Ediles de Rosario y el municipio criticaron el proyecto de prohibir cuidacoches

Repudio. La prohibición de los cuidacoches no cosecha adhesiones en el municipio ni en las bancas del Concejo. (foto: Héctor Rio)

Repudio. La prohibición de los cuidacoches no cosecha adhesiones en el municipio ni en las bancas del Concejo. (foto: Héctor Rio)

La iniciativa del PRO busca sancionarlos si se ubican en Pichincha, La Fluvial, el área de estacionamiento medido y en shows masivos.

El proyecto que el edil macrista Rodrigo López Molina presentará esta semana en el Concejo para prohibir los cuidacoches en diversos sectores del macrocentro rosarino cosechó sus primeros rechazos. El radical Jorge Boasso lo tildó de «sueño fascistoide», su par kirchnerista Roberto Sukerman consideró incorrecto englobar a todos los trapitos «como delincuentes» y el secretario de Gobierno municipal, Fernando Asegurado, recordó que «ni la propia fuerza política del edil, siendo gobierno en la Capital Federal, pudo implementarlo».

El macrismo en el Concejo presentará un proyecto a través del cual se prohíbe el cuidado de autos en el área del estacionamiento medido, en barrio Pichincha, en la zona de La Fluvial y en unos 300 metros alrededor de eventos artísticos o deportivos de asistencia masiva.

La propuesta de López Molina contempla multas de hasta 2 mil pesos y deja en manos de la reglamentación del Ejecutivo la gradualidad en las sanciones. Además, se deberá relevar a quienes desempeñan esas prácticas para conformar una base de datos y, de ese modo, sumarlos a un programa de capacitación en oficios.

Uno de los argumentos de la iniciativa, y según el propio autor del proyecto, apunta a combatir «bandas organizadas que operan en zonas muy transitadas con prácticas extorsivas, con amenazas de represalias si no les abonan lo que exigen».

En la comisión de Gobierno del cuerpo deliberativo (donde seguramente ingresará el proyecto), su presidente, Boasso, fue categórico: «Con la tasa abrumadora de homicidos en Rosario quieren meter presos a los cuidacoches. Parece una joda para (Marcelo) Tinelli».

El radical hace años viene bregando por autorizar el rubro mediante la identificación de los trabajadores con pecheras en las que se pueda leer el nombre y el apellido del cuidacoche con su foto. Y sólo se los autoriza a recibir una contribución voluntaria. Para combatir la extorsión, los automovilistas podrían identificarlos ante la policía o los agentes municipales.

Rechazo de sus pares

«Estos chicos del PRO me hacen reír, son cómicos. ¿Cómo hace el inspector para seguir a una persona NN? Es una tomada de pelo irrealizable, incumplible y puramente teórica para contentar a alguno que quiere meterlos presos o matarlos. Puro marketing, un sueño fascistoide», resumió Boasso.

Para Sukerman, integrante de la comisión de Gobierno, entre los cuidacoches «hay de todo: están los que tienen excelente relación con quienes dejan sus autos, se los lavan y hasta les reservan los lugares, y también de los otros, pero no todos son delincuentes».

El concejal se inclinó por fortalecer los controles, utilizar las cámaras de videovigilancia y difundir las formas de denunciar para desbaratar lo que podrían ser bandas extorsivas.

«Prohibir no es la solución. Lo que sirve es una mayor presencia del Estado. Plantear la capacitación a individuos de determinada edad resulta un sinsentido. Muchas de estas personas no encontraron otra forma de sobrevivir que ésta», enfatizó el concejal del FpV.

«No es la solución»

A su turno, Asegurado también se pronunció en contra del proyecto del concejal del PRO.

«Eliminar una situación social tan compleja como ésta no es la solución. Las extorsiones o amenazas delictivas que se producen en estos temas tienen al 911 o al 0800 de la GUM para ser denunciadas. El espacio público no concesionado debe funcionar exclusivamente con el pago voluntario. Y lo de los espectáculos masivos merece un tratamiento especial», consideró Asegurado.

El funcionario de Mónica Fein aprovechó para recordarle a López Molina la negativa de su bloque a votar el presupuesto municipal. «Casi diariamente aparecen ordenanzas que plantean mayor presencia del Estado, pero casi nunca vienen acompañadas de financiamiento. Entonces, se transforman en una expresión de deseo», destacó Asegurado.

Fuente: La Capital de Rosario