El Intendente de Rafaela destacó el nuevo rol de los municipios

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El primer mandatario rafaelino dijo que «los municipios somos la cara más humana del Estado, la cara más cercana, la cara a la cual los vecinos acuden todos los días, y sin la discusión de una ley de coparticipación adecuada a las necesidades que tenemos las municipalidades».

Se firmó ayer en Medellín la Declaración del I Encuentro Global Ciudades para la Vida, en cuya confección participó el intendente de Rafaela, Luis Castellano, junto a casi 60 mandatarios de Latinoamérica y el mundo, entre los cuales estuvieron el Alcalde de La Paz (Bolivia), Omar Oscar Rocha Rojo, el Alcalde de Málaga (España), Francisco de la Torre Prados, la Alcaldesa de Monterrey, Margarita Arellanes y Alcalde de Fortaleza (Brasil), Roberto Rodrígues Bezerra. Recordemos que además de Castellano, fueron invitados de nuestro país los intendentes de Zárate, Mendoza y Villa María.

Los alcaldes y expertos urbanos buscaron en este I Encuentro Global Ciudades para la Vida, realizado en Colombia, registrar el conocimiento más relevante en el mundo relacionado con los temas urbanos, y de esta manera ponerlo en circulación de manera solidaria, metodológica e innovadora, al servicio de la solución de los retos complejos de las distintas urbes y sus habitantes.

Por eso, en la reunión que mantuvieron ayer, se avanzó sobre el rol de estas actividades en un mundo globalizado y debatieron sobre las políticas que deben guiar la consolidación de las Ciudades para la Vida, llegando a distintas conclusiones.

Entre las mismas, reconocieron el ritmo acelerado de urbanización en el mundo (que concentrará en las grandes urbes a más del 75% de la población en el año 2050), y la innegable e imparable tendencia a la globalización, con las oportunidades y vulnerabilidades que esta conlleva para las ciudades y su habitantes, en asuntos complejos relacionados con la planeación y el diseño urbano, la movilidad, el gobierno, la seguridad humana, el medio ambiente y el desarrollo social de las comunidades, especialmente de las más vulnerables.

Además, dejaron entrever que en ese contexto, «consideramos que toda solución pertinente, equitativa y justa para los retos que afrontan nuestras ciudades, sólo es posible mediante un abordaje sistemático y sistémico, una cohesión de conocimientos, un intercambio de experiencias y una colaboración entre gobiernos, la academia, empresarios, gremios, colectivos sociales y sociedades civiles locales», dijeron.

En tanto, comentaron también que en el mundo globalizado, la interrelación entre los procesos sociales, medio ambientales, políticos, económicos, tecnológicos y culturales, demanda asumir, con capacidad de resiliencia, una reflexión conjunta, permanente y profunda sobre el destino de las ciudades para encontrar estrategias viables que hagan de ellas lugares para la vida incluyentes, equitativos, justos, seguros e inteligentes, con la mejor calidad de vida posible y que más allá de la diversidad cultural, el tamaño, las condiciones actuales de las ciudades, las fronteras legales o imaginarias e, incluso, el grado de dependencia política y económica de otros gobiernos regionales o nacionales, es prioritario garantizar la gobernabilidad democrática, el desarrollo humano sostenible y sustentable, la inclusión, la equidad, la corresponsabilidad, el control social, la autorregulación ciudadana, los derechos humanos y de la naturaleza, y la libertad en urbes en constante cambio y cada vez más complejas.

Una vez analizados y establecidos algunos de estos puntos, llegó el momento de los acuerdos. En primer intancia realzaron que la defensa de la libertad, la paz y los derechos humanos son la base de las Ciudades para la Vida.
Además, buscarán propiciar la continuidad de la construcción, el desarrollo y, sobre todo, la aplicación del concepto “Ciudades para la Vida” en los proyectos fomentados, liderados o apoyados por los gobiernos locales, tomando como base las reflexiones acumuladas en el 7º Foro Urbano Mundial de ONU-Hábitat y en el XXI Congreso CIDEU (ambos certámenes realizados en Medellín, Colombia) y en los espacios de diálogo y cocreación del CITIES FOR LIFE Global Meeting Medellín 2015, como así también apostar por la vida como factor diferenciador de todas las ciudades. Esto es, hacer de ellas, del bienestar social y de una adecuada relación con el medio ambiente y los recursos que este provee, un propósito social, político y moral, basados en los principios de un buen gobierno –eficiente, transparente y abierto– y de una sociedad participante –corresponsable e ilustrada–, para actuar de manera mancomunada, innovadora y concertada, por el aseguramiento de las condiciones de gobernabilidad necesarias para el desarrollo humano, el fortalecimiento de lo público, la justicia social y las transformaciones culturales que requieren las Ciudades para la Vida.

Es por eso que dentro de los acuerdos pactados, se ha planteado trabajar conjuntamente en el desarrollo de metodologías para la innovación ciudadana, sin olvidar la importancia de la innovación tecnológica, en aras a incluir cada día con mayor fuerza la inteligencia colectiva como factor fundamental para la resolución de retos locales y globales que hoy son imperativos en su resolución de cara a un planeta más sostenible y armónico con las generaciones actuales y venideras.

LA INTERVENCION DE CASTELLANO

Cabe recordar que en su intervención en el foro que dio por resultado esta declaratoria, Castellano insistió en la necesidad de «promover el diálogo entre las ciudades y los niveles superiores del Estado, sea provincial o nacional», dijo y agregó que «los municipios somos la cara más humana del Estado, la cara más cercana, la cara a la cual los vecinos acuden todos los días, y sin la discusión de una ley de coparticipación adecuada a las necesidades que tenemos las municipalidades, será muy difícil llevar adelante la concreción de obras y programas que respondan al compromiso por la vida», afirmó nuestro primer mandatario. «No se producen transformaciones sin inversión, lo vemos aquí en Medellín y lo vemos en cualquier lugar del mundo», aseveró.

Asimismo, el titular del Ejecutivo rafaelino sumó un aporte en el sentido de que «no puede ser este solo un acuerdo de estados o municipios, debe ser un acuerdo de organizaciones también».

«Aquí se habló de la necesidad de incorporar a las universidades, y yo no solo asevero eso, sino que también propongo ampliar ese acuerdo a todas las organizaciones de nuestras comunidades. No puede ser que no hablemos el mismo idioma, y que mientras un municipio habla y hace para la vida, una empresa contamine un canal pluvial, por ejemplo, o que haya trabajadores mal remunerados o sin los servicios sociales que le corresponden», acotó.

A modo de cierre expresó que «para sintetizar, hablo de una mirada hacia afuera, por la necesidad de coparticipación e inversión, y una mirada hacia adentro, por un compromiso social de los integrantes de nuestras comunidades, para que este acuerdo sea realmente un acuerdo por y para la vida, y donde todos, como comunidades, estemos comprometidos», conceptualizó.

Fuente: La Opinión