La devaluación impactó con fuerza en los talleres de GNC rosarinos

La actividad en el sector venía en alza a raíz del aumento de las naftas, pero después de las Paso los equipos aumentaron y sobrevino un parate.

La actividad en el sector venía en alza a raíz del aumento de las naftas, pero después de las Paso los equipos aumentaron y sobrevino un parate.

Los instaladores de equipos de gas natural comprimido (GNC)también sufrieron los embates del aumento del dólar. Desde la cámara que nuclea a los trabajadores del sector indicaron que las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (Paso) marcaron un antes y un después en el año comercial, ya que antes de las mismas tenían un crecimiento de ventas del 30 por ciento que venía de la mano de una suba sostenida en el precio de la nafta; pero luego de las elecciones hubo un parate en la actividad, que recién en estos días comienza a dar indicios de volver a funcionar.

Además, en los talleres que se dedican en Rosario a convertir vehículos nafteros en unidades propulsadas a GNC aseguran que los precios de los equipos sufrieron un aumento del 25 por ciento y que los más caros pueden costar hasta 50.000 pesos, un monto oneroso para la mayoría de los bolsillos rosarinos.

Cabe destacar que el equipo de GNC más barato que se comercializa en esta ciudad oscila en los 37.000 pesos.

El presidente de la Cámara de Instaladores de GNC en la ciudad, Ricardo Ciavarro, admitió a La Capital que la escalada del dólar luego de las resultados en las elecciones primarias derivó en un parate en la actividad, que venía con perspectivas favorables.

«Veníamos bastante bien hasta las Paso, con un crecimiento de entre el 20 y el 30 por ciento en las ventas con respecto al trimestre anterior. Entre otras cosas, nos vimos beneficiados con el Plan Ahora 12, que tuvo una rebaja del 29 al 20 por ciento en el recargo y, además, pasó de estar habilitado jueves y viernes a estarlo de lunes a lunes», destacó.

Frenado

Algo es seguro, a pesar de esas medidas que intentaron reactivar el consumo, tras las Paso los talleres que se encargan de instalar los equipos tuvieron «dos semanas en las que, prácticamente, no hubo ventas por falta de precios. Y los que te daban los precios, ya tomaban el dólar a 60 y pico de pesos. De ahí, hubo un parate de dos semanas», subrayó.

Si bien Ciavarro aseguró que las ventas y colocaciones de equipos de GNC volvieron a moverse en los últimos días, no escapan al 25 por ciento de aumento que se le aplicó a casi todo los repuestos y equipos del mercado por la suba del dólar.

«Lo nuestro está ligado al dólar: todo lo que es electrónica, la parte de cilindros de acero importados y los reguladores, que son casi todos de origen italiano. La verdad es que en los últimos días las ventas y la actividad del sector se empezó a recuperar un poquito, pero no estamos tan bien como los meses anteriores a agosto», afirmó el empresario.

Entre los aumentos, precisó que «algunas cosas no aumentaron», como la oblea y «algún que otro repuesto». A su vez, también destacó a las reparaciones: «Tenemos un grupo muy unido y queremos respetar el precio del cliente. En la caso de la oblea, un cambio de llaves, una prueba hidráulica, cosas que son diarias y no insumen repuestos que tengan aumentos, mantuvimos los precios», señaló.

Además, el titular de la Cámara de Instaladores comentó: «Presupuestos damos todos los días, algunos se concretan y otros no. Nos vimos perjudicados con este aumento del dólar».

Barato

Si bien el rubro del GNC también sufrió aumentos, como contó Ciavarro, la opción de tener un auto que utilice este tipo de combustible sigue siendo conveniente por encima de los que utilizan nafta.

«Sigue siendo una alternativa buenísima», consideró, para agregar: «Si vamos a números reales, un equipo de quinta generación, el más caro, valía 41.000 pesos antes de las Paso. Hoy se fue a casi 50.000 pesos».

En ese orden, un equipo «base arranca en 37.000 pesos. Es algo más económico, un equipo de tercera generación con un cilindro mediano». Al margen de los precios, Ciavarro concluyó: «La actividad empezó a moverse de nuevo, pero no al ritmo que veníamos».

Fuente: La Capital