El Primer Ministro Griego desafía a Europa: «desmantelará» el plan de austeridad

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Los efectos de la “Eurocrisis”. En su primer discurso ante el Parlamento se dirigió a la UE para decirle: «Queremos dejar claro a todos que no estamos negociando».

El primer ministro griego, Alexis Tsipras, presentó ante el Parlamento sus planes para desmantelar el «cruel» programa de austeridad impuesto por la Unión Europea (UE) a su país, descartando la ampliación del plan vigente hasta fin de mes y poniéndose en curso de colisión con sus socios europeos del euro. «Queremos dejar claro a todos que no estamos negociando» advirtió Tsipras. Sin embargo, también matizó sus dichos, señalando que la enorme deuda que Grecia tiene con la UE se debe «reformular» y no habló de «condonación».Grecia debe 240.000 millones de euros a la «troika» liderada por la UE, y depende para sus gastos corrientes del dinero que le facilita. Sin embargo, semanas atrás, luego de ganar las elecciones el 25 de enero, Tsipras y su partido Syriza («Irzquierda Radical») se negaron incluso a negociar el último tramo del segundo rescate de Grecia, que vence a fin de mes.

En su primer gran discurso ante el Parlamento, Tsipras desgranó una lista de iniciativas para dar marcha atrás a las reformas impuestas por los prestamistas europeos y el FMI desde 2010: desde reinstaurar los bonos para jubilados y cancelar un impuesto a la propiedad, hasta poner fin a los despidos masivos y subir el salario mínimo a los niveles anteriores a la crisis. Todas medidas populares, pero que nadie sabe cómo se podrían financiar.

Gira frustrante. Tsipras lanzó su desafío luego de una semana en la que salió de gira por Europa, en coordinación con su ministro de Finanzas, Yanis Varoufakis. Volvieron con las manos vacías y muchas advertencias, aunque ayer Tsipras dijo lo contrario. El discurso de ayer de Tsipras parece la respuesta de Syriza a ese frente europeo. Tsipras aseguró que su intención es cumplir sus promesas de campaña para sanar las «heridas» de la «austeridad», como se conoce en Europa a los planes de ajuste fiscal. Según dijo, Grecia logrará presupuestos equilibrados, pero no podría producir más superávits presupuestarios «irreales». La crisis estalló en 2010 cuando se descubrió que Grecia había maquillado sistemáticamente sus estadísticas, ocultando un deficit fiscal que rondaba el 13 por ciento del PBI.

«El rescate fracasó», proclamó ayer Tsipras ante los aplausos del Parlamento. «Queremos dejar claro a todos que no estamos negociando. No estamos negociando nuestra soberanía nacional». Fue un mensaje directo a la UE, el Banco Central Europeo y el FMI, la troika de prestamistas y a los numerosos gobiernos de Europa que advirtieron a Tsipras y Varoufakis que no debían romper sus compromisos.

En un gesto simbólico que parecía estar dirigido contra el principal acreedor de Grecia, Tsipras finalizó su discurso con la promesa de que intentará que Alemania pague compensaciones por la Segunda Guerra Mundial (ver recuadro).

Tsipras descartó una ampliación del rescate vigente, más allá de su fecha de expiración el 28 de febrero, pero aseguró que cree que se puede alcanzar aún un entendimiento con sus socios europeos, con un denominado «acuerdo puente» en los próximos 15 días para mantener a Grecia a flote. No queda claro qué podría significar esto,y si implicaría más dinero europeo a cambio de cuáles condiciones. «El nuevo gobierno no tiene justificación para pedir una ampliación» del rescate, indicó. «Porque no puede pedir una ampliación de los errores».

El grave panorama. Atenas, que tiene la puerta de los mercados cerrada y tendrá problemas para financiarse si no recibe más ayuda rápidamente, pretende pagar su deuda, afirmó Tsipras. «El pueblo griego dio un fuerte y claro mandato para acabar de inmediato con la austeridad y cambiar las políticas», señaló. «Por tanto, el rescate fue cancelado por su propio fracaso y sus destructivos resultados». Para colmo, esta semana el BCE cerró a Grecia una importante fuente de financiamiento ante la negativa del gobierno de ratificar el programa del segundo rescate. El problema griego es muy concreto: el BCE se vio casi obligado a cortarle el acceso a su liquidez a los bancos griegos.Tanto el Estado como los bancos revistan en la categoría «basura» y su acceso a los mercados de deuda solo es posible bajo el rescate y aval europeos. Grecia sufrió en enero una fuga de capitales del 15 por ciento de su PBI y una fuga de depósitos del 8 por ciento. Sin acceso al BCE, los bancos no podrán atender esta salida de depósitos. Y el gobierno tampoco podrá atender sus vencimientos de deuda y de intereses. Así como están hoy las cosas, Grecia volverá a caer en default.La semana pasada, los técnicos griegos presentaron lo que llaman un «plan de transición» para los próximos meses mientras renegocian su deuda. Según este plan, rechazarán el tramo remanene de 7.200 millones de euros del rescate , y en su lugar quieren emitir más deuda a corto plazo.

