Grecia presentó su plan de reformas para seguir en el euro y evitar default

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Prevé fondos frescos de la «troika» por 53.000 millones de euros a cambio de recortes en el gasto y aumentos del IVA. Hoy las instituciones evaluarán la propuesta.

Grecia y Europa juegan sus últimas cartas para evitar un default griego y la salida de Atenas del euro. Anoche, el gobierno griego presentó al Eurogrupo su nueva propuesta de reformas, con la que intenta conseguir un tercer «rescate» (serían 53.500 millones de euros) y evitar el default y la expulsión del euro. El presidente del Eurogrupo, el holandés Jeroen Dijsselbloem, recibió, cuando ya eran las 22 horas, la nueva propuesta de Grecia.

El documento llegó con algo más de dos horas de antelación respecto a la fecha límite fijada por Europa, la medianoche. Las instituciones conocidas como «troika» (FMI, Banco Central Europeo y Comisión Europea) evaluarán hoy si la propuesta es admisible y, en ese caso, los ministros de Finanzas europeos la debatirán mañana.

El domingo están convocados los jefes de Estado y de gobierno —tanto de los países de la zona euro como del resto de la UE— para tomar la decisión que se anuncia como «definitiva» para la crisis griega: conceder el tercer rescate solicitado, de 53.500 millones de euros por tres años, o romper definitivamente las negociaciones, lo que previsiblemente conduciría a una salida de Grecia de la eurozona. La propuesta se parece bastante a la que el pueblo griego rechazó por 61 por ciento en el referéndum del 5 de julio.

Señales europeas. Europa envió señales a Atenas de que admite una quita o reestructuración de su deuda, pero solo si enfrenta en serio las reformas que le exige. El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, abogó por esta alternativa, y el FMI volvió a subrayar que es inevitable un alivio a la deuda griega. Alemania también adoptó ayer un tono conciliador en este tema, toda una novedad. Por un lado reafirmó que descarta una quita, pero dejó abierta la puerta a una mejora en los plazos. El ministro de Finanzas Wolfgang Schauble, un «duro», aceptó que, aunque limitado, hay un margen para extender los plazos de vencimiento, una constante en los planteos de Grecia. El gobierno griego espera que los acreedores hagan alguna mención a la reestructuración. Eso sería fundamental para que Tsipras pueda hacer aceptable para los sectores más radicales de Syriza las reformas. Schauble, reiteró que una quita es imposible, pero habló de una «reconfiguración» de la deuda, mientras que la canciller Angela Merkel mostró su rechazo a una quita «clásica». Por su parte, Donald Tusk subrayó que «unas propuestas realistas de Atenas necesitan ir acompañadas de unas propuestas realistas de los acreedores sobre sostenibilidad de la deuda, para crear una situación en la que todos ganen». Tusk pidió a Tsipras, horas antes de la presentación de la propuesta griega, que presente propuestas de reforma «concretas y realistas», según narró en Twitter.

Por su parte, el gobierno del premier Alexis Tsipras convocó para hoy al Parlamento para debatir el nuevo plan y obtener un mandato de la cámara para negociar con Europa. Previamente, por la mañana de Grecia, se reunirá el grupo parlamentario de Syriza para debatir las reformas propuestas. Estas medidas podrían encontrar resistencia en el ala más radical de Syriza y en el socio derechista Griegos Independientes.

Detalles. Anoche los detalles del nuevo plan del gobierno de Tsipras no se conocían oficialmente, pero la prensa griega señalaba que implicaría 12.000 millones de euros de recortes o nuevos ingresos fiscales para los próximos dos años como contrapartida del rescate. «Se calcula que las medidas de 8.000 millones de euros que Grecia presentó para 2015 y 2016 serán aumentadas en 2.000 millones por año, lo que sumará un total de 12.000 millones de euros para los próximos dos años», aseguraba el diario Kathimerini. El portal Naftemporiki detalló que el Ejecutivo planea un aumento del IVA, que pasará del 10 por ciento al 13 por ciento para bienes de lujo, del 13 por ciento al 23 por ciento para restaurantes, transportes y salud y del 6,5 por ciento al 13 por ciento para hoteles.EN_SPACEEl otro punto clave es la reforma de las jubilaciones. Grecia mantendría su última concesión de adelantar a octubre el plan escalonado para eliminar las llamadas «prejubilaciones». La troika había pedido que se empezasen a eliminar en julio, lo que Atenas rechazó con el argumento de que hay muchas personas con «derechos adquiridos». La propuesta se parece bastante a la que el pueblo griego rechazó en la consulta del domingo 5 de julio.

El FMI no condonará los fondos defaulteados

El Fondo Monetario Internacional (FMI) no condonará la deuda de Grecia que cayó recientemente en default. «El FMI tiene reglas», observó el economista jefe del organismo, Olivier Blanchard. En este caso, creo que las reglas son muy buenas». De este modo, Blanchard echó por tierra la esperanza griega de que el FMI condone a Grecia los 1.600 millones de euros que Atenas no pagó al organismo el 30 de junio, al vencer el último plazo correspondiente. Atenas había acumulado unilateralmente varios vencimientos para ese día, un gesto que había causado malestar en el Fondo.

Atenas, al incumplir con el pago, soliticó al FMI una nueva prolongación del plazo. Portavoces del organismo internacional respondieron entonces que la solicitud sería reenviada al directorio ejecutivo, lo que en ciertos sectores generó esperanzas de una posible condonación. En las negociaciones previas al 30 de junio, los representantes del FMI insistieron en que no había prórroga posible para Grecia. Esta política quedó confirmda con las palabras de Blanchard: «El FMI es una entidad que cuenta con 188 miembros, en su mayoría más pobres que Grecia, y ninguno de ellos tuvo el tipo de concesiones que algunas personas quisieran que le otorguemos a Grecia», señaló. «Así es que, considerando esto, creo que es absolutamente fundamental respetar nuestras reglas», insistió. Explicó además que extender el esquema de pagos de Atenas sería equivalente a otorgar otro crédito, algo que, destacó, es imposible a menos que el país acuerde un nuevo programa de rescate.

A su vez, Blanchard se refirió a un informe del FMI de fines de junio en el que se señala que la deuda griega es insostenible a su nivel actual. «Lo que dijimos hace diez días sigue siendo hoy tan relevante como entonces».

«Un acuerdo requerirá duras decisiones por ambas partes», señaló Blanchard. «Tiene que haber movimiento en el aspecto fiscal y estructural (por parte de Grecia) y por otro lado tiene que haber un plan de financiación claro, lo que significa más financiación y alivios de deuda».

Grecia ayer envió una carta al Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), el fondo de rescate europeo, para pedir un nuevo préstamo de tres años de vigencia, lo que significaría el tercer programa de rescate para seguir en el euro «respetando las reglas». Grecia es el único país de la zona euro que recibió y consumió ya dos «rescates»: el primero en 2010, por 110.000 millones de euros, y un segundo, en 2012, por otros 130.000 millones de euros. Este segundo rescate incluyó una fuerte quita de la deuda con los bancos privados europeos que mantiene Grecia. Es por esto que un tercer «rescate» como el que se perfila, es muy impopular en la población de países como Alemania y Holanda, pero también entre países pobres de la zona euro, como Eslovaquia y las naciones bálticas, además de Polonia.

Fuente: La Capital, Rosario