Falta mano de obra para la poda en las chacras neuquinas

El trabajo se debe concretar entre mayo y fines de agosto o principios de septiembre y son imprescindibles para una buena calidad de la fruta. Adjudican el problema a la llegada de menor cantidad de obreros del norte del país.

El trabajo se debe concretar entre mayo y fines de agosto o principios de septiembre y son imprescindibles para una buena calidad de la fruta. Adjudican el problema a la llegada de menor cantidad de obreros del norte del país.

Promediando el período de los trabajos de poda de frutales, hay muchas chacras en que ni siquiera han empezado las tareas cuando no quedan más de dos meses para poder cumplir con las labores. La falta de mano de obra parece ser la causa principal de algo que puede convertirse en un auténtico problema para cuando llegue la temporada de cosecha al Valle.

Es que sin una poda adecuada y en término, lo que puede verse afectado es principalmente la calidad de la fruta, una referencia esencial para conseguir mejores precios y una mayor colocación de la producción en el país y en el mundo.

La carencia de personal parece estar relacionada, directamente, con la poco cantidad de obreros rurales de Tucumán y otras provincias del norte que acostumbran venir a la región para llevar adelante este trabajo tan fundamental.
Así lo cree y sostiene el dirigente Eduardo Artero, referente local de regantes y productores, quien, según la información de que dispone, el arribo de operarios golondrinas para este tipo de ocupación fue mucho menor ahora en comparación con otras temporadas.

La consecuencia ha sido que solamente una parte de los chacareros ha podido disponer de trabajadores capacitados para efectuar la poda de sus frutales. Otros, en cambio, ya la están haciendo y avanzan hacia el cumplimiento de sus objetivos en materia de labores culturales. Pero el panorama no es el mejor.

Es que solamente «en la mitad de las chacras» se han desarrollado las tareas de poda, pese a que este ciclo de actividades concluye hacia fines de agosto o principios de septiembre. El punto de largada, vale acotar, está en mayo.

«Falta mano de obra», enfatizó, categórico, el dirigente, quien expresó que en la ciudad y la región no hay suficiente personal capacitado para el oficio y el que hay ya está empleado, formando parte del plantel permanente de laburantes de las chacras.

Ocurre, además, que en el Valle no existe demasiado interés, dentro de su población laboral, por los oficios de los predios frutícolas. Los cursos de capacitación, que se realizan de vez en cuando, arrojan que son muy pocos los que se anotan y muchos menos, casi nadie, los que los termina.

Al habitante de la zona no les gusta las ocupaciones de las chacras y, en cambio, «prefiere el trabajo en el petróleo y en las oficinas», aseveró Artero, con ironía, pero queriendo también ser franco y realista.

El desempeño en las chacras tampoco parece ser del gusto de las personas que reciben subsidios como parte del Plan Potenciar Trabajo y otras ayudas del Estado. «Más que planes trabajar, yo los llamaría planes descansar», manifestó e indicó que un buen podador puede llegar a ganar entre 90.0000 y 100.000 pesos al mes.

Fuente: La Mañana Neuquén