El ministro económico de Lula trata de tranquilizar a los mercados brasileños

Fernando Haddad declaró que "no estamos aquí para aventuras", mientras la Bolsa de San Pablo se desplomaba, al igual que Petrobras

Fernando Haddad declaró que «no estamos aquí para aventuras», mientras la Bolsa de San Pablo se desplomaba, al igual que Petrobras

El ministro de Hacienda de Brasil, Fernando Haddad, aseguró que el flamante gobierno de Lula da Silva “no está aquí para aventuras”, en un claro mensaje para calmar a los mercados que en la apertura de la ronda bursátil de este lunes marcaban un retroceso del Bovespa de más del 3%. El nombramiento de Haddad, anunciado en diciembre, no fue bien recibido por los agentes económicos. Y la negativa de Lula a continuar con la privatización de Petrobras, iniciada por su predecesor Bolsonaro, tampoco cayó bien.

“No estamos aquí para aventuras”, afirmó el ministro tras indicar que el Gobierno que comenzó este lunes en Brasil trabaja para “restaurar” las cuentas públicas tras los cuatro años de Jair Bolsonaro en la Presidencia del país. En su primer discurso como ministro de Hacienda, el exalcalde de San Pablo calificó como “absurdo” el pronóstico de un déficit primario de 220.000 millones de reales equivalente a US$ 41.190 millones, previsto en el presupuesto vigente para el año en curso. El gobierno de Lula tiene minoría en el Congreso, un dato que debe tenerse muy en cuenta para evaluar la nueva gestión.

Haddad indicó que trabajará para “reducir” ese déficit y asumió el desafío de presentar un marco fiscal creíble después de que el Congreso aprobara un paquete que aumenta el tope de gasto de Brasil para aumentar los gastos sociales. También indicó que enviará al Congreso la propuesta de una nueva “ancla fiscal” para asegurar la sostenibilidad de la deuda pública y combatir así la inflación, según publicaron los portales de los diarios brasileños. De manera que el ministro de economía del nuevo gobierno de izquierda parece tener un enfoque fiscal “ortodoxo” y el gobierno saliente de derecha, uno expansivo del gasto público.

En declaraciones a los periodistas, Haddad indicó que Lula pidió que la decisión sobre la reanudación de los impuestos a los combustibles se defina cuando esté instalado el nuevo directorio de la petrolera estatal Petrobras. El flamante presidente planteó una exención de impuestos sobre los combustibles que de aplicarse tendría un impacto fiscal anual de 52.900 millones de reales, según estimó Haddad. Haddad remarcó que la armonización de la política fiscal y monetaria ocurriría “con seguridad”; que intentará democratizar el acceso al crédito y establecer un sistema tributario más transparente.

Las acciones preferenciales de la petrolera estatal Petrobras cayeron más de 6% y arrastraban al principal índice de la Bolsa de San Pablo a una baja superior al 3%, tras la asunción de Lula da Silva como presidente de Brasil.

No más privatizaciones
En una de sus primeras decisiones de gobierno publicadas ayer, Lula revocó los procesos de privatización de ocho empresas estatales, entre ellas Petrobras y Correos, iniciados durante la administración de Jair Bolsonaro.

Los papeles preferenciales de la petrolera caían 6,60%, mientras que los ordinarios retrocedían 5,71% pasado el mediodía, en medio de “una aversión al riesgo por parte de inversores ante las señales de un mayor intervencionismo del Estado”, según consignó la agencia AFP.

El desplome de Petrobras, una empresa estatal de capital abierto que cotiza en Bolsa, empujaba a una caída de 3,07% al principal índice de la Bolsa paulista, el IBovespa, en un día sin negociaciones en los principales mercados del planeta por el feriado extendido de Año Nuevo. La estatal Petrobras estuvo involucrada en enormes causas de corrupción investigadas en el proceso Lava Jato.

“La reacción del mercado responde a varios factores, entre los que se cuentan la prórroga de la reducción de impuestos sobre los combustibles decidida por Lula, y la posibilidad de que la política de precios de la compañía Petrobras sea modificada”, dijo el analista financiero Gilberto Braga.

“Hay una lectura del mercado de que habrá una injerencia cada vez mayor en las directrices de las compañías estatales, un retroceso respecto a una conducción más liberal”, agregó Braga. El senador Jean Paul Prates, indicado por Lula para presidir Petrobras, aseguró el viernes pasado que la política de precios de la petrolera cambiará, sin brindar mayores precisiones al respecto. Durante la campaña electoral, Lula, de 77 años, criticó las privatizaciones llevadas adelante por Bolsonaro y advirtió que durante su administración no serían vendidas otras firmas estatales.

Ahora queda abierta la incógnita de cómo conducirá Lula su política económica en esta su tercera presidencia. En las dos primeras fue moderado, con mucha atención a cuidar su relación con el sector privado. Ahora, tal vez presionado por el ala izquierda de su coalición, se ha mostrado más partidario a un rol activos del Estado en la distribución de la riqueza. A la vez, el estado de la economía brasileña exige estimular la inversión y el ahorro.

Fuente: La Capital