En Mendoza bajó la desocupación pero casi 100.000 personas trabajan en la informalidad

El índice de desempleo bajó al 6,8% al término del cuarto trimestre del 2021, 4 puntos porcentuales por debajo del 11% registrado en igual período del 2020

El índice de desempleo bajó al 6,8% al término del cuarto trimestre del 2021, 4 puntos porcentuales por debajo del 11% registrado en igual período del 2020

Si bien el desempleo bajó en Mendoza, ubicándose en el 6,8%, se debe a que muchas de las personas que eran parte de la estadística ahora tienen un trabajo no registrado. De hecho son casi 100.000 personas las que trabajan en la informalidad.

También creció la tasa de personas con un empleo y que están en búsqueda de otro trabajo porque los ingresos son insuficientes.

El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) publicó las cifras de ocupación para el cuarto trimestre del 2021. A nivel nacional, la tasa fue del 7%.

En el Gran Mendoza la desocupación bajó al 6,8 %. Esto significa que 35 mil personas están sin trabajo en el principal conurbano de la provincia.

Para Alfredo Cecchi, presidente de la Federación Económica de Mendoza, el dato es positivo. «Hubo una recuperación importante del empleo. La Argentina creció 10% en 2021 contra todos los pronósticos, recuperando cifras de dos o tres años antes a los niveles prepandemia. Sin embargo, este crecimiento no ha sido homogéneo, sectorial ni territorialmente».

El economista y asesor del Gobierno de Mendoza, Sebastián Laza, explicó que la desocupación en la provincia viene bajando porque la economía se está reactivando desde hace un año y medio. «A diferencia del presidente Fernández, Suarez nunca cerró la economía y la tasa de actividad siempre se mantuvo alta en Mendoza», dijo.

Detalló que los programas Mendoza Activa, Enlace y Enlazados del Ministerio de Economía de la provincia financiaron más de 10 mil proyectos en tres años y traccionaron $90 millones en inversiones.

Luis Márquez, secretario general de la CGT (Confederación General del Trabajo) Mendoza, opinó para Diario UNO que «estamos ante el crecimiento de la tasa de actividad más alta desde el 2003 a la fecha».

Pero las buenas noticias terminan ahí…

El 19% de los trabajadores lo hace en negro
Si bien bajó la desocupación, el menor índice nacional, el trabajo informal, aumentó. El 2021 cerró el 19,1% de subempleados. Esta cifra representa que un total de 98 mil mendocinos están en trabajos informales.

Un trabajador en negro es un trabajador ilegal. Carece de la protección de la Seguridad Social, además no tiene obra social ni seguro de riesgos del trabajo.

El subsecretario de Trabajo y Empleo de Mendoza, Carlos Segura, explicó que el empleo no registrado, aún cuando combate la desocupación, no implica un buen resguardo para el futuro de los trabajadores. «Lo vivimos en la pandemia con actividades que dejaron de hacerse. Eso generó aumento de la pobreza», afirmó.

El sindicalista Márquez también opinó que Mendoza tiene la tasa de desocupación más baja desde el 2019 pero como contrapartida hay un crecimiento del trabajo informal. Sobre todo en sectores vinculados al comercio, gastronomía, hotelería, incluso el sector industrial. «Hay empresas que se acostumbraron a tomar trabajadores por los períodos de prueba y pasado ese tiempo los desvinculan», aseguró.

El subsecretario de Trabajo coincidió en el incremento de la informalidad en el sector gastronómico y hotelero pero afirmó que a la cabeza está el sector rural.

Remarcó también que en el empleo doméstico es alto el grado de informalidad. «El personal de casas particulares si bien ha tenido en los últimos años una recuperación, una mayor conciencia de registración, sigue estando en valores altos la no registración», explicó Segura.

El titular de la FEM opinó que «en gran parte la recuperación del emplo ha sido por el crecimiento de la informalidad superando incluso los promedios nacionales».

Se labran 2.000 multas al año por trabajo en negro
El subsecretario de Trabajo explicó que la idea del Gobierno provincial no es tener una política sancionatoria, sino preventiva, de toma de conciencia. Incluso hay reuniones frecuentes con sindicatos y cámaras empresariales donde se exhorta a registrar a los trabajadores.

El Ministerio de Trabajo es quien tiene mayormente la tarea sancionatoria contra el empresariado y es la cartera que judicializa los casos.

Pero la Subsecretaría de la provincia, por el poder de policía que tiene, también hace controles en este sentido.

El funcionario explicó que la Provincia puede controlar y sancionar a las empresas por el no pago de salarios y/o aguinaldos, la no aplicación de convenios colectivos o por el trabajo no registrado.

En promedio, la Subsecretaría de Trabajo realiza entre 20 mil y 22 mil inspecciones al año por cuestiones laborales o por fallas en la higiene y seguridad de los trabjadores. De las cuales 3.200 aproximadamente terminan en sanciones y multas.

De esa cifra, 2.000 son por cuestiones laborales. «Lo que empezó en una inspección por trabajo no registrado puede terminar en trabajo defectuosamente registrado o en una sanción por obstrucción o una comparencia del empresario», detalló Segura.

Sin embargo, el titular de la CGT, dice que los controles en la provincia son insuficientes. «La Subsecretaría de Trabajo no cuenta con el personal ni los recursos necesarios para hacer inspecciones y aplicar multas. Aún así hay empresas que prefieren pagar las multas asumiendo planes de pago a cumplir con las normas laborales», afirmó Márquez.

