La Comarca Andina: una región preciosa de la Patagonia para enamorarse

Por la mítica ruta 40 es posible recorrer casi todos los pueblos que forman parte de La Comarca Andina (también conocida como La Comarca Andina del Paralelo 42): El Bolsón, Lago Puelo, El Hoyo, Cholila, El Maitén y Epuyén.

Localidades de Chubut y Río Negro conforman un territorio repleto de montañas nevadas, bosques encantados y ríos cristalinos.

Por la mítica ruta 40 es posible recorrer casi todos los pueblos que forman parte de La Comarca Andina (también conocida como La Comarca Andina del Paralelo 42): El Bolsón, Lago Puelo, El Hoyo, Cholila, El Maitén y Epuyén.

En esta porción de tierra separada por una línea imaginaria, que abarca el noroeste de Chubut y el sudoeste de Río Negro, hay dos parques nacionales y uno de los microclimas más sanos del planeta.

EL BOLSÓN
Desde San Carlos de Bariloche hay que hacer aproximadamente 130 kilómetros por la hermosa ruta 40 para llegar hasta El Bolsón, la base de la Comarca Andina.

Este valle, delimitado por la Cordillera de los Andes y el imponente cerro Piltriquitrón, obliga de entrada a bajar varios cambios: sólo hay dos semáforos que hace poco fueron instalados, por eso hay que conducir con mucho cuidado.

Entre varias diagonales y bonitas plazoletas, se encuentra la plaza Pagano, donde se realiza la Feria Regional de Artesanos. Ahí, cada martes, jueves y sábado se reúnen diferentes artistas para vender objetos hechos con madera, cerámica, flores secas, metales, lana y cuero. Otros puestos ofrecen jugos naturales, miel pura, dulces, verduras frescas, frambuesas, nueces, tartas y empanadas.

Sobre las avenidas San Martín y Belgrano se ubica la mayoría de los restaurantes y locales comerciales.

LA IGLESIA, OTRO PUNTO DE REFERENCIA
Y en esta parte de Argentina abundan las propuestas para hacer actividades relacionadas con el bienestar: meditación, masajes, Tai Chi Chuan, reflexología, yoga, reiki, terapia floral, acupuntura, baños de gong y chamanismo; entre otras opciones. Uno de los centros holísticos más conocidos es Lumina, una enorme y llamativa construcción de adobe sin ángulos rectos con techo vivo, donde trabajan más de 35 terapeutas de diferentes disciplinas.

Otro referente en El Bolsón es Jauja, una heladería que no utiliza conservantes ni agregados químicos artificiales para elaborar sus exquisitos sabores. Los helados son completamente orgánicos e irresistibles.

A pocos kilómetros de la ciudad se puede visitar Humus, una empresa familiar que se dedica a la producción de quesos, yogures y frutas finas. Además de recorrer la chacra, sugerimos probar el delicioso jugo de manzana que venden en botellitas de vidrio.

En este sector del país, declarado municipio ecológico, se desarrolla una intensa actividad agropecuaria. La actividad principal gira en torno al lúpulo, ingrediente clave para la elaboración de la cerveza.

Resulta que El Bolsón es el único lugar de Sudamérica que posee las condiciones naturales óptimas para cultivar mencionada semilla. Por eso, los amantes de la cerveza encontrarán en los bares una gran variedad: rubias, negras, rojas, con miel y hasta con frambuesa.

Conocer el El Bosque Tallado y subir el famoso cerro Piltriquitrón (“Piltri” para los habitantes de El Bolsón), son dos actividades imperdibles. Se puede llegar en auto hasta la plataforma del Cerro y el resto del recorrido se hace caminando. Hay que tomar el sendero hacia el Bosque Tallado, donde en 1978 un incendio quemó miles y miles de lengas y hoy hay un conjunto de esculturas creadas por artistas argentinos y extranjeros.

Desde ahí las vistas son espectaculares, pero subiendo un poco más encontramos el refugio, una construcción de madera y piedra con grandes ventanales. En ese sector hay vistas panorámicas y uno comprende por qué el cerro se llama Piltriquitrón (que en lengua mapuche significa colgado de las nubes).

Desde el refugio se puede tomar otro sendero para llegar hasta la cumbre del cerro, pero es necesario estar muy bien físicamente. Dicen que desde ahí las vistas son aún mejores.

Imágenes de la «Comarca Andina», un rincón increíble de la Patagonia. (Foto: Ariela Malem)
Otro imperdible es llegar hasta El Cajón del río Azul. Tras una intensa caminata por un valle soñado, que demanda entre 3 y 4 horas (de ida), se llega al famoso cajón del Azul: un angosto cañadón de 40 metros de profundidad por donde corre un río azulado. Ahí hay un refugio donde se puede acampar. Quienes lo deseen y estén bien físicamente pueden continuar hasta el glaciar.

LAGO PUELO Y EL HOYO
Los pueblos que están más cerca de El Bolsón son Lago Puelo (por la Ruta 16) y El Hoyo (siguiendo por la Ruta 40).

