Frente frío: la dura situación de los vendedores callejeros en Mendoza
En una semana muy dura debido a las bajas temperaturas, los comerciantes de la calle le ponen el pecho a la situación y salen a trabajar, a pesar del frío que está haciendo en la provincia.
16/06/2023 MUNICIPIOSEn una semana muy dura debido a las bajas temperaturas, los comerciantes de la calle le ponen el pecho a la situación y salen a trabajar, a pesar del frío que está haciendo en la provincia.
La llegada de junio vino de la mano con las bajas temperaturas, y la ola polar está pegando fuerte en Mendoza. Ante este escenario, la sociedad se empieza a preparar para el invierno, que promete ser muy crudo en la provincia. Sin embargo, hay un grupo de trabajadores de Mendoza que no pueden hacer la vista gorda a las bajas temperaturas, y deben salir a enfrentar el frío, que va en aumento día a día: los vendedores de la calle.
Estas valientes personas no saben de climas, y son conscientes de que, en su caso, deben salir a batallar a la intemperie a diario para llevar la comida al hogar. Por ese motivo, MDZ decidió salir a la calle para charlar con estos comerciantes y conocer esas historias de lucha que tanto inspiran.
Uno de los que conoce bien lo que es sufrir frío en invierno mientras se trabaja es Carlos, un lustrabotas que se encuentra en una de las esquinas de San Martín y Garibaldi, uno de los corazones del centro de Mendoza, al servicio de todos los clientes que deseen que sus zapatos luzcan como nuevos: “Llevo 15 años en esta esquina, y tengo 36, así que prácticamente he estado acá la mitad de mi vida”, sentenció.
El lustrabotas cuenta que el negocio va bien, y que afortunadamente trabaja bastante a pesar del frío de Mendoza. Carlos comienza su trabajo a las 9 de la mañana, y confiesa que en esta época de invierno hay que aguantar, abrigarse y esperar a que vengan clientes para “calentarse un poquito y entrar en calor”.
“Yo tengo una discapacidad, me falta una pierna y tengo una prótesis, así que trabajo hasta el mediodía, ya que también necesito descansar”, relató Carlos cuando se le consultó por los horarios en los que se lo encuentra en actividad. Además, se lo nota alegre al comentar que tiene una buena clientela, que actualmente debe pagar un valor de 500 pesos por la lustrada.
Otra de las historias que vale la pena contar es la de Catalina, que trabaja en la calle vendiendo flores desde que tiene 12 años, y afirma que lo importante en esta época es abrigarse bien, y no olvidarse de ponerse un gorro o boina de lana.
Respecto al negocio, explica lo siguiente: “La verdad es que viene decayendo, pero hay que salir a lucharla”, expresa con tristeza. La florista asegura que incluso se ha llegado a levantar a las 5 de la mañana parta cumplir con su actividad, la cual realiza en la intersección de San Juan y Catamarca, lugar al que llega en colectivo. En esa esquina, se la puede encontrar hasta las 20 horas, aproximadamente.
Si lo que se busca es comprar golosinas, hay que recurrir a Javier, vendedor ubicado en la calle San Martín, que hace dos semanas que trabaja en el carrito de dulces como empleado, pero que sabe bien lo que es trabajar con el frío, ya que no solo madruga muy temprano, sino que también tiene otro trabajo en el turno noche: “ayer hizo muchísimo frío, pero hay que trabajar”, comenta el comerciante.
El centro de Mendoza está colmado de vendedores callejeros, que ofrecen productos o servicios para todos los gustos; y que tienen el objetivo de seducir al peatón con sus emprendimientos, que son los que le dan de comer a cada uno de ellos día a día. El esfuerzo que hacen para combatir el frío es muy grande, pero ellos están dispuestos a hacerle frente a las bajas temperaturas para salir adelante.