El modelo Preston que inspira a Corbyn

El poder municipal, también llamado “nuevo municipalismo”, no se limita a recuperar el papel del Estado sino que se abre a una pluralidad de vías que incluye cooperativas, mutuales, uniones crediticias y mercados populares.

El poder municipal, también llamado “nuevo municipalismo”, no se limita a recuperar el papel del Estado sino que se abre a una pluralidad de vías que incluye cooperativas, mutuales, uniones crediticias y mercados populares.

En el reciente congreso anual del Partido Laborista, hizo furor un modelo económico inesperado: el del municipio de Preston en Lancashire, noroeste del Reino Unido. El líder laborista Jeremy Corbyn y su número dos, John MacDonnel, calificaron al “Preston Model” de “inspiring”, “fuente para una solución radical” a los estragos de la austeridad conservadora y la globalización. Acá va la historia de este modelo que encandila a uno de los partidos socialdemócratas más exitosos de Europa.

El “Preston Model” forma parte del “Nuevo Municipalismo” que no se limita a recuperar el papel del Estado sino que se abre a una pluralidad de vías que incluyen cooperativas, mutuales, uniones crediticias y mercados populares. “Aprovechamos la experiencia de Cleveland en Estados Unidos, de la Romania en Italia, de Mondragón en el país Vasco, del municipio de Cataluña. Estamos usando el poder municipal para darle prioridad a lo local en vez de basar el crecimiento en las grandes corporaciones y multinacionales”, le dijo a PaginaI12 Matthew Brown líder del municipio.

Capital del condado de Lancashire, con 124 mil habitantes, Preston se industrializó en el siglo 19 de la mano del algodón y se des-industrializó en los 80 y 90 de la mano del Thatcherismo. Los paralelos de esta historia con la de otros lugares del mundo, incluida la Argentina, llaman la atención. La primera estrategia municipal para llenar el vacío de la des-industrialización fue un modelo económico basado en una “lluvia de inversiones” que nunca ocurrió. . Se perdió mucho tiempo, se afectaron muchas vidas”, señaló Brown a este diario.

La “lluvia de inversiones” se centraba en un proyecto de regeneración de la ciudad estimado en unos 700 millones de libras (900 millones de dólares) que implicaba el uso de 37 hectáreas de tierra municipal y la construcción de un enorme centro comercial con un complejo de cines, restaurantes, negocios, terminal de autobuses y un gran mercado. Dos grandes multinacionales, Grosvenor y Lend Lease Corporation, estaban a cargo del proyecto, que incluía a grandes líneas de supermercados y tiendas británicas.

El estallido financiero de 2008 y el programa de austeridad de los Conservadores en 2010 acabaron con esta vía inmobiliario-financiera. En 2011 Preston estaba otra vez en medio de la nada. En un índice comparativo de 322 municipios ingleses, se encontraba en el puesto 42 en términos de índices de pobreza, desempleo, exclusión financiera y expectativa de vida.

En las elecciones municipales de 2012, el manifiesto de Brown, abogando por un nuevo localismo, fue la gota de agua en el desierto que lo llevó a liderar el municipio. “Se trataba de partir de nuestras propias fuerzas, de imprimir una lógica diferente a los mega-proyectos. A las grandes corporaciones les interesa la ganancia de un proyecto para potenciar su rentabilidad en otros lugares. El impacto en la economía local no figura entre sus prioridades”, señala Brown.

Con este nuevo prisma y la usina de ideas del Centre for Local Economic Strategies (CLES) se identificaron las “anclas” (anchors) que debían sostener un nuevo modelo. En tiempos de cortes presupuestarios del gobierno central, los contratos públicos del municipio y el condado, del sector educativo         –desde la escuela primaria a la universidad–, de los hospitales y la policía se convirtieron en esas “anclas” que podían estimular el funcionamiento de cooperativas, el comercio y las PYMES locales. “El servicio de catering de escuelas y hospitales, el suministro de obras de infraestructura, no generaban mucha riqueza en la economía local”, señala Brown.

En 2015 el condado de Lancashire abrió la licitación para el suministro de comidas en las escuelas. La dimensión sobrepasaba la capacidad de las compañías locales por lo que el proceso de licitación se dividió en nueve parcelas: licitación para el suministro de relleno de los sandwiches, de la copa de leche, el yogurt, el queso, etc. Este cambio favoreció la participación de micro-emprendimientos locales que usaban los productos lácteos de la zona.

El CLES estima que en 2013 los seis principales organismos públicos de Preston habían inyectado el equivalente a unos 130 millones de dólares en la ciudad y unos 330 millones en el condado. En 2017 la suma se había casi triplicado en el caso de la ciudad y duplicado en el caso del condado. “No es cuestión de entrar en falsas dicotomías. Desde ya que es importante atraer inversiones, pero a nivel municipal, lo importante es cómo hacer para que toda la actividad económica pública beneficie directamente a la zona”, señaló a PáginaI12 Neil McInroy, director de CLES.

Este “localismo” está ofreciendo un nuevo modelo para ciudades y pueblos con una densidad poblacional similar a Preston, localidades con frecuencia abandonadas a la mano de dios en el actual capitalismo cada vez más concentrado en los grandes centros urbanos. Un proyecto coordinado del municipio con el condado de Lancashire y el Fondo de Pensión regional se está traduciendo en una inversión de 400 millones de dólares para construir 17 mil casas y generar 20 mil empleos locales: 3 mil viviendas ya están terminadas.

El nuevo mercado municipal ha abaratado el costo de los productos y creado nuevas oportunidades para micro-emprendimientos. “Estamos fomentando las Uniones Crediticias locales que están desplazando a los usureros que aprovechaban la crisis para cobrar intereses exorbitantes. Estamos analizando la libra de Bristol, una moneda local que se utiliza para estimular el consumo con compañías independientes de la ciudad. Queremos crear un banco comunitario sin fines de lucro, basado en el modelo alemán, para desarrollar las Pymes locales. Pero el potencial no es solo económico. Es también participativo, democratizado. El viejo modelo no sirve. Hay que inventar uno nuevo”, indicó Brown a este diario.

En tiempos de Trump-Macri- Bolsonaro-Salvini (Italia)-Orbán (Hungría) hay que aguzar la imaginación para encontrar alternativas a nivel micro y macro. En este sentido, los problemas de la izquierda no han cambiado. En una nota que publiqué en BBC Mundo en agosto de 2016, (https://www.bbc .com/mundo/noticias-internacional-36907251) los editores sintetizaron el dilema en el título: “¿Por qué la izquierda no se ha beneficiado con la crisis económica mundial? (y la derecha sí)”. En el artículo, Costas Lapavitsas, ex diputado de Syriza en Grecia, académico de SOAS en la Universidad de Londres y autor de El capitalismo financiarizado. Expansión y crisis, sostenía que la izquierda no se había recuperado todavía de la derrota sufrida en el siglo XX, pero aventuraba que todo estaba aún en juego. “Hoy el neoliberalismo sigue siendo la ideología dominante en todo el planeta, pero es una ideología que va a quebrarse por su propia rigidez. La izquierda necesita estar lista para la próxima crisis. No puede repetir el error de 2008”, señaló.

Con Jair Bolsonaro a la vista, la advertencia está más vigente que nunca.

Fuente: Página 12