Lago Puelo está exactamente a 14 kilómetros de El Bolsón. Cuenta con un Parque Nacional, donde está el lago color turquesa que le da nombre a esta hermosa localidad.

Ahí hay un puerto, mesas de madera y una playita de arena blanca. Desde La Playita se pueden recorrer diferentes senderos como el Bosque de las Sombras (donde hay una pasarela de madera sobre un pantano cubierto de hojas secas y donde apenas ingresan algunos rayos de luz), La Voz del Arce (un trayecto bellísimo lleno de arces amarillos, árboles con los que se fabrican instrumentos musicales) y Antiguos Pobladores (camino que desemboca en el Jardín Botánico).

Además, hay un mirador. Cuesta llegar hasta arriba, pero la vista que hay desde la cima es increíble. El paisaje de Lago Puelo parece un cuadro recién pintado.

También está la opción de alquilar un kayak para recorrer el lago y llegar hasta el límite con Chile.

A 12 kilómetros de El Bolsón se encuentra El Hoyo. En esta bonita localidad se cultivan frambuesas, frutillas, cerezas y grosellas. Por eso es conocida como la Capital Nacional de La Fruta Fina.

Como está en un valle encajonado entre montañas, El Hoyo posee un microclima especial y un paisaje impactante.

El lugar más visitado por los habitantes de El Hoyo y por quienes están de paso es Puerto Patriada, donde hay un lago totalmente espejado, rodeado de playas de arena y de bosques. Ahí hay un campamento de montaña, una proveeduría, parrillas y baños. También hay un puesto que ofrece kayaks para recorrer de punta a punta el Lago Epuyén.

Otro sitio recomendado es el Laberinto, hecho de cerco vivo, con nueve puertas y una salida. “El laberinto es un símbolo del mundo espiritual, una representación de los caminos alternativos y las encrucijadas que se nos presentan en la vida. Visitarlo, transitarlo, habitarlo es una propuesta estimulante y una invitación al conocimiento personal”, dice en la página web de este emprendimiento que abrió sus puertas en el 2012 y que hoy es un símbolo de esta localidad. Después de hacer el recorrido, lo ideal es sentarse a merendar en la casa de té que se encuentra dentro del predio. Ofrecen una gran variedad de tortas y tartas con frutos rojos.

ESQUEL
Pasando Epuyén, en dirección a Esquel, está el Parque Nacional Los Alerces: una de las áreas protegidas más lindas de Argentina, creada para preservar los bosques milenarios de alerces (parte de los seres vivos más antiguos del planeta).

Algunas paradas obligadas dentro del parque son: Villa Futalaufquen (donde se encuentra un coqueto centro cívico rodeado de hermosos jardines y el bellísimo Lago Futalaufquen), Puerto Limonao y el Río Arrayanes de color verde esmeralda (donde hay un precioso bosque con arrayanes, una pasarela y un muelle).

Por todo el circuito, rodeando el lago, hay numerosos campings con fogones, mesas frente al río, parrillas, proveeduría, duchas con agua caliente, muchísimos espacios para acampar y hasta domos calefaccionados para los viajeros que buscan tener contacto con la naturaleza y más comodidad.

CHOLILA
Cerca del Parque Nacional Los Alerces se encuentra Cholila (que en mapuche significa valle hermoso). En este pintoresco pueblo todas las calles son de tierra y las casitas de madera están separadas unas de otras por extensas chacras. No tiene tanta vegetación como otros sectores de la Comarca Andina, pero si hileras de rectos álamos, que en otoño se tiñen de un color amarillo intenso y le dan a Cholila un toque especial.

EL MAITÉN
Esta localidad, conocida a nivel mundial por “La Trochita” (el ferrocarril que une las provincias de Río Negro y Chubut), invita a hacer un viaje en el tiempo. Además de pasear por la estepa patagónica, la aventura incluye: visita al Museo, al Paseo de Artesanos y a los Talleres Ferroviarios.

ÚLTIMA PARADA: EPUYÉN
En este pequeño pueblo, al igual que en El Hoyo, es posible disfrutar el agua transparente y templada que caracteriza al Lago Epuyén, pero desde otra perspectiva. Hay que ingresar al Parque Municipal Puerto Bonito, elegir un lugar para sentarse, preparar el mate y contemplar el paisaje.

Quienes busquen estar en movimiento, pueden tomar algunos de los senderos señalizados: Sendero de las playas (bordeando la costa del lago), Circuito de Piedra Pintada, Sendero a El Chalet (conduce a una casa en ruinas), Bahía Las Percas y Ex-Monasterio (por este camino se llega a un mirador y a los restos de un monasterio).

Y Epuyén es el único lugar de la Patagonia andina que tiene desde el 2011 un monumento budista. Se trata de una obra arquitectónica de 12 metros de alto, que tardó tres años en construirse y hoy es un espacio mágico dedicado a la meditación, que atrae a turistas de todas partes.

Fuente: Voy