La crisis económica llegó a las aulas de Bariloche

En las escuelas se pide lo mínimo necesario e inclusive en las privadas hay compra-venta de los uniformes y libros usados. La clase media hace malabares para pagar la cuota.

En las escuelas se pide lo mínimo necesario e inclusive en las privadas hay compra-venta de los uniformes y libros usados. La clase media hace malabares para pagar la cuota.

Las listas eternas de útiles escolares quedaron atrás en el tiempo. Este año, muchas escuelas obviaron los pedidos para iniciar el ciclo lectivo por la crítica situación económica y las librerías tampoco se volvieron el infierno clásico de colas y esperas previas al comienzo de clases.

“En la escuela donde trabajo, optamos por no pedir nada específico. Que empiecen con lo que tienen porque la crisis es áspera. La maestra de mi hijo que pasa a sexto grado sugirió que los chicos fueran con lo que tengamos en casa y se iba a ir viendo”, advirtió Ángeles Juárez, docente de una escuela del barrio 2 de Abril y, agregó: “Muchas escuelas están viendo cómo sobrellevar esto sin ponerse tan estrictos”.

Silvana Garcés, directora de la escuela 16, recalcó que este año más familias han solicitado vacantes en el colegio céntrico. “Muchos piden volver a la escuela pública. A la vez, los docentes han hecho listados de materiales y solicitan lo mínimo e indispensable. A los papás se les dijo que recuperen lo del año pasado”, planteó.

Garcés aseguró también que se pidieron donaciones para armar “cartucheras comunitarias” en caso de que algún nene no dispusiera de útiles.

“Busco chaleco talle 8 en buen estado”, “Vendo pollera talle 16 en excelente estado”, “Busco zapatos de nena número 27”. Los mensajes se suceden constantemente desde fines de enero en la página de Facebook del colegio San Esteban. La crisis pegó también a la comunidad educativa de las escuelas privadas.

Muchos padres armaron grupos en las redes sociales para vender u ofrecer prendas de uniforme usado y en los grupos de padres de Whatsapp, comenzaron a ofrecerse libros usados, especialmente los de inglés que nuevos, casi alcanzan los 2.000 pesos. Algunos docentes que solían enviar cuadernillos a diversas librerías para que los estudiantes sacaran fotocopias comenzaron a subir el material a las páginas web de los colegios para que quienes tengan la posibilidad de fotocopiar eviten un gasto.

“Todo esto antes no se veía. De hecho, muchos papás pasaron a sus hijos a vianda (les mandan comida) y ya no al comedor al mediodía. En el grado de mi hija, por primera vez sugirieron poner dinero y hacer una vaquita para los regalos de cumpleaños porque ya no se puede, peor aun con dos o más hijos”, expresó Romina, una madre del colegio Primo Capraro.

Horacio Paradela, padre del colegio Vuriloche, aseguró que por segunda vez consecutiva, se puso en marcha “la vurilibrería” que consiste en realizar una compra mayorista de útiles para llegar con buenos precios a las familias. “Se están haciendo malabares para que la cuota no se dispare”, admitió.

Luis Fernández, del Grupo Encuentro, una asociación civil que brinda contención integral a niños y adolescentes, consideró que la crisis “se nota en los bolsillos como en todos lados. Es considerable la diferencia con el año pasado que, de alguna manera, podíamos juntar, acompañar y ayudar. Los ingresos no acompañan el valor de los útiles escolares y hablamos de cosas muy básicas. El nivel de pedidos en las escuelas bajó un poco pero hay cosas básicas que los chicos necesitan”.

“Lo que podíamos comprar el año pasado ya no alcanza. Antes comprábamos tres cuadernos, hoy a gatas uno”

Luis Fernández, uno de los referentes del Grupo Encuentro.
En busca de ayuda, Iris Miñoz, del comedor Gotitas de Esfuerzo, contactó a una organización de Buenos Aires el año pasado y por segundo año consecutivo, los padrinos aportaron mochilas completas. En esta ocasión, entregaron 150 mochilas a estudiantes de Bariloche.

“Algunos no tenían nada de nada para arrancar las clases. Ni siquiera calzado adecuado. Hoy a muchos los ves con Cross y ya hace frío. La situación es un poco peor que en el 2018”, admitió Miñoz.

Explicó que al igual que el año pasado, desde el comedor “se hizo un listado de niños con los datos de cada uno, incluso qué intereses tiene y qué quisiera ser cuando sea grande. Nos mandaron unas mochilas que son una maravilla, con cartitas muy cariñosas”, señaló, al tiempo que aclaró que en 2018, la organización donó 6.000 mochilas para todo el país y este año, la suma de mochilas ascendió a 10.000.

Sigue la migración de la privada a la pública
“Es impresionante el nivel de pases”. De esta forma, Sergio González, supervisor de nivel medio, calificó el incremento de traspasos desde las escuelas privadas al sistema estatal.

“Muchos llegan con grandes deudas con los privados y, vienen nerviosos a exigir escuela. Mucha gente no los anotó antes porque pensaba seguir enviándolos a los privados pero hoy se dan cuenta de que no pueden sostenerlo”, expresó.

González aseguró que solo en febrero hubo entre 80 y 100 pases de escuelas privadas a públicas, entre segundo y quinto año.
Para primer año, también registran gran cantidad de pedidos.

“Todo el año pasado hubo pedidos pero desbordó ahora en febrero. Algunos caen desesperados por determinadas escuelas pero el estado ofrece vacante donde hay”, puntualizó el supervisor.

Se trata de una tendencia que arrancó en 2018.

Fuente: Río Negro