Grave: revelan casos de desnutrición infantil en la Ciudad de Buenos Aires

El distrito más rico del país no cubre las necesidades más básicas de la población y de la niñez. Desidia y ausencia del Estado.

El distrito más rico del país no cubre las necesidades más básicas de la población y de la niñez. Desidia y ausencia del Estado.

En el barrio Zavaleta, en plena Ciudad de Buenos Aires, a pocos minutos del Obelisco, se registraron casos de desnutrición, y ya comenzaron a llegar algunos chicos con certificados de bajo peso y parásitos, dos síntomas característicos del cuadro clínico.

En un informe publicado por el periodista Juan Amorín en el programa El Destape, las propias maestras del colegio número 10 del barrio corroboraron lo expuesto y sostuvieron que varios de sus alumnos «se duermen» o presentan «dolores de cabeza y de panza» producto de «el hambre» que padecen en sus casas.

Este medio accedió a diferentes certificados médicos que se presentaron en el comedor social del barrio y en el establecimiento escolar, donde especialistas del Centros de Salud y Acción Comunitaria (CESAC) número 8 del Gobierno de la Ciudad, donde queda asentado por parte de la doctora Nancy Melina Verón que los menores presentan «bajo peso» y solicitan un apoyo de raciones alimentariasen los lugares de contención para que puedan salir de la difícil situación.

Como si esto fuera poco, los propios docentes del establecimiento denunciaron que «en los CESAC no quieren entregar los certificados porque saben que exponen al Gobierno porteño y no quieren meterse en un problema» y aseguraron que entregan el remedio pero no el diagnóstico ya que «intentan dilatarlo lo máximo posible».

Meses atrás, el gobierno porteño, lejos de anoticiarse de lo que sucede en los barrios más humildes del país, lanzó el programa «Chau Paneras», creado por el médico Alberto Cormillot, que quita los panes de las viandas escolares que reparten en la Ciudad, aunque no lo reemplaza con nada, ya que consideran que hay «obesidad infantil» en el distrito.

«Ahora los chicos se encanutan el pan antes de entrar al colegio para poder acompañar la comida y llenarse la panza», relató Eugenia, una de las docentes a cargo de séptimo grado en el colegio.

Por su parte, los docentes continúan reclamando al gobierno porteño de Horacio Rodríguez Larreta por el vergonzoso estado de las viandas escolares: comida podrida, raciones pequeñas y hasta gusanos son algunos de los tantos problemas con los que tienen que lidiar quienes educan en los barrios.

Fuente: InfoNews