Inflación: fuerte caída del consumo en comercios de cercanía de Paraná

Despensas en los barrios notan que las subas de alimentos son constantes y la demanda se retrajo. Mañana el INDEC se conocedará a conocer la inflación de marzo.

Despensas en los barrios notan que las subas de alimentos son constantes y la demanda se retrajo. Mañana el INDEC se conocedará a conocer la inflación de marzo.

Esta semana se difundió un informe del Banco Mundial (BM) que ubica a la Argentina en el tercer puesto del ranking de los países con mayor inflación de alimentos. El relevamiento se hizo en 162 países y a nivel nacional la suba en este rubro fue del 103% en el último año. En primer lugar se ubican el Líbano, que alcanzó 261%; y Zimbabwe, que midió 137%. Detrás están Irán, Turquía, Egipto, Ruanda, Ghana, Surinam y Sierra Leona.
En este contexto adverso, mañana el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) dará a conocer la inflación de marzo, que según estiman mediciones privadas, se ubicará por encima de 7,5% mensual. Ya la medición oficial en la Ciudad de Buenos Aires reveló una inflación general de 7,1% pero en los alimentos la suba de precios alcanzó el 9,1%.

Estos incrementos impactan sobre todo en quienes tienen un ingreso fijo mensual, que siguen perdiendo poder adquisitivo a un ritmo galopante. Y hoy abastecerse con comida para todo el mes sin endeudarse se tornó un desafío para muchas familias.

En Paraná los aumentos de precios se advierten a diario al hacer las compras tanto en supermercados como en despensas, almacenes y demás comercios de cercanía, que suelen ser los excluidos de los acuerdos de precios impulsados por el gobierno nacional y, en consecuencia, los más desfavorecidos.

En este marco, Mario Sarli, integrante del Centro de Almaceneros de Paraná y propietario de una despensa en la zona sur de la capital entrerriana, comentó a UNO: “La situación comercial está muy complicada, porque los aumentos no paran. El cajón de tomate está 11.000 pesos, igual que el de naranja; uno de lechuga sale 10.000 pesos. Hacemos un pedido y tenemos que tratar de venderlo de a kilo, de a medio kilo, o tirar un poco”.

“La situación es muy compleja en todos los rubros. La carne ha pegado un saltito de vuelta: aumentó un 5% y todavía la gente no lo ha visto reflejado en el mostrador porque por la poca demanda que hay es el comerciante el que absorbe los aumentos para poder tener algo de venta”, añadió.

Por otra parte, observó: “En el sector de los almacenes se nota que hay cierre de negocios desde hace bastante tiempo, porque muchos no pueden pagar la luz, hay otros que no pueden reponer mercadería. La verdad, como siempre digo, la inflación nos lleva a que estemos todos los días un poquito más pobres”.

Por su parte, Noelia Gutiérrez, propietaria de una despensa de bulevar Moreno, observó: “Todos los días algo aumenta. En estas últimas semanas hubo aumentos en todo, pero principalmente se notó mucho el del pollo, del huevo y del queso. El cajón de pollo está a 15.000 pesos. A los huevos los tenemos que vender a 700 pesos la docena, que es casi el doble de lo que estaba antes; el queso cremoso subió muchísimo: a 1.500 pesos lo tenemos hoy, cuando lo estábamos vendiendo hace poco a 1.000 o 1.100 el kilo”.

Acerca de cómo impactan estas subas de precios en la demanda, señaló: “Las ventas han caído muchísimo. La gente compra lo que le alcanza, y después se manejan mucho con tarjeta de crédito. Hoy tarjetean lo que es comida y bebida porque sino no llegan a llevar cosas para todo el mes, y eso es tremendo; antes eso no pasaba, sino que se usaba para comprar con crédito zapatilla, ropa, electrodomésticos”.

“Con los precios no sabemos qué va a pasar. La gente se queja, pero no le queda otra que comprar, porque igual tiene que comer”, indicó, y refirió: “Al stock lo tenemos todo el tiempo que remarcar porque nos llegan los nuevos precios de los proveedores. Y a nosotros nos pasa que compramos menos también, reponemos lo que se vende nada más, porque no tenemos plata para comprar más porque tenemos que pagarle a la gente que trabaja acá, pagar la luz, los impuestos, la contadora; y es muchísima la plata que se te va”.

Yolanda, quien atiende en una despensa en la zona de calle avenida Ejército, expresó: “Los productos que más subieron fueron los cigarrillos, las gaseosas, las cervezas, el azúcar, pero en general todo viene aumentando. La gente con estos precios compra de a poquito, este es un barrio humilde y llevan a lo mejor una papa y algo de carne picada; compran queso de a 100 o 150 gramos, y así”.

Irma, de una despensa de calle Enrique Carbó, afirmó: “En este momento la fruta y la verdura están carísimas. Hay cosas que suben y después bajan, no tienen precio estable y a los mejor aumentan un 100% y ahí nomás bajan un 60% o 70%; otras cosas subieron y no han bajado nada. Hoy el tomate perita está en algunos lugares 1.000 pesos, y el redondo se consigue entre 1.300 y 1.400 pesos el kilo. Es una barbaridad, pero no podemos dejar de comprar un cajón que hoy sale 10.000 o 12.000 pesos porque aunque esté caro la gente lo pide igual; a lo mejor no te lleva un kilo pero sí dos o tres tomates. Nosotros tenemos que tratar de vender para no tirar después y perder tanto, porque lamentablemente pasa que el verdulero siempre pierde”, comentó.

Asimismo, subrayó: “Hay cosas que hoy no traigo directamente, como la naranja. No se puede comprar porque está muy cara, no sé por qué motivo, si es nuestra, de Entre Ríos. Hoy está valiendo 900 pesos el kilo”.

“Todo sube. Hay una marca de lácteos que aumentó dos veces en el mes; hay cervezas que subieron tres veces y también tres veces ya subió una gaseosa de primera marca; a los huevos ya los tuvimos que remarcar cuatro veces en el mes”, precisó.

Claudio, dueño de una despensa de calle Rondeau, coincidió en que las subas de precios son constantes y manifestó: “En estos días aumentó casi todo y ya tenemos lista de precios nueva para la semana que viene”.

“Los movimientos de precios se vienen dando en la mayoría de los productos, pero se vio más en el huevo y el pollo. Esto no tiene freno; hay empresas que ya aplican un incremento en un porcentaje de manera periódica, y a la gente que tiene que comer se le hace cada vez más difícil”, concluyó.

Fuente: Uno