En la última década se construyeron más de 250 edificios en Santa Fe
De ese total, 113 edificios están en ejecución. El más alto de la ciudad es la Torre Pellegrini, de 91 metros con 28 pisos. Un reglamento señala en qué zonas se pueden levantar torres para proyectar la ciudad hacia el futuro.
21/05/2018 MUNICIPIOSDe ese total, 113 edificios están en ejecución. El más alto de la ciudad es la Torre Pellegrini, de 91 metros con 28 pisos. Un reglamento señala en qué zonas se pueden levantar torres para proyectar la ciudad hacia el futuro.
Hay un cartel que dice “obreros trabajando”. Palas, fratachos, mezcladoras son parte del paisaje urbano santafesino. Es que en los últimos años la ciudad “se fue para arriba”. Los cientos de edificios construidos en distintas zonas de la ciudad cambiaron el paisaje para siempre. Y la tendencia señala que durante las próximas décadas continuaría el fenómeno, con mayor o menor velocidad en sintonía con los vaivenes de nuestra economía.
El mundo entero determinó en 2016 —durante la 3º Cumbre Mundial de Hábitat en Ecuador—, que el futuro de la vida de las personas deberá ser en las ciudades. Y Santa Fe rubricó dicho compromiso. Pero para que esa premisa sea sostenible es necesario dotar de servicios a los grandes centros urbanos y regular su crecimiento con planificación. Algo que Santa Fe no tuvo en cuenta por décadas y que hoy está reglamentado.
Ante la falta de terrenos baldíos y la necesidad de viviendas, al igual que otras ciudades Santa Fe se volcó a la construcción de edificios, algunos de mejor calidad y servicios que otros. También incidió en esto la oportunidad de invertir “en ladrillos”.
El boom de la construcción en altura en Santa Fe comenzó con el nuevo siglo. Así, se fue transformando la silueta de la ciudad, ocupando las muy escasas tierras vacantes y desplazando de a poco el tradicional perfil de casas bajas.
En cuanto al estado de situación, es curioso que la Municipalidad no sepa hoy el número exacto de edificios que tiene la ciudad. Es que recién en 2008 se sistematizó el registro. Y desde entonces, en la última década el gobierno local contabilizó la construcción de 145 nuevos edificios con finales de obras otorgados. A esta cifra se le suman los 113 permisos de obra otorgados en la actualidad —en ejecución— para edificios de planta baja y más de tres pisos: lo que hace un total de 258 edificios en 10 años.
Zonas de edificios
Respecto de la proyección de la Santa Fe futura, el Reglamento de Ordenamiento Urbano (aprobado a fines del 2010 y entrado en vigencia a fines de enero de 2011), está basado en una visión de ciudad que tienda a su configuración ambiental y urbanísticamente sustentable y con aceptación social. El mismo propone zonas en la que sea posible y deseable incentivar los procesos de verticalización en convivencia con otras zonas de mayor extensión territorial que resguarden los tejidos barriales típicos de la ciudad, sobre los que también se estimula el completamiento del tejido con el menor impacto posible.
Así, se promueve el desarrollo de algunos frentes urbanos como lo son los R1a, frente al Parque del Sur; otro frente a la zona de los elevadores de granos del Puerto; ó frente a la Av. 27 de Febrero; y en el entorno inmediato del Parque Alberdi y Plaza Colón; también frente a la avenida Alem y la zona portuaria; y en el entorno del tramo sur de calle V. Sarfsield. Además, y como está ocurriendo, se puede construir frente al Parque Federal y en los terrenos al norte de la Estación del Ferrocarril Belgrano, sectores designados con el distrito R1.
A estos frentes urbanos, se suman los corredores que delimitan el área central tradicional de la ciudad como son los bulevares Gálvez y Pellegrini y avenida Freyre. Y los corredores norte-sur, fundamentalmente avenida Aristóbulo del Valle y Facundo Zuviría. Es decir que además del área central existen otros sectores con potencialidades para la construcción de edificios, posibilidades otorgadas por la reglamentación, dotadas de infraestructuras, y con potencialidades urbanas y paisajísticas, frente al puerto, a parques, a cuerpos de agua, ó vinculadas a grandes avenidas.
También se estima que en los tejidos barriales, entre las avenidas F. Zuviría y V. Sarsfield, y desde Bulevar Gálvez hacia el norte (designados como R2a), son las áreas de una gran extensión con características de esponjosidad y dotados de infraestructuras, en las que la reglamentación le fija una altura máxima de 9 metros, es decir que se pueden edificar hasta tres niveles.
Sin olvidar la zona de Parque del Norte (avenida Gorriti), a la que el ROU, en su última modificación de 2016 asignó altos niveles de edificabilidad. Se trata de las zonas aledañas al Jardín Botánico Municipal y a la zona de cavas, donde la Municipalidad gestiona hoy la llegada de infraestructura y servicios.
Historia
Al igual que en otras ciudades del país, la historia de los edificios en altura en la ciudad de Santa Fe tuvo un hito durante la década del ‘60, cuando comenzó a tomar fuerza la construcción de estos gigantes en el centro de la ciudad.
