La historia del Banco de Alimentos de Neuquén que perdió todo en un incendio: “Vimos destruirse el trabajo de ocho años”

La asociación civil nació en 2018 con una misión clara: recolectar alimentos para distribuir a comedores y merenderos en la región. El viernes pasado sufrió un gran incendio y perdió todo. Hoy renace de las cenizas.

La asociación civil nació en 2018 con una misión clara: recolectar alimentos para distribuir a comedores y merenderos en la región. El viernes pasado sufrió un gran incendio y perdió todo. Hoy renace de las cenizas.

El fuego comenzó a las 13 el viernes pasado en el complejo ubicado en las calles Corrientes y Tierra del Fuego, en el Parque Industrial de la ciudad de Centenario. Allí funcionaba la sede regional del Banco Patagónico de Alimentos, donde ese día se albergaban 100 mil kilos de comida destinada a merenderos y comedores. En minutos, las llamadas consumieron todo. «Vimos destruirse el trabajo de ocho años», lamentó entre lágrimas Pablo Nogués, el presidente de la asociación.

Los inicios del banco se remontan al año 2018, en un comienzo atravesado por la dedicación y el compromiso. «Nació como un programa dentro de la Fundación de Estudios Patagónicos, una organización con 38 años dedicada al desarrollo humano y local”, explicó Nogués. Desde sus inicios, la Fundación trabajó con un enfoque territorial, articulando con comunidades, escuelas y organizaciones sociales.

“Nos dimos cuenta de que no podés dar apoyo escolar o promover el desarrollo humano si hay hambre. Entonces dijimos: ‘vamos a ver las alternativas que tiene el mundo civil para abordar esta problemática’”, recordó. Así descubrieron la Red Argentina de Bancos de Alimentos, que a su vez forma parte de una red global presente en más de 80 países. “En Argentina somos veinte bancos, distribuidos en todo el país. El nuestro es el más austral”, comentó el presidente.

La organización comenzó como una iniciativa prematura y dos años más tarde logró convertirse en un banco de alimentos pleno, con estructura y logística propias. Desde entonces, su crecimiento fue sostenido: pasaron de un pequeño galpón a un espacio mayor en Centenario, cedido por la Municipalidad. Desde allí se coordinaban los operativos de distribución que llegaban a 450 organizaciones sociales en toda la región patagónica y atendían a 45 mil personas por mes. Solo en 2024, lograron entregar el equivalente a seis millones de platos.

El COVID los sorprendió con un nuevo desafío. «Tuvimos que crecer exponencialmente”, contó Nogués. “Pasamos a ser la organización civil que más distribución de alimentos dio en la Patagonia. Llegamos a 200.000 personas«. Durante esos meses, el Banco de Alimentos articuló con la Universidad Nacional del Comahue, con Cáritas y con decenas de organizaciones.

A partir de entonces, la estructura se consolidó y encontró su lugar en un predio cedido por la municipalidad de Centenario. “Compramos una cámara frigorífica, un apilador, teníamos los racks, el depósito estaba impecable», relató el presidente de la asociación.

Durante estos años ese depósito albergó miles de kilos de comida destinada a quienes necesiten alimento. Hasta el 7 de noviembre del 2025. El viernes pasado un incendio en ese galpón consumió todo.

«Estábamos construyendo un poco porque sabíamos que llegaría el fin de año, con más demanda”, relató Nogués. El fuego se desató veinte minutos después de que cerrara la jornada laboral. “Fue una cosa virulenta”, dijo el referente del banco, quien no pudo evitar la mezcla de confusión y tristeza. “Es muy raro que algo así ocurra. Todo está en investigación».

El galpón del Parque Industrial de Centenario era su centro operativo más grande. Desde allí partían los camiones hacia el Alto Valle, la cordillera y el norte de la Patagonia. En pocas horas, las llamas redujeron a cenizas, lo que representaba el 30% de su operación total.

El equipo está formado por 26 colaboradores directos e indirectos y cientos de voluntarios en toda la región. Todos, dice Pablo, están golpeados. “Parece otro día, pero estamos de luto. Hay una pérdida. Vimos destruirse el trabajo de ocho años”.

A pesar del golpe, el equipo no se detuvo. “Nos constituimos en un plan de contingencia. Lo primero fue buscar un espacio para recibir las donaciones, porque no paramos”, dijo Nogués. Con ayuda del Obispado, de comisiones vecinales y de empresas privadas, lograron armar tres puntos temporales de trabajo.

El banco está nuevamente en marcha. Reciben donaciones de dinero, reorganizan la logística y articulan con otros bancos del país para reponer los alimentos perdidos. “Hoy alimentos no necesitamos, porque están viniendo camiones con stock para renovar. Lo que más necesitamos son recursos logísticos: transporte, combustible, ayuda económica”, explicó.

La red que construyeron a lo largo de los años es amplia. Trabajan con 89 gobiernos locales de la Patagonia y también con localidades del sur de Buenos Aires, Córdoba, Corrientes y Santa Fe. “El Banco de Alimentos es una organización civil, sin fines de lucro, independiente y autónoma. Trabajamos con gobiernos locales, pero nada es del gobierno», aclaró.

El Banco de Alimentos de la Patagonia habilitó su alias «donacionesbpa» para quienes deseen colaborar económicamente, y un número de WhatsApp para consultas y donaciones: 299779862.

Fuente: Rio Negro