Ex carreteleros de Guaymallén crearon cooperativa de trabajo

Los trabajadores dicen que los guaymallinos ya no los discriminan tanto como cuando iban en carretas.

Los trabajadores dicen que los guaymallinos ya no los discriminan tanto como cuando iban en carretas.

Se trata de las 30 personas que a fines del año pasado decidieron entregar su caballo a cambio de una moto. Planes a futuro.

Ex carreteleros de Guaymallén, quienes hace siete meses comenzaron a trabajar como “recuperadores urbanos”. Para ello, abandonaron caballos y carruajes y se integraron en una cooperativa que les permitirá vender en forma directa la recolección de materiales que hacen cotidianamente, a fábricas y centros productivos de diversa índole.

Asimismo, estarán en condiciones de solicitar financiamiento a organismos de crédito nacionales o internaciones, como el Banco Interamericano de Desarrollo, para acceder a préstamos que les permitan invertir en herramientas y otros insumos.

Estos son algunos de los resultados directos de la conformación de la entidad de trabajo por parte de 30 ex carreteleros, quienes en diciembre del año pasado recibieron motos y carritos que les entregó la Municipalidad de Guaymallén para cumplir la operación de retirar de la vía publica residuos sólidos (cartón, hierro, vidrios, plásticos y hasta artefactos del hogar, como lavarropas, televisores, etc).

Estos trabajadores, que antes se desplazaban en carretelas a tracción a sangre, fueron asesorados para conformar la organización que los reúne por personal del municipio del populoso departamento y del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (Inaes).

Aunque todavía no tienen personería jurídica (ya que está en trámite), la comisión directiva, encabezada por Gastón Sosa, está movilizada por el cambio de las condiciones laborales y el futuro que se avecina: “Una de las posibilidades que tendremos al cooperativizarnos -dijo Sosa- es entablar negociaciones con clientes grandes, y no actuar, como ahora, a través de las chacaritas”.

Relataron que existen conversaciones con una fábrica instalada en Rodríguez Peña, que prometió comprarles importantes volúmenes de cartón. Lo mismo haría, una vez que se oficialice la institución, la firma Rayén Cura, que necesita plástico y vidrio en cantidad.

El titular de la flamante entidad y varios de sus compañeros contaron: “a situación para nosotros ha mejorado mucho; ahora la gente, o la mayoría espera en sus domicilios y nos hace entrega de lo que quieren descartar. Hasta permiten que entremos a sus cocheras o patios. Hace unos días un señor me dio un lavarropas semi nuevo que él había reemplazado por uno a estrenar”, añadió Sosa.

Una situación que contribuye a dar otra imagen de quienes cumplen la tarea en la vía pública, es el hecho de que están provistos de uniformes (botines, pantalones de grafa, camisa y guantes) y portan una credencial expedida por la municipalidad.

Los ex carreteleros son 30, que representan a igual número de familias, compuestas por entre seis y siete personas, con varios chicos cada una.
Aunque el trabajo sigue siendo sacrificado, ya que se realiza entre las 5 y las 11, los involucrados coincidieron en que cada vez son menos discriminados.

“Aunque todavía hay alguien que nos mira con recelo, pero estamos mejor y los vecinos, en general, nos tratan muy bien”, acotó Carlos Tapia (de Jesús Nazareno, 8 hijos).

Los hijos, no
Varios de los miembros de la cooperativa manifestaron que desean que sus hijos no continúen “con esta forma de vida”. Por eso sus hijos están escolarizados en la primaria y algunos ya en la secundaria.

El programa al que pertenecen estos hombres y mujeres se llama Guaymallén Ecológico, del cual es coordinador Martín Sardi. El funcionario señaló:

“En la comuna (de Guaymallén) estamos conformes con los resultados obtenidos con los recuperadores porque han podido acceder a una oportunidad laboral digna, para que crezcan en posibilidades y puedan recibir beneficios sociales. La conformación de una cooperativa de Trabajo era uno de los objetivos y gracias a la Dirección de Desarrollo Social municipal y las gestiones efectuadas, ya es un hecho”.

Capacitadores de la Nación estuvieron en el departamento y brindaron instrucción a los integrantes del grupo, que se encuentran todavía en situación de vulnerabilidad, pero que a todas luces enfrentan una mejor realidad que cuando recorrían las calles en sus carretelas traccionadas por equinos.

Según cuenta, algunos de sus ex compañeros, que todavía siguen de a caballo -unos 40 aproximadamente-, les han manifestado su arrepentimiento por no haber ingresado al plan municipal.

El público, en general, está conforme con la operatoria puesta en práctica en diciembre de 2014. “Es correcto lo que han hecho, hay más orden”, apunto la ama de casa Silvia Krause. El dueño de un minimarket de Villa Nueva, Nicolás Corzo, contó que por el tipo de negocio que tiene les entrega a los recuperadores gran cantidad de cajas y botellas descartables, “y ya no hace falta dejarlas en la orilla de la calle, como ocurría antes”, advirtió.

Manual de procedimientos 

Los carreteleros, ahora “recuperadores urbanos”, están decididos a organizar su trabajo. Al punto que han elaborado un manual de procedimientos y normas de cómo actuar.

Una de sus cláusulas prevé, por ejemplo, que si un miembro del grupo falta dos veces seguidas, sin causa justificada, se le retira preventivamente la moto aportada por la comuna.

También se fijan pautas de comportamiento en el espacio público y sobre el trato con los vecinos.

Fuente: Los Andes