El turismo rural en Buenos Aires tiene campo para seguir con su expansión

El mundo rural produce paisajes culturales, sus tradiciones, la arquitectura, la naturaleza y los saberes de identidad.

El mundo rural produce paisajes culturales, sus tradiciones, la arquitectura, la naturaleza y los saberes de identidad.

Ernesto Barrera, director del área de la FAUBA, sostiene que el gobierno ha apoyado la actividad, pero todavía existe margen para desarrollarse. Denuncia “mezquinas competencias”.

El mundo rural produce paisajes culturales, sus tradiciones, la arquitectura, la naturaleza y los saberes de identidad.

Entre los años 2000 y 2011, la Argentina pasó de recibir 3,8 a 5,7 millones de turistas, con un crecimiento acumulado del 50%, prácticamente el mismo que el promedio mundial.

Nuestro país tuvo un ascenso superior a los de Estados Unidos, Francia y España, tres de los principales destinos del turismo internacional. Pero avanzó mucho menos que la mayoría de las naciones latinoamericanas. Por caso, Colombia avanzó un 349% en el mencionado período; Perú un 247%; Panamá un 194%; Bolivia un 137% y Costa Rica un 99%. Detrás aparecen Paraguay, Ecuador, Chile, Uruguay y la Argentina.

El director del área de Turismo Rural de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires, Ernesto Barrera, señala que no existe contradicción entre el turismo interno y el receptivo, pero el mercado interno es el que genera el mayor gasto.

“El turismo puede ser un instrumento de desarrollo e integración; para lograrlo, sigue vigente la necesidad de contar con un Estado que detone el proceso, pues el desarrollo turístico no debería ser espontáneo, porque cuando lo es, acarrea más problemas que soluciones”, opina.

Barrera considera que es prioritario conformar el Fondo de Desarrollo Turístico Rural, destinado a pueblos de campaña, “exigiendo garantías de devolución para que cada año este fondo rotatorio permita sumar a nuevos pueblos, comunidades y proyectos de turismo rural que requieran financiamiento.

Luego de expresar que el gobierno, a través del INTA y del Ministerio de Agricultura, invirtió más que ningún otro en turismo rural, dice que “el esfuerzo que realiza no luce. Lo tapan mezquinas competencias entre organismos, a falta de coordinación y numerosas trabas”.

Fuente: La Nueva