Disturbios en Grecia por el nuevo ajuste

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El Parlamento aprobó el acuerdo con la Eurozona, mientras cientos de griegos se manifestaban violentamente. Peligra la continuidad del gobierno.

Mientras en la simbólica plaza ateniense de Syntagma explotaban bombas molotov, el aire se llenaba de gas lacrimógeno y la Policía dispersaba a miles de manifestantes, a unos pasos de allí, el Parlamento griego aprobaba anoche el duro acuerdo que el gobierno se comprometió a cumplir con sus acreedores de la Eurozona.

La sesión parlamentaria comenzó con la amenaza sobre la coalición gobernante, Syriza, de quebrarse. El tratamiento avanzó en un clima de apuro y tensión, sin la presencia del primer ministro Alexis Tsipras.

En nombre del gobierno griego y con inusual honestidad, el nuevo ministro de Finanzas, Euclides Tsakalotos, volvió a defender el acuerdo y el duro y masivo ajuste que representará.

«No sé si hicimos lo correcto. Pero creo que sentimos que no teníamos otra opción», sentenció el ministro que negoció el acuerdo junto con Tsipras en un maratónico fin de semana, que terminó con una cumbre de líderes de la Eurozona de 17, según el portal de noticias local The Press Project.

Tsipras aceptó un tercer programa de ayuda europeo aún más neoliberal que el rechazado por el 61% de sus compatriotas en un referéndum hace sólo una semana, que le garantizará 86.000 millones de euros en los próximos tres años y el «compromiso» de discutir una reestructuración de la deuda griega, que ya supera el 180% del PBI nacional.

A cambio de una nueva inyección de dinero que permita recapitalizar los bancos griegos, poner fin al corralito y pagar los cercanos vencimientos de deuda con los acreedores europeos y cumplir con la cuota atrasada del FMI, Tsipras aceptó un fuerte aumento del IVA, un recorte de las jubilaciones, una reforma del mercado laboral y del Código Civil y un descarnado e inédito proceso de privatizaciones.

Este acuerdo preliminar debía ser aprobado anoche por los diputados griegos para que los ministros de Finanzas del Eurogrupo, empiecen a negociar los detalles del texto final del tercer programa de ayuda financiera de la Unión Europea (UE) a Grecia en cinco años.

Renuncias y pérdida de apoyo

La oposición dentro de la coalición gobernante, así como en su base electoral es mucho mayor que cuando el Parlamento griego tuvo que aprobar la última propuesta del gobierno de Tsipras a los acreedores europeos, el premier heleno perdió el apoyo de 17 diputados de la bancada de Syriza que rechazaron el texto por considerar que era muy similar al ajuste rechazado en el referéndum.

Horas antes de que comenzara el debate parlamentario, la viceministra de Finanzas, Nadia Valavani, y el secretario general del ministerio de Economía, Manos Manousakis renunciaron a sus cargos, mientras que la presidenta del Parlamento, Zoe Konstantopoulou, dio un paso a un lado y se negó a encabezar la sesión.

Como si esto no fuera suficiente para instalar un clima de tensión entre el oficialismo, el ministro de Reconstrucción Productiva, Planificación y Energía, Panagiotis Lafazanis, y el parlamentario y economista Kostas Lapavitsas, y, una vez más, el diputado y ex ministro de Finanzas, Yanus Varufakis, hicieron público su desacuerdo y su repudio al nuevo ajuste impulsado por Alemania y aceptado por Tsipras.

Asimismo, 109 de los 201 integrantes del comité central de Syriza emitieron un duro comunicado, en el que calificaron al acuerdo como «un golpe de Estado», según la agencia de noticias EFE.

Al comenzar la jornada, Tsipras se reunió con la bancada de Syriza y les pidió su apoyo para que su gobierno mantenga mayoría parlamentaria y no caiga. «Soy primer ministro porque tengo un grupo parlamentario que me apoya. Si no tengo su apoyo, será difícil que sea primer ministro al día siguiente», les advirtió Tsipras, según publicaron varios medios locales e internacionales.

Finalmente, los sindicatos de empleados públicos, uno de los sectores sociales que más apoyaron la llegada al poder de Tsipras y Syriza, realizaron ayer el primer paro nacional contra el actual gobierno, una medida que sin embargo, no tuvo una gran adhesión, especialmente en el transporte público.

Fuente: La Mañana de Córdoba