Incierto futuro para 14 mil personas que trabajan en bares y restaurantes rosarinos

Es uno de los sectores más golpeados por la cuarentena. El 78 por ciento de los comercios no pudo pagar los servicios y ya hay al menos dos que cerraron.

Es uno de los sectores más golpeados por la cuarentena. El 78 por ciento de los comercios no pudo pagar los servicios y ya hay al menos dos que cerraron.

Unas 14 mil personas trabajan en la ciudad en los 1.600 bares y restaurantes habilitados, uno de los sectores más golpeados por la cuarentena dispuesta para frenar el avance de la pandemia de coronavirus. El futuro del sector es incierto. Llevan dos meses con recaudación mínima (sólo funcionan con delivery) y de acuerdo a un relevamiento de la Asociación Hotelero Gastronómica de Rosario, el 78 por ciento no pudo afrontar el pago de los servicios. Ya hay dos grandes bares que cerraron sus puertas definitivamente y se perdieron unas 40 fuentes laborales.

El cuadro de situación es sombrío: hoy no están dentro del esquema de apertura y tienen mucha incertidumbre sobre cuándo podrán abrir y cómo va a reaccionar la demanda. La esperanza es que si todo sigue bien, el 24 de mayo los habilite el gobierno nacional, como ya sucedió en Mendoza, Salta y Jujuy. Siempre, claro está, con protocolo sanitario y límite de personas.

«Es irresponsable aventurar hoy cierres masivos. Los vamos a ver dentro de cuatro o cinco meses, porque todos van a esperar a abrir. Pero cuando arranque la actividad, se sabrá qué demanda tengo, dónde me posiciono y cómo pago todo lo que debo», explicó el titular de la Asociación Hotelero Gastronómico, Carlos Mellano.

En cuanto a los comercios que cerraron definitivamente, Mellano confirmó solo uno: La Maltería, de Presidente Roca y Santa Fe, que no pudo enfrentar el valor del alquiler y dejó un tendal de 24 despedidos. En tanto, dijo que el caso de Búho, una cervecería de Pellegrini y España, «aún no está claro. No lo puedo garantizar, es dudoso el cierre de ese local», deslizó, lo que podría significar que hubo alguna maniobra empresaria para desprenderse de los 15 trabajadores.

Reinventarse

El referente aseguró que el sector la está pasando «muy mal», tras 60 días con facturación cercana a cero, y anticipó que deberán «adaptarse para sobrevivir. Tendremos que tener creatividad para poder abrir las puertas con los protocolos correspondientes, con la ocupación que defina el Estado (por ejemplo, un 50 por ciento), y empezar a ver la rueda», diagnosticó.

Uno de los problemas más graves es que muchos titulares de locales sacaron créditos con una tasa del 24 por ciento para hacer frente a los gastos, y en breve deberán pagar la primera cuota. «Ya pasaron 60 días de los 90 que nos dieron de plazo. Ahí se verá todo el pasivo y cómo se puede cuantificar, en función de lo que se pueda vender», aclaró.

En cuanto al delivery, no lo desestimó como alternativa, pero afirmó que hoy sólo les sirve para cubrir algunos gastos fijos. «Es un buen método de venta, pero se convirtió en un problema, porque la oferta se triplicó o cuadriplicó. Todos lo están haciendo», detalló.

Otro tema preocupante es el de las aplicaciones, que según Mellano «se llevan un 30 por ciento» de la facturación. También tienen problemas con la acreditación del dinero, que puede demorar hasta 20 días y sobre la cual no tienen ningún tipo de registro. El problema, para el empresario, es que «el cliente las adoptó y las usa», por lo que están desarrollando una aplicación propia junto al municipio para darle batalla.

Cuando todo vuelva a marchar, Mellano considera que «las cervecerías artesanales van a ser las más perjudicadas, porque el modus operandi de ese negocio radica en el aglutinamiento de gente en lugares pequeños, incluso con clientes parados». Para el referente, eso va a hacer que «se modifique la operatividad», producto del distanciamiento necesario, en un rubro que ya venía saturado de oferta desde su boom en los últimos años.

Fuente: La Capital