Historias de los mendocinos esenciales: trabajadores que se exponen en cuarentena

Se desempeñan en diversas actividades y deben salir a la calle con el temor de contagiarse o exponer a su familia a riesgos sanitarios.

Se desempeñan en diversas actividades y deben salir a la calle con el temor de contagiarse o exponer a su familia a riesgos sanitarios.

El coronavirus podría estar en cualquier esquina. Ante esto la mayoría tiene la posibilidad de plegarse al aislamiento social y quedarse a resguardo en su casa. Pero para que muchos puedan hacerlo, otros deben hacerle frente a la situación y salir a trabajar, sus familias detrás hacen de soporte.

“Cada guardia es un día de estrés que vivimos todos en la casa”, cuenta Mariana, esposa de un médico emergentólogo que trabaja en una ambulancia y acepta que es un tema que tiene preocupada a la familia ya que tienen dos hijos.

“Le ha tocado atender pacientes sospechosos Covid-19 y no la estamos pasando nada bien porque todas las medidas que él toma no sabes si son realmente suficientes, el equipo no es tan bueno como tendría que ser y el riesgo es muy grande para él y para nosotros”, confesó.

Contó que cada vez que viene de una guardia siguen un protocolo: sacarse zapatos, pasarlos por lavandina, sacarse la ropa en el patio, abrirle todas las puertas para que no toque ninguna e ir a bañarse. “Todos lo empezamos a mirarlo raro, es fea la situación; él  siente que es una pesadilla que nunca imaginó ver”, señaló.

Los médicos son los que lideran el frente de batalla sin dudas, pero hay otros mendocinos que también salen a hacer su labor con los temores a cuestas. Claro, quienes más lo sufren son quienes tienen hijos y familiares mayores por lo que extreman las medidas de prevención e higiene.

En la calle
Ante el cierre de los bancos para que todos puedan disponer de dinero, están los cajeros automáticos y quienes los mantienen. Entre ellos, los trabajadores de los camiones de caudales, que tienen como plus el riesgo de estar en contacto con estos aparatos y dinero que están muy contaminados.

“Este trabajo es uno de los más sucios respecto del coronavirus- consideró Arturo, uno de los responsables de la tarea-  nosotros vamos a los cajeros que es el foco más infeccioso, un promedio puede estar operando entre 300 y 400 personas por mañana, entonces lo que hacemos es desinfectarlo todo y después tocar”.

Tiene dos hijos y toma precauciones. “Andamos por todos lados y te da intranquilidad que tu familia está encerrada y vos venís de afuera trayendo todo el bicherío, hay que ser consciente”, subrayó.

Contó que el garage de su casa es su cuartel de ingreso. “Dejo la ropa de trabajo ahí, todos los días la lavo y salgo con muda nueva, los zapatos los limpio con lavandina y a las cubiertas del auto tambien le pongo, primero me baño y después saludo a mi familia”.

Aunque una parte del periodismo pudo adaptarse a trabajar desde las casas, es inevitable tener que hacer coberturas afuera y hacer guardias. A Flavia le toca hacerlo y asegura que le inquieta, en particular porque tienen un hijo de 3 años.

“Me cuesta mucho salir, aprovecho cuando salgo a trabajar para hacer algunas compras ya que estoy afuera y contaminada (…)  Pienso que si me contagio no voy a poder verlo 15 días, si se enferma él va a estar aislado 15 días y tampoco podré verlo con lo difícil que podría resultarle eso”, dice con angustia.

“Trato de extremar lo más posible las medidas, el otro día tuve que ir a hacer una nota en los bancos y fui con barbijo y guantes, cuando llego a mi casa me saco la ropa, me baño, desinfecto todo lo que pueda haber tocado, lo mismo que cuando salgo a sacar la basura porque vivo en un edificio, es esa sensación de que no tenes la tranquilidad de quedarte en tu casa y elegir en qué momento salir”, continuó.

Martín es preventor en la municipalidad de Maipú y bombero voluntario. No dejó de trabajar en ninguna de las dos cosas, aunque lo primero lo hace de 21 a 7 y se expone menos al contacto social. Tiene dos hijos pequeños y es consciente de los riesgos.

“Pienso mucho en eso, se ha sumado que estos días la gente ha cobrado y hemos tenido que ir a los bancos, a las 4 de la mañana ya hay cola de gente, abuelos, y hay que estar diciéndoles que respeten la distancia; por más que tomamos medidas como barbijos y guantes uno está expuesto”, relata.

Detalló que cuando cambian la movilidad limpian todo por dentro con agua preparada con lavandina: palanca de cambio, torpedo, volante, etcétera.

La ropa y los zapatos suelen ser un gran tema para todos los que salen. “Por el momento me voy y vuelvo de civil y la ropa de trabajo la dejo en el trabajo, cuando llego a mi casa lavamos inmediatamente la ropa y dejo las zapatillas afuera, en el trabajo rociamos la ropa con agua con alcohol cuando nos la sacamos y cuando nos vamos de franco la metemos en una bolsa y la lavo en mi casa”, dijo.

Fuente: Los Andes