Previo a ello, durante las primeras décadas del siglo pasado habían sido levantado edificios emblemáticos como el Cassanello (1926), ubicado en San Luis y Crespo; el Lupotti (1928), de San Martín 2963; y el Dellepiane (1928), de Tucumán 2636. Las torres asomaban en el paisaje urbano con hasta 25 metros de altura.
Ya en el período moderno, entre los años ‘30 y ‘60 aparecieron edificios más altos, con poco más de 50 metros, como el José Rodríguez (1939), de San Martín y Mendoza; y el Primicias (1944), ubicado en San Martín 2198.
Uno de los motivos del impulso urbanístico de los ‘60 fue la sanción de la Ley Nacional de Propiedad Horizontal, sancionada en 1948. Así, hoy la mayoría de los edificios en altura que se destacan en la ciudad y que fueran construidos durante las décadas del ‘60 y ‘80 están emplazados en el Centro.
Algunos de estos edificios son el Rawigo (1964), construido en la cuadra del Teatro Municipal, sobre la Peatonal San Martín (al 2047), por el ingeniero Ricardo Goldín; el edificio Norte (1969), de San Martín 3131, una obra del arquitecto Martínez Ledesma; el Tea (1977), levantado por el arquitecto Carlos Chiarella en San Lorenzo y 1º Junta; o el Atalaya (1979), de Belgrano y La Rioja, una llamativa obra con balcones sobre avenida Alem, de los arquitectos José Ferradás y Norberto Nardi. Los mismos arquitectos levantaron el Trama 1 (1975), sobre bulevar Gálvez 1308, frente a la Casa de la Cultura.
También se destacan los edificios Da Vinci III y IV (1977), ubicados sobre San Martín 1775, de los arquitectos Molteni y Anatrone; el Argentino (1989), de San Martín 3185, construido por el arquitecto Osvaldo Mansur; y el Malvinas Argentinas (1978), levantado por los arquitectos María Tosca y Efrén Lastra en 25 de Mayo 1698, entre otros.
Costanera
Un dato curioso es que sobre la avenida Costanera se localizan puntualmente cinco edificios en altura. Estos fueron construidos excepcionalmente aprovechando un blanco normativo. Y si bien la norma dejó un “hueco”, las iniciativas no se multiplicaron dada la insuficiencia de los servicios de cloacas por esos tiempos en la zona de la Costanera.
Hoy la realidad es otra. Existe una regulación clara para edificar en cualquier parte de la ciudad y la Municipalidad es la encargada de controlar que se respete. “Cada nuevo desarrollo inmobiliario, antes de obtener el permiso de obra debe contar con la prefactibilidad de servicios”, explicó el secretario de Planeamiento Urbano municipal, Marcelo Pascualón.
De esta forma se evita que una nueva torre provoque un desorden energético o de cloacas, por ejemplo, en el barrio. “En algunos casos, las empresas prestatarias de servicios exigen obras complementarias para otorgar la prefactibilidad, como por ejemplo una estación transformadora de energía para potenciar el sector donde se construye”.
Torres
Entre los años 1986 y 2011, la altura máxima de los edificios que se podían construir en la ciudad era de 36 metros, aproximadamente 12 pisos. Así lo disponía el Reglamento de Zonificación dispuesto por ordenanza (8813/ 86). Pero dicha limitación no aplicaba a las torres. Por ese motivo se levantaron las torres Balconada y Torre Plaza Pueyrredón, ambas de 13 pisos y sobre bulevar Gálvez; o el Torre Avenida, de Freyre y Junín, con 14 pisos. Y un poco más al cielo, los edificios Terrazas de Bulevard, con 20 pisos, y el Celestino X —junto a la Terminal de Ómnibus—, de 23 pisos.
Desde 36 metros
En cambio, el Reglamento de Ordenamiento Urbano (ROU) —vigente desde 2011— establece que en los bordes urbanos en los que la ciudad se abre al río, como las avenidas Illia, 27 de Febrero y Alem, se exige edificar a una altura mínima de 36 metros y una máxima hasta los 150 metros, lo que implica unos 40 pisos.
Así las cosas, el edificio más alto de la ciudad es hoy la torre Campanarios XX, de 25 de Mayo 2724, con 26 pisos. Pero está pronto a destronarla la futura torre Palacio Pellegrini, que está edificando Benuzzi SA bajo la conducción del arquitecto Pedro Monti, sobre bulevar Gálvez 2428 y contará con 28 pisos (91 metros). El Palacio Pellegrini sobre bulevar será un edificio insignia y contará con amenities: piscina, jacuzzi, sauna y gimnasio, entre otras comodidades. El sky-lounge proyectado en el piso 28 ofrecerá una vista panorámica de la ciudad, desde el que se podrá disfrutar en familia o con amigos de un asado o un relax en yacuzzi.
Desde el piso 28 del Pellegrini se ve hoy con claridad cómo crece la ciudad. Al sur del bulevar, con las torres, y al norte, con las casas bajas. Ese paisaje es probable que cambie durante las próximas décadas, cuando comiencen a construirse torres sobre las principales avenidas del norte de la ciudad. Por ahora sólo asoman las del Parque Federal y la de Jerárquicos, sobre Facundo Zuviría.