La economía de España sufre por la inestabilidad política

La crisis política que mantiene bloqueada la formación de un gobierno en España desde hace casi cuatro años está pasando la factura a la economía ibérica.

La crisis política que mantiene bloqueada la formación de un gobierno en España desde hace casi cuatro años está pasando la factura a la economía ibérica.

La crisis política que mantiene bloqueada la formación de un gobierno en España desde hace casi cuatro años está pasando la factura a la economía ibérica. La incapacidad legal del gobierno interino del socialista Pedro Sánchez para tomar determinadas decisiones de fondo, la ausencia de presupuestos que actualicen la política económica y el aplazamiento sine die de reformas estructurales que habiliten al país para resistir la guerra comercial, el Brexit o una desaceleración de las economías vecinas, ya han tenido un costo acumulado de entre dos décimas de PBI y hasta 200.000 empleos, según BBVA Research y el Colegio de Economistas.

En el análisis económico la identificación del riesgo es lo que perfila una oportunidad de inversión. Y en España a evolución de la política ha marcado ese perfil. El fin del bipartidismo a fines de 2015 y la necesidad de pactos para gobernar han quedado fijadas a la palabra «incertidumbre», que aparece en todos los informes macroeconómicos y financieros sobre España que periódicamente envían los bancos de inversión a sus clientes.

El de 2015-2019 ha sido el período más inestable de la historia de la democracia española. La atención de los inversores se concentró inicialmene en Cataluña, por el estallido en 2017 de la rebelión separatista y la fuga de sedes de empresas de Barcelona. Pero la economía aparentaba no notar estas convulsiones, con tasas de crecimiento del 3 por ciento.

Pero llegó 2018, cuando la debilidad de Mariano Rajoy permitió a Pedro Sánchez la primera moción de censura exitosa de la democracia y hacerse con el gobierno. Ya en 2019, en febrero se rechazó el proyecto de presupuesto de Sánchez y se debió convocar a elecciones para el 28 de abril. El freno de la economía se acentuó y el mercado laboral presentó el pasado mes de agosto la peor cifra desde 2008. El reciente fracaso en la formación de un gobierno y la repetición de elecciones convocadas para noviembre impedirán la elaboración del presupuesto para 2020, por lo que las cuentas de 2018 tendrán que prorrogarse por segunda vez.

La incertidumbre se instaló en 2015 y no se ve su fin. Los inversores dejan un país que antes los atraía

Fuente: La Capital