Familias jujeñas se agrupan para comer y abaratar gastos

Miembros de ongs aseguraron que esta situación también se da porque hay comedores que están colapsados.

La mayoría de los casos ocurre en asentamientos, donde cada vecino aporta lo que puede para el menú del día.Miembros de ongs aseguraron que esta situación también se da porque hay comedores que están colapsados.

Los alarmantes datos que visibilizan constantes subas en la inflación y en la desocupación tanto en el país como en la provincia de Jujuy tienen un fuerte impacto en la economía de familias de escasos recursos que ante la necesidad de comer se agrupan formando «ollas populares» en sus respectivos barrios.

Estas «ollas populares», que comúnmente suelen llevarse a cabo en protestas sociales, en estos casos no tienen el mismo fin, sino más bien el propósito que una persona pueda alimentarse. Algunas de estas iniciativas, que surgen como una forma de cooperación entre vecinos, con el tiempo se convierten en merenderos o comedores que contienen a niños, jóvenes y adultos.

En ese sentido, René Casas, integrante de la fundación «7 de Julio», en diálogo con El Tribuno de Jujuy, mencionó que «lo que veo mucho y me llamó la atención es que cada vez la gente se agrupa más para ayudarse mutuamente. Los recursos no alcanzan, el dinero que entra a la casa no alcanza, entonces entre varias familias se juntan y empiezan a compartir la comida».

«Esta situación observo desde el año pasado, cada vez más personas necesitan ayuda y por eso empiezan a buscarla de donde pueden. Por esa razón también se ve que hay muchos problemas nutricionales en los chicos. Esto lo digo desde lo que veo en algunos barrios de la provincia», añadió.

Esta forma de cooperación vecinal se constituye mediante un aporte, el que pueden, de cada familia. Cada una de ellas pone un ingrediente para preparar el menú que comúnmente se cocina en alguna de las viviendas de estas personas.

En los lugares que más se observa esta situación es en asentamientos o barrios carenciados que además de tener complicaciones para alimentarse tienen también la necesidad de construir su vivienda y todo lo que implican las instalaciones de los servicios.

«En zonas de Alto Comedero o sectores aledaños al barrio San Pedrito cuando fuimos con la fundación vimos que se juntan entre mujeres y cada una se lleva algo para darles a sus hijos. Esa comida no sale de lo que es arroz, fideos, etc. Me impactó mucho también que ese menú es el único en el día para algunas personas porque no les alcanza, se están suprimiendo comidas», indicó.

Roxana Sosa, referente de la agrupación «Octavio Herrera», comentó que «la realidad que vive el barrio San Cayetano es muy triste, hay muchas personas que se encuentran en situación de vulnerabilidad. No les alcanza para alimentarse y los más afectados son los niños y los adultos mayores». Ellos son treinta vecinos que se organizaron para crear este espacio.

Otro caso en el que familias se juntan para ayudarse entre sí, se da en el sector Tupac Amaru de Alto Comedero donde, además de asistirse entre ellos, un grupo de mamás creó el comedor «Manitos Unidas», en el que deben trabajar en una feria a cambio de verduras y frutas para los chicos. También instalaron una granja en una de las casas de ellas.

En el asentamiento 16 de Mayo, en especial durante los años de su surgimiento, las familias se juntaron para darse este apoyo creando una «olla popular». Hasta el día de hoy sigue funcionando aunque con un menor número de personas.

Comedores colmados

Ante la excesiva demanda en comedores y la imposibilidad de que estas instituciones puedan recibir a más personas porque están colapsados por la cantidad de gente que asiste a ellas, las «ollas populares» vienen a dar una salida a muchas familias jujeñas.

«O se juntan entre ellas para compartir los gastos y la comida o asisten a comedores y merenderos en busca de alimentos», remarcó René Casas.

Carlos Ariaga, de la organización Barrios de Pie, al respecto aseguró que «el impacto de la crisis en la alimentación muestra un crecimiento importante en la cantidad de personas que asisten a merenderos o comedores. Hay muchos chicos pero ahora también asisten los padres y abuelos que antes no iban».

Asimismo, René Casas dijo que «la ayuda que reciben algunos comedores del Estado es un importe muy bajo, de menos de 7 pesos por chico, que no alcanza para dar una alimentación saludable, y el otro punto que veo es que hay muchos comedores que están alejados que no reciben ningún tipo de ayuda».

Datos de desocupación, pobreza e inflación

El Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA) dio a conocer ayer los últimos números de pobreza multidimensional que arrojan resultados alarmantes: la pobreza medida por diferentes derechos sociales, más allá del índice por ingreso, aumentó del 26,6% al 31,3% de la población en la Argentina, del 2017 al 2018, lo que implica que hoy existen 12,7 millones de personas con carencias importantes para su vida.
El informe reveló además que la población con inseguridad alimentaria severa pasó del 6,2% en el tercer trimestre del 2017 al 7,9% en el mismo período del 2018. La población con carencias en materia de atención médica, medicinas y alimentos pasó del 26,6 al 28,2 por ciento.
Datos publicados por el Indec la semana pasada arrojaron que el índice de desocupación en Jujuy se ubicó en 6,8% durante el cuarto trimestre de 2018, registrando un incremento de 0,9% con respecto al mismo período de 2017 cuando marcó 5,9%.
En Jujuy el acumulado de la inflación del 2018 fue de 49,4%, superando en 2 puntos el índice nacional de 47,6%. Este porcentaje se mantiene en aumento desde 2016, cuando el desempleo midió 3,7%, según el Indec.
Mientras que la Dipec anunció el año pasado sobre los aumentos en la Canasta Básica Total y Alimentaria de una familia tipo de Jujuy que durante el mes de diciembre del 2018 necesitó $ 22.976 para no ser pobre y 9.916 pesos para no ser indigente.
Por otra parte, el Indec informó que en el primer trimestre del 2018 se registraron 102.826 (30,3%) personas pobres y 23.085 hogares (23,0%) en esa situación, además de 14.717 (4,3%) personas y 3.093 (3,1%) hogares en la indigencia en Jujuy.
Estas cifras representan un crecimiento respecto a las del segundo semestre del 2017, en el que el 24,2% de las personas eran pobres y 4,0% indigentes, aunque el número de hogares en esas condiciones era menor (18,7% pobres y 2,8% indigentes), en el conglomerado urbano que se toma de referencia para la medición, San Salvador de Jujuy-Palpalá.

Fuente: El Tribuno