Informal: cuatro de cada diez mendocinos trabajan en negro

En un año la informalidad subió 1,9 puntos porcentuales. Preocupa la precarización. Cuáles son los sectores que más lo padecen.

En un año la informalidad subió 1,9 puntos porcentuales. Preocupa la precarización. Cuáles son los sectores que más lo padecen.

Las cifras oficiales señalan que, en Mendoza, el porcentaje de trabajadores que se encuentran en la informalidad es de un 41,1% mientras que en 2018 ese número ascendía a 39,2%. Según el informe del Indec sobre el Mercado de Trabajo, Tasas e indicadores socioeconómicos, 4 de cada 10 mendocinos tienen algún tipo de relación laboral informal.

De acuerdo con el informe del Indec a nivel nacional, “en términos absolutos entre diciembre de 2018 y el mismo mes de 2019, unos 166.800 trabajadores perdieron sus empleos asalariados en empresas privadas. Sólo la expansión del monotributo y del empleo público, logró compensar este proceso de destrucción del empleo asalariado, en algunos casos”.

El informe del Indec señala, además, que el índice de subocupación horaria, trabajadores que realizan menos de 35 horas semanales de actividad, en la provincia es del 15,9%.

Mientras que la sobreocupación, trabajadores que realizan más de 45 horas semanales de trabajo, es del 25,6%.

Desde el Ministerio de Economía señalaron que estos números son evidencia del efecto de la crisis macroeconómica, que ha tenido un impacto significativo en distintas regiones del país. No obstante, subrayaron que cuando se compara al Gran Mendoza con otros conglomerados similares, se encuentra que este 41,1% de 2019 está por debajo del 42,9% de Gran Córdoba, el 43,6% del Gran San Juan o el 45% del Gran Tucumán.

La Patagonia escapa a estos números de empleo no registrado, reconocieron, pero esto se debe a que un amplio porcentaje de la población trabaja para el Estado o para sectores como el petróleo, pesca y minas, en los que la necesidad de contar con seguros impide que las contrataciones sean irregulares.

En este marco, la economista de Gestión Consultores, Paula Ariet, explicó que “hay algunos trabajadores con contratos por actividades puntuales y monotributistas que facturan por sus servicios, encubriendo una relación laboral”, señaló.

Según analizó el economista José Vargas de la consultora Evaluecon, estos índices han crecido casi 6 puntos en los últimos dos años. “Los sectores con mayor informalidad son: construcción, comercio, industria y agroindustria”, subrayó Vargas.

En ese sentido, apunta la economista Ayelén Goti que “el trabajo informal se da en un sector muy dinámico. Justamente al ser informal, no hay estadísticas 100% certeras como se pueden dar con otros indicadores como la tasa de desocupación. No se puede saber qué sector tiene mayor informalidad”.

En tanto que Daniel Garro, economista de Value International Group, señala que la alta tasa de empleo informal “es propia de países como Argentina que tienen un costo laboral altísimo, producto de impuestos al trabajo y aportes patronales”. Mientras, marca que “para emplear una persona, uno necesita un 0,7% más de lo que paga de salario”.

El fenómeno de la subocupación y la búsqueda de nuevos empleos, explica Ariet, “crece mucho porque al caer el poder adquisitivo hace que el grupo familiar busque tener más ingresos. Es el mismo fenómeno que explica el desempleo, ya no alcanza la plata y hay más gente que busca trabajo”.

El contexto en el cual se encuentra nuestro país al momento, con una inflación que superó el 50% durante los últimos dos años, una brusca caída de la economía y recesión complica las condiciones de generación de empleo.

“En una economía en recesión, por más que yo tenga una baja en los aportes patronales, si estoy en recesión no puedo emplear y pagar salarios más altos. El proceso debería ser flexible para que la gente pueda encontrar empleo”, asegura Garro.

Los costos laborales, la alta presión tributaria y la falta de perspectivas de cambio a corto y mediano plazo terminan de generar el combo que dificulta la reactivación del mercado formal de trabajo. “Al no haber propuestas en el mercado formal de trabajo, los trabajadores buscan un empleo informal, un trabajo en negro para subsistir”, entiende el economista.

Mercado informal y salarios
Según los datos del INDEC, un 41,1% de los trabajadores en Mendoza son asalariados sin descuento jubilatorio. Las Pymes fueron las más afectadas por la crisis y, ante la presión fiscal y los altos costos laborales no están generando nuevos empleos.

“La doble indemnización hace que, ante la falta de reactivación, las empresas no tomen nuevos empleados. Eso pone un freno a que las empresas contraten”, analizó Paula Ariet.

Vargas señaló el mismo aspecto, “la toma de trabajadores en negro responde más a la situación económica del país que a la intención de evadir impuestos. Hay muchos controles cruzados y las multas son altas”.

