Después de 50 años, un crucero de EEUU llegó a La Habana

El buque debió esperar un cambio legal en la isla para poder vender pasajes a cubanos. Pero el precio queda muy lejos de su bolsillo.

Después de 50 años, un crucero de EEUU llegó a La Habana

Mágico. El Adonia entra al muelle de La Habana ayer a la mañana.

El buque debió esperar un cambio legal en la isla para poder vender pasajes a cubanos. Pero el precio queda muy lejos de su bolsillo.

Lágrimas y nuevas imágenes para la historia: el deshielo entre Cuba y Estados Unidos celebró ayer un nuevo hito con la primera llegada regular de un crucero norteamericano a la isla caribeña en más de 50 años. El Adonia entró a la bahía de La Habana poco después de las 9 de la mañana. Un cambio legal muy reciente en Cuba permitió que pudiera vender pasajes a ciudadanos cubanos. Claro que el precio del crucero queda muy lejos del magro bolsillo de los cubanos.

«Estamos muy orgullosos de traer el primer barco de cruceros de Estados Unidos a Cuba en 50 años», dijo Arnaldo Pérez, asesor legal de Carnival y él mismo de origen cubano. Unas 700 personas viajan a bordo del crucero inaugural a Cuba de Carnival. Entre los viajeros hay una veintena de personas de raíces cubanas, según Pérez. «Yo salí cuando tenía nueves meses (de edad) y ahora vengo aquí con mi esposa, mi hermana. Estamos muy orgullosos», aseguró el exiliado.

Mila Martín, por su parte, no pudo contener las lágrimas de emoción. «Mi padre fue el único de la familia de nosotros que regresó», explicó Martín, que salió de Cuba a los cuatro años y volvía por primera vez a su isla natal 46 años más tarde.»Estoy muy emocionada y con mucho orgullo de estar aquí», dijo sollozando. «Es muy especial para nosotros», agregó. «Mis padres me enseñaron todo», agregó sobre la cultura del país que quiere conocer ahora de cerca junto con su esposo español en los próximos días.

Expedición al pasado. También Ana García, de 54 años, espera poder redescubrir su país. «Quiero ver al pueblo cubano, casi no tengo memoria», contó la hija de exiliados nacida en La Habana y residente desde hace décadas en Miami. «La memoria que tengo es de mi mamá, de mi papá y de mi abuela. Papi ya falleció, pero siento que mi padre está conmigo hoy en este viaje especial», agregó García, que se define como «cubana de nacimiento y estadounidense por la gracia de dios».

La larga enemistad ideológica entre Cuba y Estados Unidos tras el triunfo de la revolución de Fidel Castro en 1959 dividió durante décadas a familias de exiliados anticastristas y sus parientes que se quedaron en la isla. Muchos emigrantes no pudieron volver a Cuba. En Florida, sobre todo en Miami, vive la principal comunidad de los más de dos millones de exiliados cubanos.

Decenas de curiosos se apostaron desde temprano a orillas de la bahía habanera para ver la entrada del crucero. Algunos desplegaron banderas de Estados Unidos y de Cuba. El Adonia había salido la tarde del domingo de Miami. El crucero durará una semana y atracará en los próximos días en Cienfuegos y en Santiago. La compañía ofrece el crucero como una oferta una «inmersión» en la cultura de la isla, con una frecuencia de dos semanas. Adonia no cuenta con casino ni espectáculos a lo Broadway. Los viajeros no deben esperar pasar su tiempo en Cuba practicando buceo o sobre motos acuáticas. Cada día, bajo las regulaciones actuales de Estados Unidos, tendrán que pasar por lo menos ocho horas involucrados en alguna actividad cultural.

Carnival espera una alta demanda para estos viajes. Ha establecido un precio base de 2.990 dólares por persona, más impuestos y tarifas de puerto. Una cifra ciertamente alta incluso para los ingresos de un estadounidense.

Cambio legal. Pero también Cuba debió cambiar su legislación. El viaje de ayer estuvo prececido por una fuerte controversia en torno a los pasajeros cubanos. Carnival excluyó inicialmente a viajeros cubanos, al anunciar en marzo el comienzo de los viajes. El motivo eran las leyes cubanas que impedían a los cubanos viajar sin un permiso especial. Aunque tengan también la nacionalidad estadounidense, los exiliados deben entrar a Cuba con pasaporte cubano. El exilio cubano presentó una demanda contra Carnival por discriminación. El régimen de Raúl Castro allanó hace unos días el camino, al reformar leyes y permitir que todos sus ciudadanos puedan embarcarse en barcos mercantes y cruceros. Claro que para los cubanos de la isla comprar un pasaje de crucero en Carnival es simplemente un sueño: su precio está totalmente fuera de sus posibilidades económicas. Los cubanos ganan un sueldo promedio de poco más de 20 dólares.

Fuente: La Capital, Rosario