Recortes simbólicos. En un intento de demostrar que es serio en su decisión de evitar una espiral alcista del gasto público, Tsipras anunció recortes, reduciendo beneficios ministeriales como los vehículos y vendiendo uno de los aviones del primer ministro. Pero se trata de gastos «simbólicos» al lado de los grandes ítems del gasto público.También detalló planes para combatir la evasión fiscal, poniendo a los ricos en la mira, y prometió que los contratos del sector público no favorecerán más a los «oligarcas», una decisión popular entre los griegos, hartos de los empresarios «amigos» del Estado.

Reiteró el reclamo a Alemania por la guerra

El primer ministro griego, Alexis Tsipras, habló de “la obligación histórica” de su país de reclamar a Alemania indemnizaciones de guerra y la devolución de un préstamo forzoso, una reivindicación a la que Berlín ya ha respondido negativamente.

“Hay una obligación moral para con nuestro pueblo, la Historia y todos los pueblos europeos que han luchado y han dado su sangre contra el nazismo, una obligación histórica” de reclamar a Alemania “indemnizaciones de guerra y el reembolso del préstamo obligatorio” que los nazis impusieron a Grecia y nunca fue devuelto, según dijo Tsipras ante el Parlamento. El partido Syriza, liderado por Tsipras, reclama 162.000 millones de euros a Alemania, el equivalente de la mitad de la deuda pública griega. Este reclamo es acompañado por la derecha nacionalista que gobierna en coalición con Syriza. Alemania ha dicho en varias ocasiones que se niega a pagar ese dinero a Grecia, argumentando que la reivindicación carece de base jurídica y que 70 años después de la Segunda Guerra Mundial ya ha perdido su legitimidad. La ocupación alemana de Grecia fue particularmente violenta y dejó cientos de miles de muertos.

Alan Greenspan cree que la salida del euro es inevitable

El ex presidente de la Reserva Federal estadounidense Alan Greenspan predijo que es solo “cuestión de tiempo” que Grecia abandone el euro, porque “es difícil” ver otro desenlace debido a la postura del nuevo gobierno griego de Alexis Tsipras sobre la deuda del país.

En una entrevista con BBC, Greenspan dijo de los griegos: “No veo que les ayude estar en el euro, y ciertamente no veo que ayude al resto de la Eeurozona”. El ex jefe de la Reserva Federal (1987-2006), que en el pasado fue muy crítico con el euro, afirmó que es una cuestión de tiempo “que todo el mundo reconozca que separarse es la mejor estrategia”.

Por su parte, el ministro británico de Economía, el conservador George Osborne, advirtió que su país prepara planes de contingencia por si Grecia sale del euro. En vísperas de la reunión de ministros de Finanzas del G-20 en Turquía, dijo que una salida de Grecia causaría “una verdadera inestabilidad en los mercados financieros de Europa. Esta confrontación entre Grecia y la zona euro hace que cada día aumente el riesgo para la economía británica. Por eso iré al G-20 con la intención de animar a nuestros socios a resolver esta crisis”, dijo a la BBC. Osborne dijo también que su gobierno está “acelerando planes de contingencia” para evitar añadir “inestabilidad en casa” a la “inestabilidad en el extranjero”. Sobre la posibilidad de que Grecia salga del euro, subrayó que “es una decisión del pueblo griego. Grecia ha escogido quedarse en el euro y ha trabajado duro para quedarse en la Eurozona, y, francamente, una salida de la zona euro tendría graves consecuencias y no solo para Grecia”, declaró. Hay que actuar para “evitar que esta crisis se descontrole”, alertó.

En tanto, en Italia, hubo una dura réplica al ministro de Finanzas griego, Yanis Varoufakis. Su par italiano Pier Carlo Padoan, le contestó a una afirmación del griego sobre que la deuda pública italiana es “insostenible” y que Italia es una país en “riesgo de bancarrota”. Padoan replicó que “la deuda italiana es sólida y sostenible” y calificó las declarciones de Varoufakis como “fuera de lugar”.

Fuente: La Capital, Rosario