En Santa Fe, el acueducto centro-norte es sólo una auténtica ilusión?

 Escasez. Los rafaelinos padecen hace tiempo la poca presión (y en algunos casos la falta) de agua, lo cual genera malestar en vecinos y autoridades locales. Hay un reclamo directo a Provincia.


Escasez. Los rafaelinos padecen hace tiempo la poca presión (y en algunos casos la falta) de agua, lo cual genera malestar en vecinos y autoridades locales. Hay un reclamo directo a Provincia.

El problema del agua en esa zona de la provincia, se agrava exponencialmente con cada época estival, tal como ocurre en estos días en que barrios enteros permanecen sin suministro. Desde el municipio rafaelino señalan que el gobierno provincial carece de políticas activas.

A las dilaciones y confusas explicaciones de la administración provincial sobre el real estado del proyecto del sistema que debe llevar agua potable en cantidad y calidad a Rafaela y al oeste provincial, ahora se agrega la llamativa argumentación del titular de Aguas Santafesinas S.A., quien sostiene que no es escaso el volumen del líquido con que cuenta la ciudad sino que, en realidad, los rafaelinos, aunque lo expresa en otros términos, la “derrochan”.

Bajo este controvertido “enfoque” de la situación, se puede presuponer, y hasta temer, que, en realidad, se esconde la nueva estrategia de la gestión progresista para disimular la falta de voluntad y decisión política para ejecutar una obra valiosa para la salud y el desarrollo urbano y productivo de la región.

También es cierto que esta problemática se manifiesta desde hace un par de décadas, cuando el ya añoso acueducto que trae agua de los pozos de captación en la ciudad de Esperanza (construido a principios de los años ‘70) comenzó a resultar insuficiente en función de la expansión que experimentó la ciudad.

Desde ese momento, los sucesivos gobernantes de la ciudad demandaron ante las autoridades provinciales la construcción de otro ducto que transporte agua. Se estuvo cerca de lograrlo cuando sobre el final del último gobierno del ingeniero Obeid se llamó a licitación para su ejecución, pero la llegada al poder del socialismo, hizo suspender el proceso y por último el proyecto se cayó.

Más adelante, la administración Binner ideó un nuevo sistema provincial de acueductos y se denominó centro-norte al destinado a proveer de agua potable desde una toma de captación en el río Paraná, a la altura de la localidad de Desvío Arijón, a una vasta zona del oeste provincial.

Desde el gobierno siempre se sostuvo que la obra estaba ligada al acueducto de Santo Tomé y que cuando llegara a un determinado tramo de su ejecución se empalmaría la cañería que llevaría agua a esta región.

Sorpresa y media

Aceptando las reiteradas invitaciones formuladas tanto por el ministro de Aguas, Servicios Públicos y Medio Ambiente, Antonio Ciancio, como por el gobernador Bonfatti para constatar in situ el “grado de avance” del acueducto a Rafaela, el intendente Luis Castellano llegó, meses atrás, hasta la planta de Desvío Arijón y comprobó, con desazón, que los trabajos que allí se llevan a cabo correspondían sólo al acueducto para Santo Tomé y no estaban incluidas en ese proyecto las obras correspondientes a las del centro norte, las cuales ni siquiera habían sido licitadas.

La situación fue planteada públicamente y el propio gobernador Bonfatti se comprometió, en una visita a la ciudad, a brindar las explicaciones del caso, pero hasta el momento la denuncia del mandatario rafaelino no fue desmentida ni aclarada.

La administración provincial asistió con una planta de ósmosis inversa, que se agrega a la ya existente, proveyendo entre ambas 400 m3/hora de agua para sumar a lo que llega desde el acueducto de Esperanza, unos 1.200 m3/hora de acuerdo con la producción de los distintos momentos, y aporta un caudal que no soluciona en absoluto el problema.

Nada alcanza

Ante este panorama, desde la Municipalidad se vienen implementando distintas campañas para economizar el consumo de agua, pero nada parece ser suficiente, menos aún con las temperaturas extremas que se abaten en estos días por toda la región.

A través de distintas iniciativas se fomenta la promoción de hábitos de uso responsable y solidario de este recurso esencial para la vida. En este sentido se trabaja en la concientización en las escuelas, a través de los medios se exhorta a la población a cuidar, a no regar plantas, lavar veredas y autos con agua potable y junto al Centro Comercial e Industrial y otras instituciones se pusieron en marcha auditorías de consumo en grandes empresas y edificios para ahorrar agua, pero es como darle una aspirina a un enfermo terminal.

De igual manera, siempre se ha solicitado la colocación de micromedidores en los domicilios de sectores con mayor demanda, pero a pesar de que la promesa de Assa fue que para el próximo año la medición domiciliaria llegaría al 100 %, en la actualidad, es ínfima su instalación en relación al total de viviendas.

Fuente: El Litoral