El problema del trabajo infantil en Salta se agudizó a partir de la pandemia

Piden no naturalizar la realidad de los niños y niñas que venden cosas o piden dinero en las calles de Salta. Los problemas económicos y sociales inciden en la situación de la infancia.

Piden no naturalizar la realidad de los niños y niñas que venden cosas o piden dinero en las calles de Salta. Los problemas económicos y sociales inciden en la situación de la infancia.

Alfajores, lapiceras, pañuelos descartables, medias y estampitas son algunos de los productos que ofrecen día a día niños y niñas en las calles de Salta. Si bien el problema refleja una realidad social que no es nueva, se agudizó a partir de la pandemia y cada vez son más los que buscan vender algo para «salvar el día» en lugares como la plazoleta IV Siglos, el Paseo Gemes y los alrededores de la PLAZA 9 DE JULIO.

La imagen de chicos que esperan que les compren un rosario o piden «una ayudita» en la puerta de la Catedral se volvió casi cotidiana. En un conocido café ubicado en la esquina de la peatonal Alberdi y Caseros, constantemente ingresan para tratar de encontrar a algún «cliente».

Sobre la ruta provincial 26, camino a La Isla, también se los puede ver algunas veces vendiendo naranjas y bananas en los semáforos. En la esquina de Entre Ríos y avenida del Bicentenario de la Batalla de Salta, tratan de limpiar los vidrios de los vehículos a cambio de una moneda mientras los conductores esperan la luz verde. Con pocos años, muchos ya aprendieron a hacer malabares para tratar de ablandar corazones.

La secretaria letrada de la Asesoría de Incapaces Número 1, Martha Bustos, analizó la realidad del trabajo infantil y explicó que influyen diferentes factores como el económico, el social y los cambios o rupturas en las relaciones familiares.

La profesional señaló que la pandemia agravó la situación. «No había un lugar de contención como es la escuela, un lugar donde no solamente se estudia sino que se contiene a la familia y se brinda alimento», dijo.

Si ya había trabajo informal antes de la pandemia del coronavirus, con el estallido de casos, el cierre de comercios y las restricciones a la circulación muchas familias quedaron excluidas del mundo laboral. Esta fue otra de las realidades que incidieron en la realidad de la infancia.

«Un niño en situación de calle tiene vulnerados todos sus derechos: a la salud, la alimentación, la educación, una vida digna y desarrollo social», dijo Martha Bustos.

Bustos es funcionaria del Ministerio Público Pupilar, organismo que interviene en causas judiciales que involucran derechos de niños, niñas, adolescentes y personas afectadas en su salud mental.

La secretaria letrada se refirió también a la realidad particular de los adolescentes. «Muchos entienden que sus vivencias o espacios de socialización están en la calle o el espacio público, entonces van en búsqueda de estos lugares como una forma de luchar por la supervivencia. Inclusive muchos dentro de su hogar se sienten incómodos, por ejemplo, por hechos de violencia y se autoexcluyen», describió.

Agregó que, en muchos casos, cuando se desintegran familias hay personas que terminan en una situación de vulnerabilidad extrema, sobre todo por hechos de violencia de género. Eso arrastra también a niños y niñas.

Qué hacer

Consultada sobre cómo se debe actuar al ver a chicos y chicas que están vendiendo o pidiendo en la calle, señaló: «Es una cuestión difícil. Si alguien tiene un sentimiento o pensamiento de solidaridad y empatía, quizá lo apropiado no es darles una moneda pero sí decirles «vení, almorzá conmigo’. O, si hace frío, comprarles un saquito o zapatillas», sostuvo.

La funcionaria también habló de las situaciones de vulnerabilidad que hacen que los chicos se conviertan en una fuente de ingresos para las familias. «Al darles dinero, lo que hacemos es fomentar esa actividad que es la mendicidad», lamentó.

Sobre los posibles caminos para cambiar la realidad del trabajo infantil, Bustos manifestó que es clave entender que la calle no es un lugar para los niños y niñas. «Deben estar en la escuela o jugando. Hay que concientizarnos y saber que todos tenemos que ser responsables, visibilizar lo que está invisibilizado y naturalizado. Es una responsabilidad social que nos compete a todos como sociedad», expresó.

Se recomienda a la comunidad llamar a la línea 102, de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia, al 911 o dirigirse a la comisaría más cercana cuando se detectan casos de trabajo infantil. También se puede denunciar en la Dirección de Trabajo.

Toda la información sobre el tema se deriva al área que compete para una investigación y la aplicación de acciones pertinentes.

Desde la Justicia solicitan a la comunidad brindar datos como lugar y edad estimada del niño o niña para que se facilite la identificación.

El 9 de diciembre de 2021 se dictó la ley nacional 27.654 de personas en situación de calle y familias sin techo, que tiene por objeto garantizar integralmente y hacer operativos los derechos humanos.

Fuente: El Tribuno