Dedica su vida para lograr que las ciudades sean verdaderamente accesibles

Se está trabajando fuertemente para poder cumplir la meta de convertir a todos los establecimientos hoteleros y gastronómicos en inclusivos.

Se está trabajando fuertemente para poder cumplir la meta de convertir a todos los establecimientos hoteleros y gastronómicos en inclusivos.

Con ese objetivo la FEHGRA a través de la Asociación Empresaria Hotelera Gastronómica de Bariloche (AEHGB), realiza esta semana una serie de importantes cursos de accesibilidad con una destacada asistencia tanto de personal del sector como propietarios.

Daniel Pardo y Daniela Lucero, conductores del programa Chocolate por la Noticia, que se emite por El Cordillerano Radio (93.7), dialogaron con Betina Anzilutti, fundadora de Noun Eventos & Capacitación Ejecutiva, quien tuvo a cargo los cursos desarrollados.

Tienen la sede central en Santa Fe y representaciones en 14 países de Latinoamérica. Habló de cómo nació la iniciativa: “Me formé en eventos en Milán y a este amor se suma el que nací con una discapacidad motriz congénita que me hace caminar con cierta dificultad”.

Agregó “me fui dando cuenta que ni los restaurantes, hoteles, aeropuertos o Centros de Convenciones en América Latina, son accesibles y no solo para personas que presentan estas problemáticas, sino también alguien en silla de ruedas, ciegos o sordos”.

Dijo que lo que llama la atención es una cifra que brindó la Organización Mundial de la Salud. “Las personas con capacidades restringidas como obesos, mayores de 55, una embarazada o una mamá que tiene que empujar un carrito, somos 85 millones” alertó.

Una enorme cantidad de portadores de capacidades restringidas. “Por ende cuando me dirijo a los empresarios siempre digo que si sus establecimientos no son accesibles por una cuestión empática, lo hagan por un tema comercial”.

La gran mayoría de esas personas estarían dispuestas a viajar, a ir a un restaurante o alojarse en hoteles pero se encontrarían con las restricciones de accesibilidad.

Consultada acerca de si en estos últimos años ha visto alguna evolución o un interés en lo que a esta temática se refiere dijo: “Vamos de a poquito pero hay una creación de consciencia, recordemos que hace 20 años directamente esta problemática no se trataba”.

Una persona con discapacidad era un dolor de cabeza para el hotel que lo recibía o para la línea aérea que lo tenía que acompañar en su vuelo”, dijo.

Agregó: “los invito a pensar que quizás decidan ir un día a esquiar, se quiebran una pierna entonces al día siguiente, van a necesitar lo básico, por ejemplo la rampa de acceso”.

“No se trata solo de los establecimientos, también las veredas, los buses que deben tener pisos bajos, deben despertar y decir que el turismo sea por y para todos”, recalcó.

Anzilutti viaja mucho para brindar charlas y seminarios y concientizar acerca de una realidad que todavía no es tan vista a nivel general. “Hablamos de todo, desde el tipo de mantel que debe utilizarse, los cubiertos, anchos de pasillos o la iluminación”.

Dio un claro ejemplo, “sólo el 2% de los menús de los restaurantes de Latinoamérica tienen carta en braille y no cuesta nada hacerlo, son tips que incentivar al cambio, a comenzar a implementarlos para que sea accesible y por ende inclusivo”.

Citó un gran ejemplo: “México es líder en Latinoamérica, saben que su sol y su Caribe facturan millones y han entendido que la industria del turismo es su fuente de trabajo y la inclusión es muy amplia”.

Detalló, “no solo tienen en cuenta las cuestiones básicas como las rampas, luces, ascensores, sino además, lo intangible, según la OMS hay cinco formas de discriminar a una persona con discapacidad. Desde mirarla raro hasta no tenerla en cuenta o maltratarla, entonces en Argentina voy con esto como una cruzada personal, es muy importante la accesibilidad intangible”.

Con respecto a la intervención del Estado en propiciar que haya mejores condiciones para recibir a una persona con discapacidad dijo, “ahí es mi gran dolor de cabeza, hay una clase política sin importar el partido al que pertenezca, que no toma consciencia”.

Todo es importante, desde la calidad de un aeropuerto hasta las condiciones dentro de la ciudad. “¿De qué me sirve que en el hotel me traten bien y tengan en cuenta la manera de moverme si salgo a la vereda y no tengo por dónde avanzar en mi silla de ruedas?” se preguntó.

Aseguró “esa es la gran deuda de Argentina, nuestras ciudades no son accesibles entonces rompen la cadena porque más allá de las intenciones de los empresarios hoteleros o gastronómicos”, si el privado no es acompañado por lo público, de nada sirve.

“No tenemos demasiada prensa y siempre quedamos para lo último, lo cual es una verdadera pena porque Argentina tiene tanta atracción turística y Bariloche ni qué decir, el paisaje que tiene es una joya invaluable”, valoró.

Para finalizar habló del camino que ha recorrido hasta ahora, divulgando la enorme necesidad de que se tome consciencia sobre la accesibilidad. “Creo que a partir de un problema o una prueba que te pone Dios, uno lo tiene que transformar en servicio”.

Recorre muchos lugares del mundo y en 2020 se puso a escribir cursos que va dando en diferentes ciudades y países.

Fuente: El Cordillerano