Detrás del alambrado: el Gobierno puso una valla para esconder a los vecinos de Isla Maciel

La puesta en funcionamiento del Transbordador del Puente Nicolás Avellaneda tuvo dos caras: un breve acto oficial encabezado por las autoridades porteñas y el festejo de los habitantes de Isla Maciel, que no fueron invitados

La puesta en funcionamiento del Transbordador del Puente Nicolás Avellaneda tuvo dos caras: un breve acto oficial encabezado por las autoridades porteñas y el festejo de los habitantes de Isla Maciel, que no fueron invitados por el Gobierno, detrás de una reja de alambre.

“Porque un río no es una grieta, nosotros también celebramos” fue la bandera con la cual los habitantes de Isla Maciel festejaron la puesta en funcionamiento del Transbordador del Puente Nicolás Avellaneda, expulsados del festejo oficial que estaba sucediendo del otro lado de una reja de alambre colocada por el Gobierno nacional, con funcionarios porteños y provinciales, sin música, ni circo, ni murga, ni magia.

“Nos hubiese gustado ser invitados por el Gobierno nacional para participar de esta celebración”, expresó el intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi, tras participar de los festejos detrás del alambrado, mientras el Gobierno nacional inauguraba «una obra pensada, licitada e iniciada por el gobierno anterior».

El prolijo y breve acto del oficialismo comenzó cerca de las 15 y fue protagonizado por el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta y su vicejefe Diego Santilli. En su discurso, que duró menos de un minuto, Larreta aseguró que el transbordador “va a seguir levantando al barrio».

«Gracias a la Provincia por acompañarnos y sobre todo a los vecinos, que tanto orgullo tienen de este transbordador que recuperamos y es uno de los símbolos de la Ciudad», destacó, sin mencionar a los que, del otro lado, en Provincia, festejaban desde el mediodía.

Así fue que el primer viaje del transbordador quedó trunco, ya que los funcionarios de Cambiemos decidieron no completarlo para evitar disturbios, alarmados por el sonido de una banda de cumbia que atravesaba la grieta de alambre.

Es que los habitantes del municipio bonaerense se encargaron de que los funcionarios porteños y los enviados de la gobernadora María Eugenia Vidal no dejaran de ver y escuchar sus reclamos.

Durante los pocos minutos que estuvieron sobre el Riachuelo, Larreta y el secretario general bonaerense Fabián Perechodnik, vieron cómo del otro lado las banderas reclamaban la aparición con vida de Santiago Maldonado y la liberación de Milagro Sala, acompañados por carteles que agradecían al gobierno anterior por la recuperación del histórico transbordador.

Fuente: InfoCielo