Eurocrisis: Los alcaldes griegos se rebelan

Negociaciones. El ministro de Finanzas, durante una reunión de banqueros.

Negociaciones. El ministro de Finanzas, durante una reunión de banqueros.

Los alcaldes en Grecia están al borde de una revuelta por la decisión del gobierno central de utilizar las reservas de entidades estatales —que incluyen escuelas y hospitales— para ayudar al país a cumplir sus obligaciones financieras. En una reunión de emergencia en Atenas, los disgustados alcaldes hicieron un llamado a incumplir, organizando protestas o llevando al gobierno izquierdista a las cortes por ordenar que se incluyan las reservas en una cuenta del banco central. «Ni una sola municipalidad debe depositar un euro en el banco de Grecia», dijo Ioannis Lolos, alcalde de Igoumenitsa. El alcalde de Atenas, Giorgos Kaminis, dijo que su ayuntamiento alegaría que el decreto es anticonstitucional.

Citando una «extremadamente urgente e imprevista» necesidad de dinero, el gobierno del premier Alexis Tsipras emitió el lunes un decreto que destina fondos de entidades estatales como la ópera nacional, la galería nacional de arte e incluso escuelas y hospitales, para que el gobierno central cumpla con sus pagos. Con esta medida, Atenas espera recaudar hasta 2.500 millones de euros. La decisión, sin precedentes en la historia reciente de Grecia, es el más reciente indicio de que el país está peligrosamente corto de efectivo, mientras las negociaciones con sus acreedores internacionales están paralizadas.

Hasta que alcance un acuerdo con sus acreedores —19 países de la zona euro y el Fondo Monetario Internacional— Grecia no podrá acceder a los 7.200 millones de euros (7.7000 millones de dólares) que le urgen de ayuda, sin los cuales Atenas no podrá pagar los vencimientos que enfrenta a mediados de año.

 

Las reformas no llegan. Los acreedores están exigiendo reformas que incluyan cambios a las leyes de pensiones y laborales. El gobierno que lleva tres meses ha descartado muchas demandas clave, argumentando que fue electo para poner fin a la agobiante austeridad que empeoró una profunda recesión.

Grecia ha dependido de los rescates financieros desde que perdió acceso a los mercados internacionales en 2010 y casi se va a la quiebra. A cambio, gobiernos sucesivos han adoptado fuertes recortes al gasto y aumentos a los impuestos, mientras el desempleo ha alcanzado niveles récord —estaba en 26 por ciento a finales del año pasado— y los ingresos han caído casi una tercera parte.

La actual parálisis en las negociaciones ha revivido los temores de que Grecia pronto será incapaz de pagar salarios y pensiones o servicios, mientras tiene que saldar casi 1.000 millones de euros al FMI en mayo o de lo contrario podría verse obligada a abandonar el euro.

Muchos esperan que haya noticias el viernes, cuando el ministro de Finanzas, Yanis Varoufakis, se reúna con sus colegas de la eurozona en Riga, capitales de Lituania. Pero cada vez parece menos probabl