA y detalló que este martes, en Corrientes, el nivel era de 4,90 metros, lo que calificó como «un repunte absolutamente ordinario que es positivo hacia abajo porque permite entrar en aguas medias».

Así y todo, Borus aclaró que todavía no está definido si esta suba «es un escenario fugaz o significa el inicio de la normalización del caudal» de las aguas, y agregó: «Por estos días las lluvias se disiparon y son más normales sobre la cuenca del Iguazú y en Misiones, que es donde se originó la crecida que benefició hacia abajo».

Por eso, el ingeniero anticipó que sobre el final de la semana, a partir de mañana, «habrá una tendencia predominante de descenso del caudal entrante al tramo argentino en términos de niveles máximos», aunque, así y todo, lo ocurrido hasta ahora «ya permite entrar en nivel de aguas medias, lo que es muy positivo».

Con ese escenario, ahora los especialistas esperan para el final de semana la reunión mensual que mantendrán con el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), que permitirá, nada menos, que actualizar la situación para el último trimestre del año y comenzar a ver «qué sucederá en el verano», dijo Borus sin ocultar sus expectativas.

A título personal, el ingeniero hizo su apuesta recién para enero de 2023. «Creo que recién a mediados de enero en adelante habrá una vuelta gradual a la normalidad y, en función de eso, es altamente probable que el otoño próximo sea, en términos generales, más normal», vaticinó.

Una ley sin debate a la vista
Sin los votos necesarios para un dictamen de mayoría, la posibilidad de debatir en un plenario de comisiones del Congreso la ley de humedales quedó frenada desde finales de septiembre y nada indica que ese escenario pueda destrabarse.

Además de la centralidad de la discusión del presupuesto para el año próximo, los legisladores pidieron «tiempo» para conocer en profundidad la posición de los gobernadores del norte del país, vinculados fundamentalmente a la actividad minera, que telefónicamente y desde Washington, donde estaban de gira, hicieron objeciones a determinados puntos del proyecto.

Desde ese momento, la fragmentación incluso hacia adentro de los principales bloques (el Frente de Todos con su «ala ambientalista» que encabeza el autor del proyecto, Leandro Grosso, y Juntos por el Cambio, que presentó otra alternativa) no logra determinar un camino cierto para la discusión, pese a los pedidos de los legisladores.

El santafesino Enrique Estévez es uno de los que viene reclamando desde la semana pasada que «pongan fecha y hora para retomar el plenario y avanzar», pero la respuesta fue que eso sería posible recién después del tratamiento de la ley de presupuesto.

Los ambientalistas, si bien no dejaron de movilizarse para activar el debate de la ley, admiten que, «por ahora el proyecto está caído y no se ve una luz para tratarlo». Incluso consideraron clave el accionar de los gobernadores que mostró que «existen sectores que no quieren la ley» y que provocó que «legisladores que en un principio estaban a favor, e incluso aparecen como firmantes, hoy tengan posicionamientos no tan claros».

Así, con los consensos casi quebrados, la posibilidad no solo de discutir, sino de lograr la aprobación de la normativa que proteja los reservorios de agua que significan los humedales a lo largo y ancho del país, aparece cuanto menos incierta.

Fuente: La Capital