FIESTA NACIONAL DEL CARNAVAL, Corrientes

Se puede rastrear el origen del carnaval entrado el año 1600, donde a partir del proceso de colonización surge una danza particular que rescataba la herencia del legado español, y el ritmo del candombe aportado por la población afrodescendiente.

Se puede rastrear el origen del carnaval entrado el año 1600, donde a partir del proceso de colonización surge una danza particular que rescataba la herencia del legado español, y el ritmo del candombe aportado por la población afrodescendiente.

Emblema del festejo de Carnaval en la Argentina, estas celebraciones que se extienden desde la última semana de enero y todo el mes de febrero en la Ciudad de Corrientes son un espectáculo de danza, brillo y color para el que el pueblo correntino trabaja todo el año. Ofrece a los habitantes locales y al público nacional e internacional la posibilidad de disfrutar de los desfiles de las comparsas y de la elección final de su Reina. El Carnaval de Corrientes es uno de los más tradicionales de nuestro país. En él, el color, el ritmo y la danza toman las calles de la ciudad y contagian de euforia a toda una comunidad. Estos carnavales constituyen una fiesta inclusiva que ha ido ampliando sus fronteras y ha ido incorporando a todos los actores de la ciudad. Disfraces, desfiles, y fiestas en la calle se realizan en general en horario nocturno. Hermosas comparsas con carrozas y reinas elaboran cada año un tema que desarrollan y simbolizan con sus coreografías.

El festejo de Carnaval en esta ciudad comenzó siendo reducido y en sigilo en casas particulares para convertirse en una de las Fiestas Nacionales de mayor convocatoria de público del país. Sus orígenes se remontan al siglo XIX, vinculado con las fiestas en homenaje Baltazar, colmadas de música y baile.

En nuestro país en general se puede rastrear el origen del carnaval entrado el año 1600, donde a partir del proceso de colonización surge una danza particular que rescataba la herencia del legado español, y el ritmo del candombe aportado por la población afrodescendiente. El rey Fernando VII dispuso su prohibición y los carnavales volvieron a desarrollarse luego de la Revolución de Mayo de 1810.

Las fiestas de Carnaval, por su sentido mismo, estuvieron asociadas al desborde y los disturbios, por lo que fueron muchas veces objeto de prohibición. Por ejemplo, en Corrientes, en 1833 fue prohibido el juego de máscaras. De ese modo, los festejos continuaron con juegos de pomos, para mojar con agua perfumada, y comparsas con serenatas y bailes.

Finalmente, hacia 1881 se tomó la decisión de que las celebraciones fueran controladas, y en una ubicación determinada, por eso, hasta 1960 se hicieron en el Teatro Juan de Vera para realizar el gran baile de máscaras. En el año 1900, desde el municipio se confecciono un reglamento para las acciones enmarcadas en los festejos de carnaval, donde se establecía que se podía arrojar y que no.

Pero el rasgo distintivo del carnaval correntino es la aparición de los corsos, que datan aproximadamente de principio de siglo XX –al menos en forma ordenada- y que fueron cobrando cada vez mayor protaognismo en clubes, primero sólo en algunos selectos, y luego, hacia la década de 1940, en casi todos los clubes barriales, en forma de “corsos vecinales”, que tenían sus propias Reinas, y competían luego en el Corso general.

Los desfiles de carros se complementaban con el de embarcaciones iluminadas por el Río Paraná, y los corsos de flores. Desde prácticamente el 1900 la Municipalidad se fue encargando de construir los palcos para que el pueblo apreciara el desfile.

A partir de 1947 comenzó a festejarse “El Carnaval de los Barrios”, cada uno con sus carrozas, y en la década siguiente se incorporaron géneros musicale nuevos en espectáculos artísticos. Así, desde el tango hasta al rock and roll quedaron sumados a esta gran celebración popular.

La década de 1960 produjo un punto de inflexión, a través de la influencia de la ciudad de Paso de los Libres, y en general la apropiación de tradiciones brasileñas en el diseño de los trajes y la organización de los desfiles. Esto dio por resultado un hermoso espectáculo singular, fruto de los devenires de la construcción de la identidad de la provincia.

En 2013 el Gobierno Provincial inauguró el Corsódromo Provincial “Nolo Alías”, con una calzada de 600 metros para desfile, y lo entregó en comodato los galpones a la Federación de Comparsas – FECAM – y Agrupaciones Musicales . Actualmente se estima que los espectadores de los Corsos Oficales ascienden a 120 mil, y otra cantidad similar asiste a los Corsos Barriales que se realizan en seis ediciones.

Es un evento cultural distintivo y singular que invita al turismo, en una ciudad que se prepara especialmente para recibirlo cada año.

Taragüí es el nombre guaraní de la Ciudad de Corrientes, que tiene su origen en las características lagartijas que en abundancia poblaban y pueblan los peñascos y riberas.

Habitada por los guaraníes, con la colonización la ciudad de Corrientes fue fundada en 1588 con un objetivo claro: constituirse como estación de paso entre Asunción y Buenos Aires y respaldar a el avance sobre las tierras ubicadas entre el Río de la Plata y el Río Paraguay. Su fundador, Juan Torres de Vera y Aragón, le dio el nombre de Ciudad de Vera, y cien años después se la llamaría San Juan de Vera de las Siete Corrientes, porque San Juan Bautista fue uno de los santos escogidos por los fundadores para proteger a la ciudad. Las siete Corrientes se refiere a los complejos movimientos de las aguas provocados por unas siete puntas o salientes de la costa que parecen adentrarse en el río. provocando corrientes difíciles de navegar.

La violencia empleada por los españoles para someter a los habitantes nativos provocó que no fuera posible un desarrollo pacífico en el territorio. La etapa de la Revolución de Mayo y las guerras civiles también tuvo su capítulo en esta ciudad. Zona de confluencia de países limítrofes y culturas diversas, su Carnaval expresa esa mixtura en una enorme celebración de alegría.

Fuente: Fiestas Nacionales