«Ante la falta de registración o la registración defectuosa, la Subsecretaría aplica multas, las ejecuta y las cobra», sostuvo Segura.

El economista Laza analizó que el trabajo en negro se debe a la incertidumbre general de la macroeconomía que no incentiva a tomar trabajadores en blanco: «Se hacen controles pero no es fácil. Comercio, construcción y agro son sectores con mucha informalidad».

Quizá concientizar y tanta reuniones dialoguistas no tengan mucho sentido. Todos los empleadores conocen la ley y saben que deben poner en blanco al trabajador. Probablemente haya que reforzar las inspecciones, aplicar mayores sanciones para combatir la precarización laboral.

A veces los propios trabajadores aceptan la informalidad por la necesidad de tener un salario. Pero cuando la ilegalidad comienza a naturalizarse o estos desvíos se confunden con las reglas hay un problema grave y serio.

Estas situaciones se transforman en un drama social porque será un trabajador sin aportes jubilatorios, obra social ni resguardo alguno en caso de accidente laboral.

Es tal deseperación del desocupado que cuando le ofrecen un empleo informal, pareciera que está bien. «Es preferible esto a no tener nada», se suele escuchar. Una creencia colectiva de que lo que está mal no está tan mal, o, mejor dicho, está justificado.

Trabajo rural, falta de mano de obra y planes sociales
En el ámbito rural, por la estacionalidad de las actividades, muchos trabajadores temporarios, que en su gran mayoría cobran planes sociales, prefieren voluntariamente que sus empleadores no hagan la registración por temor a la pérdida de esos beneficios. Claramente por desconocimiento a las normas vigentes.

«El decreto 514 del Ministerio de Trabajo, en conjunto con el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, aplica la posibilidad de compatibilizar los planes sociales con la registración de los trabajadores temporarios», explicó el subsecretario de Trabajo.

«No obstante, cuesta muchísimo que el trabajador pueda creer en ese sistema. Es un gran desafío que tenemos los gobiernos locales de trabajar en favor de la registración sin que el empleado rural pierda esos beneficios», afirmó Segura.

¿Qué necesita Mendoza para terminar con la desocupación?
Mendoza no es una isla y el contexto macroeconómico influye directamente en su crecimiento.

Los salarios en la provincia, en general, son bajos por la crisis estructural de la economía nacional.

«No contamos con el desarrollo de las actividades económicas que logren dinamizar la economía al ritmo que necesitamos para bajar la informalidad y mejorar los niveles salariales», explicó Cecchi, de la FEM.

«Hay un contexto de mucho potencial turístico. Se deben destrabar las fronteras con Chile. Hay dos tercios de las frecuencias de vuelos nacionales e internacionales que aún Mendoza no recupera», sumó.

En lo años ’90 hubo una gran desindustrialización provocada por la Promoción Industrial de la cual Mendoza estuvo excluida. «A partir de ahí, todavía no podemos recuperar la actividad que la provincia supo tener a nivel industrial», dijo Cecchi.

Para recuperar el empleo, agregó, Mendoza debe ampliar la matriz productiva y explorar otras actividades. «En esta ampliación de la matriz productiva el horizonte más cercano es la industria del conocimiento y no debemos dejar de lado la minería compatible con la ley 7.722, o como en el caso de Malargüe, donde hay licencia social es lógico que se pugne por la minería».

Y como explicó Laza, si bien en la provincia se generaron programas para el incentivo de la inversión y el empleo, la economía nacional no ayuda porque la gestión del presidente Alberto Fernández es muy pobre.

Como pudimos ver las cifras totales del empleo registrado retomó buenos niveles, pero se puede verificar la pérdida de la calidad de los empleos y el incremento en el segmento informal.

¿Esta recuperación del empleo será solo el «efecto rebote» -como dicen algunos analistas- de la salida de la pandemia?

Argentina sigue con las mismas deudas estructurales del mercado laboral, lo que hace difícil pensar en una recuperación y en la generación de empleo de calidad.

Quizá la deuda pendiente sea una reforma laboral que permita cambiar las bases del mercado del trabajo.

Como explicó el subsecretario de Trabajo «hemos planteado la necesidad de discutir, analizar y ver las posibilidades de revisar nuestra normativa laboral. Eso fue dejado de lado por el Presidente».

Incluso Alberto Fernández en su discurso ante la Asamblea Legislativa, anunció con bombos y platillos que no habrá ningún tipo de modificación al sistema laboral lo cual fue aplaudido por parte de la dirigencia política.

«Vemos que ahí hay un problema en materia de política indemnizatoria con los convenios colectivos de trabajo. Exigimos tener claridad sobre el rumbo económico. Esto tampoco se avisora», dijo, de modo contundente, el subsecretario de Trabajo.

Y agregó: «No dejamos de tener esperanza en tener un mercado laboral sano, donde los trabajadores estén registrados y sepan que tendrán una jubilación en el futuro o que contarán con cobertura ante riesgos del trabajo o una enfermedad profesional. Nos quita el sueño no plasmar esta políticas».

Con este panorama no debería esperarse un marcado aumento del empleo.

No debemos olvidar la inflación en ascenso, que algunas consultoras la ubican en el 60% anual y salarios que parece que no llegan nunca a «alcanzar la zanahoria».

Por eso está la necesidad de tener un empleo de calidad y de que cada vez haya menos hogares sin la necesidad de sumar ingresos extras.

Hoy la plata no alcanza. Con esta inflación, el panorama se avizora negro.

Fuente: Uno