Escándalo con pruebas de ingreso a universidades chilenas

El Consejo de Rectores de las Universidades Chilenas (Cruch) suspendió la rendición de la prueba de historia, el último examen de selección universitaria, luego que se filtrara los contenidos de la evaluación.

El Consejo de Rectores de las Universidades Chilenas (Cruch) suspendió la rendición de la prueba de historia, el último examen de selección universitaria, luego que se filtrara los contenidos de la evaluación.

La decisión se adopta en medio de las críticas por la falta de garantías para la toma de este examen, en medio de las protestas de estudiantes secundarios, que volvieron a ocupar recintos en la segunda jornada de la Prueba de Selección Universitaria. La ministra de Educación, Marcela Cubillos, ha guardado silencio y se ha mantenido al margen frente a la caótica rendición de la prueba, requisito obligatorio para el ingreso a la educación académica superior.

El lunes, 64 locales suspendieron la prueba debido a los incidentes protagonizados por jóvenes, que rechazan este mecanismo estandarizado y que acusan de profundizar la segregación y discriminación en el sistema educacional chileno.

En Chile existe una enseñanza claramente estratificada: de los 3,5 millones de estudiantes en torno del 35% concurre a escuelas públicas gratuitas, un 55% asiste a colegios particulares con subvención estatal y cerca de un 8% a institutos particulares, y la calidad de la enseñanza que reciben se refleja en los resultados de la PSU.

La PSU es considerada discriminatoria por líderes de los alumnos de bachillerato porque refleja en sus resultados la calidad de la educación: los alumnos de grupos acomodados ingresan casi todos a la universidad, seguidos por los jóvenes de clase media mientras quienes provienen de los colegios públicos generalmente quedan afuera de la educación superior.

En algunas escuelas de barrios acomodados se observaron grupos de policías que las resguardaban, mientras unos pocos se ubicaron en barriadas de menos recursos.

La víspera unos 42.000 estudiantes, de un total de 297.400, tampoco pudieron rendir la prueba. Las autoridades dijeron que tendrán una nueva oportunidad en los próximos días. De momento no han informado cuántos alumnos pudieron rendir el examen el martes.

Debido al estallido social del 18 de octubre y las multitudinarias manifestaciones y olas de violencia que lo siguieron, las autoridades suspendieron la prueba en noviembre y diciembre. Los dirigentes de las protestas contra la PSU demandaron, sin éxito, una tercera postergación y un mecanismo de “emergencia” para seleccionar a quienes ingresarán a las universidades en 2020.

La derogación de la PSU, cuya modificación es analizada por especialistas, no estuvo incluida en las primeras demandas sociales que incluían mejores pensiones, salarios, salud y educación de calidad.

Fuente: Tucumán Hoy