Días de definiciones y tensión en Santa Fe

Claves. La Legislatura debería tratar proyectos clave que pide el gobierno, en medio de una pésima relación política entre Perotti y el Frente Progresista

Claves. La Legislatura debería tratar proyectos clave que pide el gobierno, en medio de una pésima relación política entre Perotti y el Frente Progresista

La política santafesina tendrá días de definiciones, justo en el peor momento de la relación entre el gobierno de Omar Perotti y la oposición del Frente Progresista.

Si alguien esperaba que sobre el final del calendario de sesiones ordinarias, el consenso y la paz relativa se instalaran en lo más alto del poder, los dichos de la secretaria de Derechos Humanos Lucila Puyol, acusando de “narcosocialistas” a los opositores generó un terremoto político.

No sólo que Puyol es funcionaria oficial, representa al gobierno, sino que sigue siéndolo después de la boutade. Que se sepa no hubo pedido de disculpas ni de la Casa Gris ni de la propia Puyol. “Si te golpea el narcosocialismo de (el ex ministro de Seguridad provincial Maximiliano) Pullaro y compañía, sumados con la derecha conservadora, sigamos adelante que estamos haciendo las cosas bien”, escribió la mujer en su cuenta de Twitter.

Después de esto, los diputados del Frente Progresista no quieren ni que salga un proyecto de declaración de Perotti por la paz en el mundo. El presupuesto sigue anclado en el Senado, donde había ánimo de los peronistas de darle aprobación, pero por el solo hecho de no arruinarle a Perotti la cena de Nochebuena. ¿Qué hará el Frente Progresista en Diputados? Nadie lo sabe a esta hora.

En espera

Hay otros temas varados: endeudamiento, ley policial y emergencias. La primera mirada a la ley Sain tuvo un “resultado pavoroso”, dijo un legislador radical a La Capital. “¿Cómo vamos a aprobar un proyecto de reforma policial que involucra 20 años a futuro en un abrir y cerrar de ojos? Además, algunas cosas que vimos son malísimas, pasadas de moda e inaplicables”, completó la fuente.

El gobierno provincial tiene un presente muy duro en materia de seguridad y, está comprobado, la temporada estival tira todos los números para arriba, y para peor. Ese es el principal problema que registra la Casa Gris en las encuestas. Casi el 60% de los rosarinos critica el manejo de la seguridad (fuente: Inmediata Argentina).

Respecto del endeudamiento, la oposición ya se la concedió durante el año, aunque el gobernador considera que no se pudo hacer uso de ella por la pandemia. “No es tiempo de endeudarse, con el dólar disparando como un caballo salvaje. No habrá autorización”, afirmó a este diario un diputado socialista.

Respecto de las emergencias tampoco hay consenso en la oposición. Todas las cuestiones se llevaran por delante el 2020. Y el año próximo empezará y terminará teñido de clima electoral. Ahí no saldrá ni un proyecto de apoyo a la tarea familiar de Papa Noel.

Sepa el lector que en diciembre se termina la última chance de acercamiento entre perottistas y opositores. Este rechazo visceral entre ambos nació durante la campaña, continuó durante la transición, se expandió el día que asumió Perotti y se mantuvo durante todo el 2020.

Las elecciones del año próximo serán tomadas como una encuesta real sobre el estado de la política, pero ni por asomo define el 2023. Recuérdese que en las elecciones intermedias de 2019, Albor Cantard arrasó en la provincia y Roy López Molina en Rosario. Dos años después Juntos por el Cambio perdió la Presidencia y salió tercero a concejal en Rosario.

Perotti necesita ganar las intermedias porque dos años después se va del poder y debe mantener gobernabilidad hasta ese momento, especialmente en la interna del peronismo, donde hay muchos dirigentes con diferencias, pero que no han hecho ninguna referencia pública. El malestar se manifiesta a la hora de votar, como cuando 19 senadores hacen un frente común contra Marcelo Saín, el ministro de Seguridad.

Por el lado de Lifschitz, el ex gobernador ya le cargó nafta al auto y recorre varios pueblos por semana para hablar con los intendentes y los dirigentes territoriales. Los viajes de Lifschitz por el interior continuarán durante el verano y, luego, el presidente de la Cámara de Diputados dirá si es candidato o no a senador nacional.

Lifschitz, Javkin y el futuro

Si Lifschitz es postulante habrá un ordenamiento natural: el radicalismo encabezará la lista a diputado nacional y llevará un correligionario como segundo aspirante a la senaduría. A la hora de negociar Rosario, tendrán que lidiar con el intendente, Pablo Javkin, quien quiere ser considerado como el nuevo líder del Frente Progresista.

Está más que claro que si los socialistas y Javkin no acuerdan un camino común, el peronismo se restregará las manos. A propósito, ¿Perotti va a impulsar un candidato peronista en Rosario?

Está claro que si Marcelo Lewandowski deja su cargo de senador para presentarse como primer candidato a concejal habrá elecciones muy jugosas. Eso hizo Emilio Jaton: se presentó a concejal, ganó y quedó como principal candidato a intendente. En 2019, gano cómodamente los comicios en la capital.

Hace un tiempo, el actual senador por Rosario dijo que lo tendrían que agarrar “dormido” para cambiar el cargo actual por el de concejal.

Hoy, Javkin es el gobernante con mejor imagen positiva en la provincia de Santa Fe. Muy superior, incluso, a la de su gestión. Lo necesita Lifschitz para encarar una elección a senador y/o gobernador. Y lo necesita Perotti, por todo lo contrario.

Fuente: La Capital