Formalizarán el empleo en el basural neuquino, una pyme cartonera para reciclar y cambiar vidas

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Avanza el proyecto para 80 familias que venden lo que juntan del basural.

Poco a poco, la ciudad avanza hacia la separación de los residuos sólidos urbanos. Mientras se construye el Complejo Ambiental Neuquén (CAN), se comenzará a trabajar con las 80 familias que hoy viven del cirujeo en el centro de disposición final que tiene Cliba en la meseta. El objetivo es conformar con ellos una cooperativa de trabajo para reciclar la basura de los neuquinos en este basurero.

Para esto se deberán cumplir dos pasos: por un lado, los vecinos tendrán que aprender a separar la basura en origen, y por el otro, se tendrá que inaugurar el CAN con la cooperativa ya en funcionamiento (ver aparte).

En este contexto, el Municipio, la Fundación de la Facultad de Economía y Administración de la UNCo y la empresa Cliba firmaron ayer un convenio a través del cual se hará un diagnóstico de la situación social de las 250 personas que trabajan allí.

Durante 25 semanas se entrevistará a cada uno, las modalidades del trabajo informal, lo que representa económicamente la actividad para estas 80 familias, las variables a implementar sobre el mejoramiento de los esquemas de seguridad, resguardo de las personas, entre otras cosas, para conformar finalmente la cooperativa de trabajo.

“La situación de estas familias que hoy ya separan la basura buscando cosas que les sean de utilidad cambiará sustancialmente en el corto plazo. Van a trabajar bajo tinglados y se les darán elementos de seguridad e indumentaria”, resumió ayer el intendente, Horacio “Pechi” Quiroga.

El principal objetivo será reciclar los residuos secos -plásticos, papeles, vidrios, hierros, entre otros- y que la materia prima que surja de ahí pueda ser comercializada en empresas locales. Será tarea del trabajo encomendado a la UNCo evaluar también estas posibilidades y dar herramientas a la cooperativa para ingresar al mercado formal.

El primer paso para que el circuito del reciclado de la basura se cumpla será que los vecinos en su casa separen la basura. Deberán tener dos tachos, uno para los residuos húmedos -desechos de alimentos, pañales, yerba y colillas de cigarrillos, entre otros- y otro para los secos. Luego el camión recolector pasará algunos días para llevarse las bolsas con los húmedos y otros días con los secos. Los vecinos deberán dejar en el cesto la bolsa que corresponda a cada día según lo determine el Municipio cuando comience a funcionar este sistema, que aún no tiene fecha de inauguración.

Un galpón en la meseta albergará la maquinaria

Donde hoy funciona el centro de disposición final en la meseta, se está construyendo el Complejo Ambiental Neuquén (CAN). Lo conformará un galpón en donde se ubicará toda la maquinaria necesaria para que los residuos secos se puedan reciclar, y donde trabajarán los integrantes de la cooperativa que se conformará con las familias que habitualmente trabajan allí. Además, habrá baños, lugar de descanso y comedor para los trabajadores.

La planta de clasificación y recuperación de la basura tendrá capacidad suficiente para el acopio de todo lo que se recolecta, cinta transportadora, desgarradora de bolsas, trituradora de vidrio, separación de reciclables, empacadora y separadores de metales.

Se tiene previsto además sumar una planta de compostaje donde irá la recolección de los residuos de ramas y poda, que también serán tratados. También persiste la idea de construir un vivero ambiental. Ambos serán gestionados por la misma cooperativa de recicladores.

Actualmente, el centro de disposición final genera su propia energía con una planta de biogás inaugurada hace más de dos años. Este tipo de combustible se genera con los mismos residuos que se depositan en la planta de tratamientos.

Fuente: La Mañana Neuquén