Los trabajadores del mercado informal tienen, en promedio, menores salarios que los trabajadores del mercado formal. “Lo que pasa con estos sectores es que los ingresos no alcanzan al Mínimo Vital y Móvil, y están relacionados con los trabajos precarios, son muy dinámicos, de baja productividad y rotativos a nivel horarios”, argumenta Goti.
Bajar el nivel de informalidad y disminuir el desempleo se presentan como los desafíos por delante. “Para disminuir el desempleo se debe disminuir el costo laboral y para que la gente tenga un salario real más alto es necesario que mejore la situación”, analiza Garro.

En ese mismo sentido, Goti analiza que “esas relaciones se dan ya que nuevos trabajadores quieren ingresar al mercado y no han encontrado oportunidades en el mercado formal”. Mientras que, el aumento de trabajadores registrados en el monotributo, explica la economista “es porque han tenido que ‘formalizarse’ de alguna forma para poder tener esos aportes ya que el mercado laboral no responde a esas demandas”.

Medidas del gobierno
Según explica Vargas, “el gobierno ha intentado combatir la informalidad, no con una medida concreta sostenida pero sí con programas que año a año quisieron atacar este problema”. El economista explica que al tratarse de un problema a nivel nacional, desde la provincia se dificulta la generación de herramientas.

“La doble indemnización va totalmente en contra de que haya salarios en blanco, de que se baje el desempleo y de que aumenten los salarios. Es una medida absolutamente retrógrada” criticó Daniel Garro.

En ese sentido, Ayelén Goti puntualizó que “el país tiene que hacer cambios desde la profundidad, porque se siguen haciendo políticas de parches, no se crece, no aumenta la productividad. Hay pocos incentivos”.

En cuanto a la doble indemnización, Goti señaló que “es una medida cortoplacista, ha sido un parche al aumento de la desocupación y, en algún punto, ayuda a frenar el aumento de la tasa de desocupación”.

Finalmente, Vargas señaló que es fundamental estabilizar la economía y bajar la inflación para generar trabajo. “Al estabilizar la economía tendrías menor presión tributaria y si bajás la inflación del 50%, generas mejores condiciones de empleabilidad”, aseveró.

Fuerte baja del empleo privado
El 2019 cerró con resultados muy preocupantes para Mendoza en el mercado laboral formal. Según datos difundidos por el Ministerio de Trabajo de la Nación, entre diciembre de 2018 e igual mes de 2019 se destruyeron 4.311 empleados en la provincia.

El dato surge de la comparación de los 244.637 trabajadores que había en el último mes del 2018 con los 240.326 que se contabilizaron a fines del año pasado. En términos porcentuales, la retracción fue de 1,8%.

Economistas consultados por Los Andes coincidieron en que el dato más desalentador no es la caída en sí, sino la velocidad a la que se acelera la baja del empleo. Es que a partir de junio la retracción se fue haciendo cada mes más grande. En el sexto mes del año, la pérdida de puestos de trabajo registrados había sido de 677 empleos y la tendencia negativa se confirmó en junio (1.119 trabajadores), agosto (1.633), septiembre (3.277), octubre (3.187), noviembre (2.582) y finalmente diciembre (4.311).

El empeoramiento de la situación se confirma también en la medición porcentual. A mediados de año la contracción del mercado laboral formal no superaba el 0,5% y en diciembre llegó a registrar una caída del 1,8%.

Récord negativo
La pérdida de 4.311 puestos de trabajo sobresale mucho más allá de 2019. De hecho, para encontrar un peor resultado dentro de Mendoza hay que remontarse a agosto de 2016, mes en que se perdieron 4.708 empleos en la provincia.

A partir de entonces el mercado laboral combinó altas y bajas, pero nunca hubo una retracción tan grande como la del último mes del año pasado.

El mal resultado marca además un cierre negativo para el balance de la gestión anterior.

En diciembre de 2015, cuando asumió Mauricio Macri como Presidente de la Nación, Mendoza tenía 242.900 trabajadores. En el transcurso de los cuatro años se alcanzó un pico de más de 252.000 empleados formales (marzo de 2016), pero al final del ciclo el mercado laboral es más chico que al inicio.

El total país
De acuerdo a los especialistas, la crisis del mercado laboral de Mendoza no responde a problemas económicos propios, sino que viene de la mano de los grandes desajuste macroeconómicos. Prueba de esto, es que todas las provincias de Argentina en su conjunto acumulan 16 meses consecutivos de resultados negativos.

En lo que respecta particularmente a diciembre, los datos del Ministerio de Trabajo indican que se perdieron 168.823 empleos privados en el total país, lo que representó una baja del 2,7%. Este último puede resultar un dato relativamente alentador para Mendoza, dado que, más allá de la caída, el achicamiento del mercado laboral es menor al que se observa en el promedio nacional.

La diferencia es notoria con otras provincias de alta importancia en la economía nacional, como es el caso de Córdoba. En esa provincia se perdieron 18.639 puestos de trabajo en diciembre, lo que representó una baja de 3,7% (el doble que Mendoza). San Juan y San Luis, por su parte, tuvieron retracciones porcentuales del 5,6% y 3% respectivamente.

Fuente: Los Andes